Roxana Ramos nació en 1978 en Cafayate, cuna de una ferviente escena en la cual ocupa un lugar relevante junto a colegas artistas y galeristas con lo promueve y defiende la cultural local. Parte de su práctica artística está vinculada a dinamizar el medio ambiente salteño, razón por la cual podemos interpretar que su ser, su territorio y su hacer están profundamente entrelazados, algo que se evidencia en Contorno biográficos su primera exposición en Buenos Aires, donde trae un poco de ese territorio a través de una selección de obras recientes donde la artista explora la memoria de los oficios familiares relacionados a la panadería.
Familia, oficio y legado. Estar cerca del otro, compartir y aprender de padres y abuelos para llevar con orgullo la antorcha de lo que significan las enseñanzas de los antepasados es algo muy propio de nuestra cultura.
Cuerpo y territorio
En el caso de Ramos, a través de performances, dibujos y esculturas (son pocas pero contundentes las piezas en la sala) sintetiza y resignifica esa conexión por medio del cuerpo y el territorio con acciones donde se reconecta con la historia de su abuelo y la tradición panadera, ya que según explicó hace unos meses en la feria Arco Madrid, su familia fue la primera en traer el oficio a los Valles Calchaquíes a comienzos del siglo pasado luego de instalarse en el país con la irrupción de la guerra civil española.
Una serie de papeles revela dibujos que la artista realizó con un pica, instrumento que históricamente se utilizaba para amasar. En ellos no se evidencia la herramienta que Ramos eligió sino que esa unión entre el oficio del panadero y el suyo está presente de manera latente y sutil.
Quizás esa sea la razón por la cual estas obras se asemejan a paisajes un tanto caóticos e inciertos, explosiones de carbonilla contenidos en unos cuantos centímetros de papel. Sobre la pared que los enfrenta posan casi flotando dos piezas escultóricas, imponentes por su longitud pero sumamente discretas y poéticas.
Sobre estos Carla Barbero explica en el texto que, «entre el hallazgo histórico y la afectividad de lo familiar, se presentan unas esculturas de más de seis metros de madera entera que tienen en sus extremos la forma de prismas en las que se pueden encastrar las palas de los viejos hornos de pan, aquellos que funcionaban a carbón y tenían el tamaño de un departamento».
Es curioso como los objetos pueden cobrar apariencias y sentidos completamente diferentes dependiendo de la connotación que se le de y el contexto en el cual están inmersos. No estoy afirmando nada nuevo con esta premisa, sin embargo resulta valioso destacar que en el caso de las obras de Roxana, esa astucia se percibe sin necesidad de exagerar o ser muy obvio.
Exploración por el paisaje andino
Por último, la artista nos enfrenta a un video donde devela su exploración por el paisaje andino, más precisamente Atacama, Chile, con el volcán Licancabur de fondo, una acción y experiencia in-situ que realizó en el año 2022, a través de la cual nos traslada por medio de gestos mínimos y decisivos con los que genera intervenciones efímeras en el terreno.
Si pensamos que detrás de todo oficio se encuentra un acto ritual, el arte y en especial las acciones performativas están rodeadas y dependen mucho de eso. Aquí la curadora hace mención de esos gestos con los que Ramos dibuja el contorno de las montañas, tamiza un médano o rastrilla el desierto.
«¿Acaso así serán las precipitaciones en el futuro próximo? Un suceso mínimo en el medio de un sitio de incalculable riqueza. Ella con una pala y un tridente señala, al mismo tiempo, un enclave histórico y un commodity, una reserva mundial de litio. En la obra de Roxana resuena un tipo de práctica autoconsciente propia del arte conceptual de los años setenta, aquel de recursos austeros, cargado de simbolismos y porte heroico. Sus imágenes crecen, paradójicamente, cuanto más volátiles son», defiende Barbero.
Contorno biográfico, la muestra individual de la salteña Roxana Ramos podrá visitarse hasta el 27 de abril de 2025, de martes a viernes de 13.30 a 22 y sábados, domingos y feriados de 11.15 a 22 en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930, CABA).