Las otras víctimas de la DANA: buscan salvar archivos históricos y patrimonio anegados por el temporal

El trabajo coordinado entre la Universidad de Valencia y el Instituto Valenciano de Conservación ha puesto a salvo parte del archivo histórico, libros incunables, indumentaria, piezas de los siglos XVII y XVIII y obras contemporáneas de arte en Algemesí, una de las localidades afectadas por las lluvias torrenciales de la provincia española de Valencia. Atendieron así el llamamiento del director del Centro de Arte Contemporáneo L’ESART de este municipio del este español, Alejandro Villar.

«Lo primero son las vidas humanas, obviamente, los bienes inmuebles, pero hay también otros bienes materiales como los archivos históricos, patrimonio, las obras de arte, una memoria que, si se pierde, se pierde la identidad de un pueblo«, argumenta Villar.

También es director del Museu Valencià de la Festa de Algemesí (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) y profesor universitario de museología y patrimonio.

Recuerda que la tarde del martes 29 de octubre pasado, el Ayuntamiento ya dio el aviso de alerta del fuerte temporal, que causó al menos 218 muertos en la provincia de Valencia y ocho en otras.

Villar pensó que las obras expuestas en L’ESART estaban colgadas a una altura que las protegería. «Nadie esperaba que una riada nos reventara la puerta y entrara el agua a raudales», lamenta; en algunas salas llegó a 1,70 metros de altura, y el almacén y toda la parte baja quedaron completamente anegados.

El agua también entró en el convento de San Vicente, edificio renacentista construido por los dominicos en 1590, que alberga el Museu Valencià de la Festa, un referente en divulgación y estudio de las tradiciones festivas valencianas.

Alberga la indumentaria y la música de la festividad de la Mare de Déu de la Salut, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Los textiles que forman el ajuar de la Virgen, así como los revestimientos relacionados con la liturgia, no han sufrido daños directos por el agua.

Alejandro Villar vive en un municipio próximo a Algemesí, y no pudo acceder a esta localidad hasta dos días después de las lluvias. Tampoco su compañera del museo Teresa Asensi, que también quedó incomunicada. Fue el comisario de la sección de moda Guillem Alventosa quien se encargó, con su madre, de actuar de urgencia limpiando el museo.

«Lo primero era sacar el barro a cubos, con ayuda de voluntarios. Luego subir las obras que estaban colgadas a otro espacio. Reventamos la puerta de uno de los almacenes para sacar toda la colección de Antonio Barroso y los de la exposición temporal con obras de Francisco Sempere Messa».

También había obras de una muestra itinerante de artistas contemporáneos ucranianos que se habían «salvado de la guerra» y ahora sufrían este segundo azote.

Villar envió una petición de ayuda urgente a la vicerrectora de Cultura de la Universidad de Valencia, Esther Alba, y al departamento regional valenciano de Cultura.

El viernes 7 de noviembre, cuando retiraron los automóviles de las calles y se podía acceder a la población, la universidad envió un camión, con el que se recogieron obras, parte del archivo y algunos incunables y se llevaron a la Facultad de Geografía e Historia, indica.

La directora del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i), Gemma Contreras, con sus sobrinos y voluntarios universitarios, procedieron al secado de los documentos con papel absorbente de cocina hoja a hoja. Cuatro días de trabajo manual a turnos.

«Habrá que intervenirlos porque tenían barro, pero por lo menos los hemos secado y los hemos salvado», señala Contreras.

Son incunables, parte del archivo municipal y la donación del arquitecto Segura Lago que guarda la biblioteca pública de Algemesí, entre otros documentos. Con manuscritos de los siglos XVII y XVIII, también planos antiguos: parte de la memoria histórica del municipio.

Alejandro Villar, con personal a su cargo y voluntarios, está vaciando el Museu Valencià de la Festa de Algemesí para transformarlo en un centro de memoria. «Recogeremos objetos, fotografías antiguas y materiales que sirvan para documentar lo que ha ocurrido, para que no se olvide», explica.

Villar también trabaja en coordinación con el Instituto Valenciano de Arte Moderno y la Asociación Valenciana de Artistas Contemporáneos para atender las necesidades de artistas jóvenes y veteranos, proporcionándoles deshumidificadores y espacios para conservar sus obras. «El arte es un pulmón espiritual que hay que salvaguardar», aduce.

Con información de EFE.