Como cada verano, vuelve el calor. Y con él, desde hace un año, vuelve también el mítico ‘Grand Prix‘ a Televisión Española. Uno de los formatos más queridos por los espectadores que, aunque haya tenido que adaptarse al paso del tiempo, sigue manteniendo intacta su esencia de siempre. Y también algunos detalles a los que quizá no hemos dado mucha importancia pero que tienen su explicación.
Esta semana, un usuario en redes sociales se ha fijado en algo que, por lo menos para mí, había pasado desapercibido hasta ahora y es que resulta que los colores de los equipos no se asignan al azar, sino que responden a un criterio geográfico muy concreto.
«¿A qué edad os enterasteis de que el color asignado en cada programa del Grand Prix a los pueblos depende de su cercanía al mar?», se preguntaba la cuenta @CIJ37.
Según ha explicado esta persona, el pueblo más cercano a la costa siempre compite como el equipo azul, mientras que el más alejado del mar lo hace como el amarillo. Un pequeño guiño que refuerza la identidad de cada equipo y que demuestra que, dentro del caos controlado que define la identidad del programa, hay una planificación más cuidada de lo que parece.

Dos colores y una explicación
Aunque el programa nunca lo ha explicado como tal, la productora del programa, EuroTV Producciones, ha confirmado (a través de RTVE) que la información es verídica y que por eso se ha mantenido esta curiosa regla a lo largo de las ediciones.
Y que, desde luego, no solo sirve como una forma de organización interna, sino que también refuerza la narrativa competitiva entre pueblos del interior y del litoral, añadiéndole una capa más a la competición, que no es solo un simple concurso de pruebas físicas y humor blanco.