Sin dudas el 2021 es un gran año para Sol Pérez. Enfocada de lleno en su trabajo como conductora en Canal 26 y como panelista en Nosotros a la mañana (eltrece), y en pareja hace dos años, le quedan algunas materias para recibirse de abogada. En una entrevista con TN Show, además de hablar de sus proyectos y sus ganas de casarse y ser mamá, recordó el momento más difícil de su vida y también se refirió al conflicto con Horacio Cabak, con quien estuvo a punto de compartir pantalla.
Con una agenda ocupada por el trabajo, el entrenamiento y la facultad, la exchica del clima (apodo que adquirió por su trabajo en TyC Sports) comienza la nota reconociendo que si bien le gusta mantener contacto con sus seguidores de Instagram, no suele contestar mensajes por WhatsApp: “Tengo un problema con el celular porque me divierte pero siento que me ata mucho. Hay gente se lo toma como que soy maleducada y no miro el teléfono pero la verdad es que me cuesta mucho. No sé si es de tantas veces que me hackearon el número o qué, pero agradezco haberme alejado porque cuando uno está pendiente de eso va perdiendo los vínculos”.
Hace unas semanas, antes del estreno del ciclo que conducen Sandra Borghi y ‘el Pollo’ Álvarez, comenzaron a barajarse nombres para el panel y surgió el de Sol y el de Horacio Cabak, algo que finalmente no sucedió por decisión del exmodelo. Sin embargo, mucho se especuló cómo iba a ser el encuentro, ya que ambos mantienen un conflicto cuando él la criticó por un vestuario que eligió para una entrega de premios. En ese momento tal fue la repercusión que tuvo el tema que hasta Pampita se metió y le pidió el vestuario a su entonces panelista para lucirlo y responder a las críticas.
—¿Te imaginaste cómo podía ser compartir un programa con él?
—Antes no hubiese podido, pero aprendí algo que es que el problema del otro, justamente es del otro. Entonces intento no engancharme. Sé que iba a ser muy difícil porque mi carácter es muy fuerte. Jamás tuve ningún comentario contra él y mucho menos sobre cómo se viste, fueron de él hacía mí, tal vez justificándose por el programa en el que participaba (La jaula de la moda), pero eso no lo autorizaba a decir algo tan feo. Yo tenía puesto un vestido que ahora lo veo y digo ‘sí, era horrible’, pero él dijo que parecía salida de un albergue transitorio. En ese momento dije ‘tengo la misma edad que su hija’ porque él tranquilamente puede ser mi papá y él saltó a decir que no me meta con sus hijos pero nunca entendió la comparación. Me dijeron que pidió disculpas pero no me interesa tampoco. Compartir trabajo con alguien con quien estás en una vereda totalmente opuesta es parte de la vida. Lo que sí, iba a tener que hacer un doble trabajo y más terapia porque iba a ser difícil para mí.
—¿Sentís que te costó mucho más poder tener un trabajo en el medio por ser mujer?
—A las mujeres siento que siempre se nos exige el doble o se nos pide explicaciones y demostrar que estamos capacitadas y que merecemos el trabajo. Nadie le pregunta a un hombre si estudió o no, y a nosotras nos preguntan hasta dónde tenemos colgado el título. Y siempre está el tema de ‘le dan el laburo porque es linda’ y no piensan que quizás tenés el trabajo porque alguien vio que tenías potencial. Falta un montón y de a poco va cambiando y evolucionando el tema, pero desde los medios todavía hay un lado muy hipócrita.
—¿Tuviste malas experiencias en tu trabajo en los medios? ¿Sufriste acoso?
—Tuve de todo pero la mayor parte fueron buenas. Me tocó compartir trabajo con gente de la cual aprendo mucho y me dieron la posibilidad de hablar, por ejemplo en un panel. En cuanto al acoso, cuando era más chica no estaba tan instalado el tema y por eso lo veo de otra manera. Siempre tuve mi familia muy presente, mi mamá es como mi mejor amiga y siempre le conté todo y ella me avivaba para tener cuidado.
—¿Te bancás las críticas que te hacen por redes sociales? Vale remarcar que solamente en Instagram tenés casi 6 millones de seguidores..
—Son muy crueles a veces y así como hay gente hermosa, también están los que hacen comentarios muy duros y la tele lo que hace es poner a las personas en un lugar en el que dejan de ser personas, donde te critican y pareciera que no te podés equivocar. Sufro el tema de las redes, pero a la vez tengo un carácter fuerte que me hace pararme distinto ante situaciones incómodas .
