Una de las novedades más destacadas de este año es el surgimiento de dos importantes espacios dedicados al arte contemporáneo en la provincia de Buenos Aires. Uno en el Norte, otro en el Sur y ambos atravesados por una íntima relación con el paisaje.

En la zona de Escobar, Malba Puertos, la nueva sede del Malba, el proyecto encargado al arquitecto español Juan Herreros se propuso traducir la integración con la Reserva natural del Río Lujan y el gran lago central en un sobrio edificio de líneas limpias que articula tres tramos vidriados en una misma planta. Cada uno destinado a alojar la reserva técnica del museo y dos espacios de exhibición.

Malba Puertos. Foto: Felipe Bozzani, gentileza Malba.Malba Puertos. Foto: Felipe Bozzani, gentileza Malba.

En realidad, el origen del proyecto fue la necesidad de ampliar la reserva técnica de Malba –ese espacio acondicionado donde se guardan las obras no exhibidas– dado el crecimiento de la colección.

Así surgió la idea de asociar en la zona los conceptos de reserva (técnica y natural). Como resultado de esto se abrió a la vista del público la parte que aloja la reserva. Una opción que se implementa por primera vez en nuestro país, aunque ya ha sido puesta en práctica en otros museos del mundo.

Malba Puertos. Foto: Felipe Bozzani, gentileza Malba.Malba Puertos. Foto: Felipe Bozzani, gentileza Malba.

En la programación de estreno, el artista Amadeo Azar concibió para este espacio una serie de exquisitas acuarelas que vinculan obras de la reserva técnica con detalles de la flora y fauna de la zona.

En tanto, en la sala central del nuevo edificio, otro tramo de exhibición curado por Alejandra Aguado reafirma el mismo principio en Ensayos naturales, que propone un diálogo entre los doce paneles de Argentina, la instalación pictórica de grandes paisajes que el dúo Mondongo presentó en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en 2013 (y sobre el final del año acaba de ser adquirida por el también desarrollador y coleccionista Andrés Buhar), junto a doce pequeñas pinturas del exquisito maestro rosarino Luis Ouvrard.

Obras de Carola Zech en MuseoCampo Cañuelas. Foto: MuseoCampo CañuelasObras de Carola Zech en MuseoCampo Cañuelas. Foto: MuseoCampo Cañuelas

En el tercero de los espacios interiores, el conjunto escultórico que Gabriel Chaile presentó en la Bienal de Venecia en 2022, ocupa el lugar anunciado cuando se lo adquirió junto los textiles de la artista wichi Claudia Alarcón y el colectivo de tejedoras Silät que se exhibieron en la edición veneciana de este año.

Por otro lado, veintitrés piezas escultóricas dispersas por el paisaje del espacio residencial reafirman la idea dominante de integración. Obras de Hernán Marina, Diego Bianchi, Eugenia Calvo, Marcela Sinclair, Matías Duville, y Jorge Macchi, entre otros, componen un extenso circuito alrededor del edificio.

Obras de Franco Fasoli en MuseoCampo Cañuelas. Foto: MuseoCampo CañuelasObras de Franco Fasoli en MuseoCampo Cañuelas. Foto: MuseoCampo Cañuelas

Un recorrido escultórico

En la geografía opuesta, el Museo Campo Cañuelas. Recientemente inaugurado como iniciativa de la Fundación Tres Pinos, presenta también un recorrido escultórico de dos kilómetros a cielo abierto.

Con obras a gran escala de José Luis Landet, Adriana Bustos, Alexis Minkiewicz, Carola Czech, León Ferrari, Yuyo Noé y Andrés Paredes, entre otros, rodeadas de un paisaje de árboles centenarios y nuevos diseños con especies nativas, este predio de 35 hectáreas parecería mirarse a futuro en el espejo de Inhotim, en Minas Gerais, Brasil.

Muchas de las obras aquí instaladas tuvieron su primera aparición en el Museo de Arte Contemporáneo de La Boca (MARCO), otra iniciativa de la Fundación Tres Pinos en la zona Sur.

Obras de Franco Fasoli en MuseoCampo Cañuelas. Foto: MuseoCampo CañuelasObras de Franco Fasoli en MuseoCampo Cañuelas. Foto: MuseoCampo Cañuelas

Ambos emprendimientos cuentan con servicios gastronómicos y programas de integración con las comunidades de alrededor.

Mas allá de estas novedades del Sur y el Norte en provincia, importa señalar algunos cambios y permanencias para festejar en la ciudad. El primero de ellos, lo que implicó la nueva gestión del Centro Cultural Recoleta con Maximiliano Tomas en la dirección, el equipo curatorial que integran Javier Villa, Carla Barbero y Dani Fischer como curador invitado, que le dieron un vuelco radical a la programación y se reflejó en un notable retorno del público que se había alejado de la institución.

Otro dato para festejar es el nivel de calidad expositiva que viene sosteniendo, hasta ahora el CCK-Palacio Libertad, más allá del cambio de nombre autoridades. Acaba de inaugurar una muestra con Graciela Hasper, Luciana Lamothe y Marcela Sinclair en la Gran Lámpara, curada por Nieves Vázquez y Guido Ignatti, dos históricos de la institución.

Otro que espacio que viene experimentando un vuelco con interesantes propuestas expositiva es el Centro Cultural Borges. En noviembre inauguró una muestra exquisita, curada por Lizzie Cabeza y Fernando Farina con obras de Eduardo Basualdo, Sebastián Gordin, Cristina Portela y Mariana Tellería, entre otros destacados artistas que prestigian cualquier programación.