El metal es increíble, es una nación universal que no necesita ni de las radios”, dice desde Brasil Andreas Kisser, el guitarrista desde hace años de Sepultura. La banda decidió en plena pandemia algo llamado SepulQuarta, una serie de sesiones, todos los miércoles, que terminó dando como resultado este nuevo disco homónimo. Leyenda del metal, gigante, Kisser cuenta sus días y el proceso de esta creación: “Fue una experiencia increíble porque fue natural. Comenzamos en esos miércoles, y después había mucha gente, muchos grandes nombres, involucrados. Nos pusimos a mezclar como corresponde, y ahora estamos muy contentos”.
—¿Qué define al alma de lo que han hecho ahora con “SepulQuarta”?
—Sobrevivir. Es una situación difícil, principalmente si consideramos que Sepultura es una banda de gira, de escenario. Desde 1989, cuando empezamos a tocar por el mundo, nunca nos frenamos. En marzo de 2020 todo paró, para todos. Entonces a través de la tecnología buscamos crear esto que fue reunirnos todos los miércoles con los fans, SepulQuarta, no queríamos perder el contacto con los fans, sobre todo habiendo sacado un disco en febrero de 2020. Hicimos algo que no hubiéramos hecho antes, por el tiempo de gira, y ahora nos veíamos seguido, fans y banda. La banda también necesitaba verse la cara, juntarse, trabajar. La idea no era hacer un disco. Solo queríamos estar en contacto. Acá estamos, y la pandemia sigue y nosotros también los miércoles. Invitando amigos, sumando gente con talento que fuimos conociendo en nuestra historia.
—¿Qué descubriste de tu relación con la música en el encierro?
—Al haber una ventana, otras diez se abren. Abrir los ojos y los oídos, y mirar, y sentir nuevas posibilidades. No tenía tiempo antes. Ahora pude estudiar música. Por primera vez en mi vida pude dormir un año y medio seguido en la misma cama. No fue fácil. Mi cuerpo estaba acostumbrado a otro ritmo, a más furia, a más vibración. Fue un momento distinto para mí, casi de iluminación, sin pecar de religión. Lo fue porque volví a descubrir a mi familia, porque al perder la velocidad, pude frenarme y ver. Incluso pude empezar a tener un vínculo distinto con la banda.
—¿Qué más te trajo la pandemia?
—Me ayudó mucho a arreglar y reorganizar las cosas más importantes de mi vida. Pude quitar el alcohol de mi vida. Tener objetivos diferentes. No sentir que todo era una descarga. De una situación que no era esperada, pude generar algo bueno. La ansiedad ahora es tocar, las giras. Tenemos giras planeadas para 2022, que parece más seguro. Estamos listos, pero ya sabemos que no depende de nosotros. Dependemos de las leyes de los países. Estamos contentos porque fue un disco muy verdadero.
—¿Qué te generó la reacción del público para con ustedes?
—Sin los fanáticos nada es posible. Yo pensaba que Sepultura no podía existir sin escenarios. Y fueron los fanáticos que me mostraron que no es así. Ayudando, donando, estando ahí los miércoles. Estábamos todos encerrados, en casa. Ya no había Sepultura un día, Testament otro día, y así. Argentina y Brasil también eran así, y los fans se adaptaron. Vieron los lives, el live de Metallica, Obituary, Nightwish, Behemoth. Eso creció mucho, en calidad, pero sobre todo en los fans ayudando a que no sintamos que estamos solos. Eso permitió trabajo para todos, no solo para la banda, sino para técnicos, para roadies y más. Los fans fueron parte de esto tanto como las radios, las tiendas, las redes. Estamos todos sobreviviendo, pero es muy positivo que ya pensamos en giras.
La salvación de lo difícil
—¿Cuán difícil es ser músico hoy en Brasil?
—Ser músico es una aventura. Ser músico en Argentina. En Irán, donde puedes ir preso por tocar en determinados lugares. Stravinsky, Villalobos, lo que sea: siempre ha sido difícil. Siempre la música puede ser usada de una manera política. La libertad de expresión es una batalla que la música siempre tiene.
—¿Sentís que el arte nos ayuda?
—Claro, el arte en general nos ayuda a eso que te digo. Nunca fue fácil. Pero nunca busqué un camino fácil. Si no es un camino difícil, donde todo va bien, donde todo es perfecto, no hay vida. Eso no existe. Por ejemplo, La Divina Comedia, todos adoran el infierno. El paraíso, el purgatorio, es aburrido. El arte está ahí para hablar de todo, entonces siempre tiene que ser difícil, como la vida. No podemos separarlos. Yo por lo menos lo vivo así. En Brasil siempre hubo una cultura libre, un país muy grande, de muchas tendencias, de muchos estilos diferentes, y todo es muy único. Hay espacio para todos. Y yo amo lo que hago. Muchos músicos odian la ruta, las giras, perderse momentos de la familia, pero yo soy lo que soy: soy músico. Voy a vivir plenamente esta vida, para bien o para mal. Si quería seguridad, podía ser abogado, pero en mi caso no quería: amo lo que hago. Las cosas difíciles son las cosas que te hacen vivir. Que te hacen hablar con vos, en paz.
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