
Pinamar va camino a convertirse en la mayor apuesta al arte público y semipúblicode toda la costa argentina por impulso de sus fundadores reunidos en el consorcio Pinamar SA. El grupo arraigó una serie de acciones a partir de una colección de esculturas adquirida hace unos años e instalada en varios espacios de la ciudad, que tienen a numerosos artistas argentinos de trayectoria ampliamente reconocida.
El proyecto Pinamar Contemporáneo fue presentado en el Playas Art Hotel junto a las autoridades del municipio y el grupo de curadores entre los que se cuenta a Andrés Duprat y el colombiano José Roca. Foto. Gentileza.Concentradas en el Playas Art Hotel, el primero de la ciudad fundado a principios de la década del 40, donde rodeando el acceso destaca Marta Minujín con una pieza fundida de su serie de íconos segmentados, junto una majestuosa estela de Hernán Dompé, mientras dentro de las instalaciones hay joyas de un gran espectro de artistas argentinos que van de principios de los 70 a finales del 90.
Otro gran segmento se encuentra en el Parque escultórico del Links Pinamar, un campo de golf que permite disfrutar de sus canchas sin ser un club cerrado, donde se encuentran múltiples piezas dentro de un circuito de libre acceso.
Desde el año pasado y en alianza con Fundación arteba, se instauró el Premio Pinamar Contemporáneo #2254, con curaduría de Solana Molina Viamonte, que ya tiene instalada la obra «Albor de árbol», una pieza de Donjo León que plantó un hito dentro del nuevo vivero forestal, con una obra donde puede verse la lenta forma en que un tronco del característico pino de la costa, va degradándose a partir del estímulo del agua y el propio proceso de hongos que modifican la materia orgánica.
Circuito a cielo abierto
Pero ahora surgió un nuevo impulso para potenciar el interesante circuito a cielo abierto, subiendo la apuesta y dando lugar a expresiones ligadas con el entorno natural, un plan central en cada movimiento que realizan.
El proyecto Pinamar Contemporáneo fue presentado en el Playas Art Hotel junto a las autoridades del municipio y el grupo de curadores entre los que se cuenta a Andrés Duprat y el colombiano José Roca. Foto. Gentileza.El proyecto fue presentado días atrás en el Playas Art Hotel junto a las autoridades del municipio, representantes de Pinamar SA y el grupo de curadores entre los que se cuenta a Andrés Duprat, actual director del Museo Nacional de Bellas Artes, junto al colombiano José Roca, un referente desde hace décadas de esa interesante relación entre arte y naturaleza, fundador en su momento de la residencia de artistas FLORA donde ya desde el nombre destacaba sus propósitos.
La apuesta al arte sube con el plan de seleccionar entre cinco y seis artistas, argentinos y extranjeros que tendrán la posibilidad de registrar el entorno boscoso y determinar un espacio donde instalar obra que puede ser efímera o llegar a convertirse en otro ícono de la ciudad.
Duprat sostuvo que ‘cuando uno va a un museo ya está preparado para encontrarse con un objeto artístico. En la ciudad sucede otra cosa: la obra aparece sin pedir permiso, en medio de la vida cotidiana, y eso activa un primer extrañamiento, que pone en contacto la obra con un nuevo público, y esto hace que el arte deje de ser una cosa de élite o solo para expertos ya que cuando está ligado a la vida todos somos sus beneficiarios’.
Por su parte Roca, señaló que «la selección para obra site specific no tiene en cuenta sólo los nombres sino las relaciones de cada seleccionado con la temática». Ambos destacaron que el apoyo del grupo «es fundamental para la realización y producción de un sistema que requiere movimientos de artistas internacionales, asistencia técnica y producciones asociadas a gremios que intervienen en una pieza que debe interactuar con lo público con la solidez constructiva indispensable para alejar cualquier inconveniente derivado de su instalación».
En conferencia de prensa, se conocieron los primeros artistas, se trata de Matías Duville, el marplatense cuya obra será la que nos represente en el Pabellón argentino de la próxima Bienal de Venecia, y Leandro Erlich, un reconocido hacedor de magia visual que se mostró feliz de haber sido convocado a este plan pues hacía mucho tiempo deseaba referir su trabajo a un ámbito menos urbano.
De los extranjeros hay dos mujeres artistas que tienen sello propio. La colombiana María Elvira Escallón, de extensa trayectoria en intervenciones vinculadas a la naturaleza donde suma el respeto de las materialidades del paisaje junto a una intervención que le agrega belleza. La mexicana Tania Candiani, una de las más requeridas internacionalmente, conocida por trabajos que unen tecnología en desuso y sonido en el espacio público.
El bosque, la playa, el tejido urbano y las zonas de transición serán modificadas por obras y el trabajo ya se puso en marcha, pero la concreción comienza a partir de marzo cuando los artistas recorran el espacio y propongan sus proyectos adecuados al entorno.
El proyecto Pinamar Contemporáneo fue presentado en el Playas Art Hotel junto a las autoridades del municipio y el grupo de curadores entre los que se cuenta a Andrés Duprat y el colombiano José Roca. Foto. Gentileza.Artistas de todo el país
La segunda convocatoria del Premio Pinamar Contemporáneo #2254 se abre entre fines de diciembre y principios de enero 2026 con las bases para artistas de todo el país para este premio adquisición que contempla el acompañamiento al artista, para que su proyecto se inscriba en forma permanente en el tejido urbano lleno de curvas y bosques que hacen de la ciudad un espacio único.
Es importante verificar que todos los que están colaborando en cada uno de estos planes tienen un diálogo fluido con quienes son los que financian ese plan, se trata de un grupo familiar que mantiene su legado de trabajo en un territorio que fue moldeado por la pasión de su fundador el arquitecto y urbanista argentino Jorge Bunge junto a Valeria Guerrero Cárdenas, quienes, a partir de la década de 1940, desarrollaron el proyecto para crear una ciudad balneario que integrara el bosque con el mar, respetando el paisaje dunoso, un territorio que se modificaba sin cesar a partir del movimiento de la arena.
El vivero forestal fue un bastión esencial de este plan ya que fueron consideradas muchas especies de pino hasta dar con al menos tres que se adaptan perfectamente al suelo arenoso. El vivero, desde hace un año trasladado y convertido en un punto a visitar dentro de la ciudad, ahora cuenta con una cafetería y un anfiteatro que acompaña la obra de Donjo León en un entorno parquizado, donde cada lugareño puede ir a retirar sus árboles sin costo, ya que la función del vivero forestal es la de acompañar la función esencial de dar fijación a los terrenos.
Un círculo virtuoso para disfrutar todo el año.