—Muchas veces esos comentarios vienen de parte de mujeres…
—La mayoría y eso duele. Los leo y pienso ‘no está bueno lo que hacen’. Antes me afectaba mucho más porque es duro leer cuando del otro lado me cosifican, dicen cosas horribles y me cuestionan por el trabajo que tengo, dicen si es porque me acosté con alguien o hice casting sábana. Ahí digo ‘¿Por qué? Porque me visto de tal manera y me gusta entrenar ¿me encasillan?’. Lo peor es que miro el perfil de la que agrede y son de las que ponen ‘basta con el odio a las mujeres’ y pienso ‘qué hipócrita’. Cuando pasa eso, les hago capturas y les respondo con la foto de su perfil.
En agosto de 2019 Sol conoció a Guido Mazzoni. A los dos meses se pusieron de novios y a los cuatro ya vivían bajo el mismo techo. Con la agenda atareada de la conductora, tienen que organizarse para pasar tiempo juntos: “Ceno con él por porque sino durante el día no nos vemos. En parte eso está bueno para la pareja porque cuando pasamos mucho tiempo juntos empiezan los roces por cosas tontas. La terapia me ayudó muchísimo para la convivencia, me salvó para todo”.
—¿Hay planes de casamiento con Guido?
—¡Me encantaría! Yo quiero propuesta, civil, iglesia y fiesta. ¡Quiero todo! Se lo dije apenas empezamos a salir porque si él no quería lo mismo, no seguíamos. También tengo ganas de ser mamá pero más adelante. Ahora tengo 28 años, capaz dentro de cuatro años, aunque si viene antes será bienvenido.
—Te queda un año para recibirte de abogada ¿te imaginás ejerciendo?
—Siempre tuve claro que quería estudiar Derecho. Hice cinco años en la UBA pero con el trabajo se me empezó a complicar y me pasé a una privada. No me veo ejerciendo porque encontré un lugar en la tele y es de lo que quiero vivir, por eso estudiaría Comunicación para complementar. Uno estudia esa carrera porque cree en la Justicia y en que todo va a ser justo y después de pasan un montón de cosas en la vida y vas viendo que no es todo tan así. Creo que la sufriría ejerciéndola más de lo que la disfrutaría.
En 2016 la conductora vivió uno de los momentos más difíciles de su vida cuando su abuela murió atropellada: “Ahí me di cuenta de que es todo una gran mentira en algún punto la Justicia porque el tipo que la atropelló fue llevado a la comisaría, declaró y se fue a la casa. Atropellarla y matarla fue lo mismo que pisar una bolsa tirada y eso me sigue dando mucha bronca. Él salió a matar, porque el que excede la velocidad y cruza los semáforos en rojo no tiene mucha diferencia con el que sale a matar con un arma”.
—¿Qué recordás de ese día?
—Nos llamaron para avisarnos y yo decía’ no puede ser, es una mentira, es un sueño, cuando llegue al hospital va a estar viva’. Me hice toda la película en la cabeza para justificar que no estaba pasando eso. En ese momento a mi hermano lo habían operado de la rodilla y estaba viviendo en mi casa y lo tuve que ayudar a salir de la bañadera y salir corriendo para avisarle a mi papá que su mamá estaba muerta y que el tipo que la atropelló se había ido a la casa casa con la familia. Eso me rompió por completo y me llevó al vacío, al lugar más bajo en donde uno puede estar. De ahí tuve que salir.
—¿Cómo te afectó la pérdida?
—Tuve una parálisis facial del impacto que me produjo. Fue todo en un segundo y es triste porque murió atropellada y sola y no pude estar ahí para decirle que la quería. Mi vida y la de mi familia sufrió un antes y un después. Me convertí en otra persona y es algo que tengo que tratar toda la vida porque cuando te pasa algo así te genera muchos problemas, tenés miedo a salir de tu casa o que un familiar salga porque no sabés si lo volvés a ver. Todos sabemos que en algún momento nos vamos a morir pero no así. Hay muchas cosas que no conté, pero se dieron un montón de problemas familiares y pudimos salir adelante porque somos muy unidos.
—¿Cómo saliste adelante?
—Tuve que hacer un tratamiento psicológico para lograr volver a sonreír porque tenía que tener algo a qué aferrarme. Iba a trabajar y se me caían las lágrimas y no me podían ni maquillar, no comía de la angustia. Sé que es algo que no me va a dejar vivir tranquila y la verdad es que quiero disfrutar y hacer cosas que me gusten.