Siempre me han gustado los juegos de carreras, aunque siento una predilección muy especial por los que nos permiten destrozar los coches. No lo puedo evitar. Ya sea disparando en Vigilante 8, embistiendo en Destruction Derby o arroyando a lo bestia en Carmageddon, incluso con transeúntes de por medio… Imagino que el mayor motivo de esa atracción es lo prohibido que resulta en el mundo real.
De ahí que el simple hecho de mezclar el reciente Wreckfest, mi destruction derby favorito en la actualidad, con el icónico y polémico Carmageddon, sea un cóctel de lo más explosivo para los que amamos los combat cars en sus múltiples variantes. Y desde luego que no me podía perder este evento de la temporada 13.
Carmageddon se cuela en Wreckfest (con censura)
De entrada lo que más llama la atención es que Bugbear ha respetado al máximo la estética del clásico de 1997, lo que contrasta con el aspecto actual de Wreckfest. Si bien los bólidos sí que optan por el look de ahora, la simple idea de volver a la pista Bleak City es un gran chute de nostalgia imposible de resistir.
Están todas sus calles y por supuesto el estadio, aunque se han tenido que modificar ligeramente ciertos aspectos de cara al recorrido del circuito principal. Lo bueno es que este evento no se centra únicamente en las carreras (alejado, eso sí, de las típicas de llegar antes que nadie), al ofrecer variantes como free roam (con libertad total de exploración) o estadio de demolición. Y es un puntazo.
No se queda en la superficie, en definitiva, cambiando la estética para aprovechar el tirón de la nostalgia, sino que te ofrece lo que debería tener un evento de Carmageddon en un juego más actual, con un juego de físicas y daños superior.
Y es que por mucho cariño que le podamos profesar al clásico de 1997, era un tanto durillo en cuanto a control se refiere. Buena parte de su gracia radicaba en la destrucción del resto de vehículos y sobre todo al hecho de poder atropellar a personas (o vacas) sin ningún tipo de escrúpulos. Ahora bien, Bugbear ha optado por uno de los tipos de censura que se vio antaño, sustituyendo a los humanos por zombis y la sangre roja por una de color verde. Muy a lo Nintendo 64, vaya.
En relación al control ahora los coches no parecerán de papel, por lo que no saldrán volando a la mínima ocasión. Conserva la consistencia de Wreckfest, teniendo en nuestras manos (cómo no) regular el nivel de daño en los vehículos.
Al ser en esencia como un mod, hay otros detalles que no se han replicado, como la ausencia del avatar dinámico de Max Damage en la esquina superior izquierda, pero es algo comprensible que no minimiza el impacto positivo general del evento.
Dos circuitos míticos con potencial destructivo
No sé cuántas partidas habré disputado, pero me lo he pasado como un enano en todas ellas. Incluso en la más larga de todas, de casi media hora de duracción, al ser el último en pie. Con cada vuelta que daba se eliminaba automáticamente al que iba en la cola, así hasta que tan solo quedé yo vivo de los 24 participantes.
Es muy de agradecer que este evento cuente con variedad de modos para estas dos únicas pistas que cualquier fan de Carmageddon reconocerá a la perfección. En el modo libre se nos exige contacto con el rival cada cierto tiempo de «inactividad» para evitar la desclasificación, funcionando mejor en el resto de modos al no tener ese tipo de presión: carreras a lo loco y con destrucción.
Cierto es que los zombis podrían tener algo más de protagonismo y no ser un mero elemento decorativo a efectos prácticos, al no recibir ningún tipo de extra por atropellarlos, pero a nivel visual habrá un buen elenco de personajes a atropellar, desde ancianas-zombi hasta vacas y jugadores de rugby, claro está.
Me ha encantado recordar todas esas caídas al foso de Devil’s Canyon, donde se forman las mayores grescas de toda la saga, al igual que probar suerte en el estadio de destrucción de Bleak City haciendo equipos con la IA. Tan solo deseo que haya más eventos gratuitos de este calibre y que se siga recordando el legado de Carmageddon o de cualquier juego del estilo, como Twisted Metal… Ojalá.