Martin Walser, uno de los últimos integrantes de una generación de novelistas mordaces y comprometidos socialmente que dominaron la escena literaria alemana después de la Segunda Guerra Mundial, murió el pasado 26 de julio en Überlingen, Alemania, ciudad a orillas del lago Constanza, junto a la frontera suiza. Tenía 96 años.

Su editor, Rowohlt Verlag, anunció la muerte en un comunicado, pero no indicó la causa.

Walser escribió ensayos, obras de teatro y novelas que, al igual que la obra de sus colegas Henrich Böll, Günter Grass y Siegfried Lenz, criticaban lo que consideraban el conservadorismo complaciente de Alemania mientras se convertía en potencia económica durante las décadas de 1950 y 1960.

«Si hubiera que citar un ejemplo de escritura comprometida y con conciencia histórica en la literatura alemana de posguerra, ¿qué otro me vendría a la mente que no fuera Martin Walser?», escribió el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier tras la muerte de Walser.

Aunque era menos conocido en el mundo anglosajón que algunos de sus contemporáneos, Walser tuvo éxito comercial y de crítica en Alemania, especialmente luego de la publicación en 1978 de Ein Fliehendes Pferd (Un caballo que escapa), ampliamente considerada su mejor obra. En 1981 recibió el Premio Georg Büchner, máxima distinción literaria de Alemania.

Ein Fliehendes Pferd, de sólo 150 páginas y que Walser escribió en dos semanas, se centra en Klaus y Helmut, dos amigos del colegio que se reencuentran en sus cuarentaitantos años. Al principio amigos, los hombres se vuelven competitivos por pequeñas diferencias de clase magnificadas desproporcionadamente por la sociedad alemana de posguerra.

Walser tuvo éxito comercial y de crítica en Alemania, especialmente luego de la publicación en 1978 de "Ein Fliehendes Pferd".


Walser tuvo éxito comercial y de crítica en Alemania, especialmente luego de la publicación en 1978 de «Ein Fliehendes Pferd».

En un momento dado, Klaus se declara «muy feliz de ver que Helmut no se ha convertido en un burgués», escribe Walser. «Helmut piensa: ‘Si algo soy, es burgués. Y si de algo estoy orgulloso, es de eso.'» Mientras muchos de sus compañeros se mantuvieron en la izquierda política durante toda su carrera, Walser, después de afiliarse al Partido Comunista en la década de 1960, se inclinó hacia la derecha.

 En la década de 2010 fue abierto admirador de Angela Merkel, la canciller conservadora, y dijo que si fuese estadounidense hubiera votado a Donald J. Trump en lugar de a Hillary Clinton en 2016.

Su voluntad de decir lo que pensaba a menudo le trajo problemas. En un discurso pronunciado en Frankfurt en 1998 arremetió contra la forma en que la vergüenza de Alemania por el Holocausto se había convertido en un «garrote moral», una «carga histórica» ritualizada que con demasiada frecuencia se convertía en «palabras vacías».

El público lo ovacionó, excepto el director del Consejo Central de Judíos Alemanes, Ignatz Bubis, que permaneció sentado junto a su esposa. Unos días más tarde, Bubis acusó a Walser de «incendiario espiritual», añadiendo que, aunque no creía que los comentarios de Walser fueran antisemitas, abrían la puerta a otros quienes sí lo eran.

«Siempre que alguien que se cuenta entre la elite espiritual de la nación hace tales declaraciones, éstas adquieren un peso propio», dijo Bubis ante el periódico The Jerusalem Post. «Seguro que los extremistas de derechas se van a referenciar en Walser

"Ein Fliehendes Pferd", de sólo 150 páginas y que Walser escribió en dos semanas, se centra en Klaus y Helmut, dos amigos del colegio que se reencuentran en sus cuarentaitantos años.


«Ein Fliehendes Pferd», de sólo 150 páginas y que Walser escribió en dos semanas, se centra en Klaus y Helmut, dos amigos del colegio que se reencuentran en sus cuarentaitantos años.

Más tarde, los dos se reconciliaron. Pero el debate alimentó una fisura creciente en la recién reunificada Alemania, enfrentando a los que creían que el Holocausto debía seguir siendo un rasgo definitorio de la sociedad alemana con los que querían superarlo.

Walser apenas se había recuperado de esa polémica cuando en 2002 se vio envuelto en otro escándalo, esta vez en torno a su novela Tod eines Kritikers (Muerte de un crítico).

