Hace unos dos meses comentábamos en Xataka Android que la era dorada del ‘cacharreo’ ha llegado a su fin. Cambiar el sistema operativo de un smartphone era casi un rito de iniciación para los más entusiastas, pero Google y los principales fabricantes (entre otros protagonistas) han ido cerrando progresivamente un ecosistema que nació con la libertad por bandera. Desde el bloqueo del bootloader hasta los retrasos en la publicación del código fuente de AOSP, cada movimiento ha sido un clavo más en el ataúd. Sin embargo, la comunidad se niega a que todo esto desaparezca y ya fragua su contraataque, aunque el camino para recuperar la libertad tiene más piedras que nunca.

/E/ OS POCO F1 ejecutando /e/ OS, una ROM sin servicios de Google

Crónica de un cierre anunciado. Durante el último año, hemos asistido a una ofensiva que ha puesto contra las cuerdas a la comunidad Open Source de Android. Todo comenzó cuando Google decidió que el desarrollo de Android pasaría a ser más privado, publicando el código solo al finalizar cada versión mayor y restando transparencia al proceso.

A esto se sumó la decisión de dejar de publicar los repositorios de hardware específicos para el Pixel (necesario para compilar sistemas alternativos): el móvil de Google ha pasado a ser de una referencia a dispositivos tan complicados como los de otros fabricantes. Este sentimiento de traición caló en la comunidad más veterana, que sintió que el «alma de Android ha desaparecido».

Doble cerrojo. Paralelamente, los fabricantes han endurecido sus políticas. Por ejemplo, Samsung o Xiaomi, amparados por una directiva europea han comenzado a limitar el desbloqueo del bootloader (la puerta de entrada para las modificaciones).

Por si fuera poco, Google está restringiendo funciones clave en sus apps para quienes siguen saltándose estas barreras, como el bloqueo de los mensajes RCS en Android modificados o la necesidad de registrar a sus desarrolladores, que complicará más la tarea de instalar apps de manera externa a Play Store (conocido como ‘sideloading’).

Consecuencias directas. Estos cambios ya tienen un impacto real en los proyectos más importantes. El equipo de LineageOS, la ROM más popular, ha explicado las enormes dificultades que enfrenta. Tuvieron que lanzar su última versión basada en una edición inicial de Android 16 porque Google, por primera vez, no publicó a tiempo el código de la actualización trimestral QPR1.

Además, la firma norteamericana ha cambiado su forma de distribuir los parches de seguridad a un «sistema basado en el riesgo», publicando mensualmente solo las correcciones más críticas. Eso implica que el resto de correcciones llegan de manera tardía en boletines trimestrales cuyo código tampoco se libera de inmediato. ¿Qué provoca en la práctica? Peor seguridad en ROMs.

Respuesta estratégica. Ante este panorama, la comunidad empieza a mover ficha. GrapheneOS, la ROM de referencia en seguridad y privacidad, ha dado un paso que podría cambiar las reglas del juego. Tras años dependiendo de los Google Pixel, el proyecto ha anunciado una colaboración oficial con un «gran fabricante» no revelado para llevar este Android alternativo a sus futuros dispositivos con chips Snapdragon.

Hay un doble objetivo en este movimiento: liberarse de la dependencia del hardware de Google y obtener acceso anticipado a los parches de seguridad a través de su nuevo socio. El equipo ha dejado claro que sus exigencias de seguridad son máximas, motivo por el cual han descartado a fabricantes como Fairphone al no cumplir sus requisitos de actualizaciones de firmware.

Un futuro de resistencia. Aunque el atractivo de las ROMs alternativas ha disminuido para muchos usuarios a medida que los sacrificios son mayores, la comunidad persiste. Las motivaciones han evolucionado: ya no se trata de personalización, sino de prolongar la vida útil de los dispositivos, como también de buscar una experiencia «desgoogleizada».

La gran pregunta es si la estrategia de GrapheneOS será un caso aislado o el inicio de un nuevo modelo de colaboración para otras comunidades. En un Android cada vez más cerrado, estos proyectos representan una forma de resistencia que lucha por mantener el espíritu abierto original del sistema de Google.

Imagen de portada | Composición con imágenes de Pepu Ricca para Xataka y Xataka Android (con edición)

En Xataka Android | Dejar atrás el Android de Google es posible, pero AOSP también. Linux busca un hueco en los móviles

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