El libro, sobre el asesinato de un destacado crítico literario, era un ataque apenas velado contra Marcel Reich-Ranicki, uno de los críticos literarios más importantes de Alemania, que había defendido a Walser tras aquel discurso de 1998 y a la vez había criticado duramente varias de sus novelas. Reich-Ranicki era judío y superviviente del Holocausto y Walser adornó su obra literaria con una serie de alusiones antisemitas.

Uno de los principales periódicos alemanes, Frankfurter Allgemeine Zeitung, se negó a publicar un fragmento del libro y en una carta abierta lo denunció por «rematar lo que los nazis no consiguieron».

El libro también fue duramente vapuleado por la crítica; The Economist lo calificó de «obra de profunda incompetencia». Pero demostrando el axioma de que toda publicidad es buena publicidad, Muerte de un crítico vendió aun así unos 150.000 ejemplares.

«No hubo escritor más honesto que él en la antigua república federal», escribió el periódico Süddeutsche Zeitung al cabo de su muerte. «Ni ninguno más impulsivo.»

Vida y obra

Martin Johannes Walser nació el 24 de marzo de 1927 en Wasserburg am Bodensee, Alemania, una localidad a orillas del lago Constanza. El padre, también llamado Martin, fue un posadero y comerciante de carbón que murió cuando Martin tenía 10 años. La madre, Augusta (Schmid) Walser, era ama de casa.

De adolescente, durante la Segunda Guerra Mundial, Martin fue reclutado por el ejército alemán para ayudar a operar cañones antiaéreos. Cuando cumplió 17 años se afilió al Partido Nazi. Más tarde declaró que su afiliación era proforma y que entonces no era consciente de eso, pero varios historiadores han puesto en duda esta afirmación.

Después de la guerra estudió historia, literatura y filosofía en la Universidad Filosófico-Teológica de Regensburg y posteriormente en la Universidad de Tübingen, donde se doctoró en 1951 con una tesis sobre Franz Kafka.

Empezó a escribir relatos cortos y ensayos mientras trabajaba como periodista para Süddeutscher Rundfunk, una emisora de radio pública de Stuttgart. En 1953, el novelista Hans Werner Richter lo invitó a unirse al Grupo 47, un colectivo de escritores jóvenes comprometidos con la sociedad que se convirtió en semillero de una generación de afamados novelistas, entre ellos Grass y Böll, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura.

En 1950 Walser se casó con Katharina Neuner-Jehle. Ella lo sobrevive, al igual que sus hijos Franziska, Alissa, Johanna y Theresia Walser y Jakob Augstein. No se pudo disponer de inmediato de información sobre otros supervivientes.

Después de la guerra estudió historia, literatura y filosofía.


Después de la guerra estudió historia, literatura y filosofía.

Walser publicó su primera novela, Ehen in Philippsburg, en 1957; tres años después apareció en inglés como The Gadarene Club. El libro, sobre un joven de campo que intenta triunfar en una gran ciudad, ridiculizaba a la sociedad alemana de posguerra por vulgar y comercializada. Ganó la edición inaugural del premio Hermann Hesse, uno de los galardones literarios más prestigiosos del país.

Afianzado en su posición de estrella literaria emergente, Walser abandonó Stuttgart y regresó al lago Constanza, donde, aparte de algunas estadías académicas en Europa y Estados Unidos, pasó el resto de su vida, y donde ambientó muchas de sus historias.

Mientras que Ehen in Philippsburg era una descripción mordaz de una clase media superficial, los últimos libros de Walser adoptaban un enfoque más psicológico y empático.

En una trilogía basada en el personaje de Anselm Kristlein –Halbzeit (Medio tiempo, 1960), Das Einhorn (El unicornio, 1966) y Der Sturz (La caída, 1973)- retrató alemanes atrapados en un sistema capitalista que los dejaba vulnerables y comprometidos.

En su novela Swan Villa (1982) sobre un abogado reconvertido en agente inmobiliario que intenta vender una propiedad complicada, compara al protagonista con «un hombre que conduce una lancha a motor con un agujero en el fondo y tiene que ir rápido para que la mitad delantera de la lancha, donde está el agujero, se eleve y quede fuera del agua».

«En cuanto aflojara la velocidad, se hundía.» Fue particularmente prolífico Walser: escribió más de 40 novelas además de decenas de obras de teatro, libros de ensayo y poemarios, y miles de cartas, todo a mano. Cuando los donó al Archivo Literario Alemán en 2022, sus papeles comprendían 75.000 páginas de borradores manuscritos.

Escribir, decía, era para él lo segundo después de la comida y el agua. «Quería escribir», le gustaba decir, «tenía que escribir. Siempre he escrito».

The New York Times

Traducción: Román García Azcárate

PC

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