Llegado a un punto u otro de sus carreras, muchos autores terminan cayendo en la golosa trampa de hacer una historia sobre el poder de las historias. Sea para sacarse a sí mismos de una modorra creativa, reconectándose así con aquello a lo que han dedicado su vida, o para procesar así algunos problemas de índole personal que, consciente o inconscientemente, terminan permeando en el resultado final.
Es un terreno algo tramposo claro, quedando algo que puede pecar de autoindulgente aunque el autor en cuestión sienta una especie de catarsis. Pero en ocasiones termina siendo uno de los momentos donde más consigue conectar con el público, compartiendo un entusiasmo inimaginable por las historias. Pocas lo lograron tanto como ‘Big Fish‘.
Historias para no creer
Una de las películas de Tim Burton que es más recordada con cariño por el público, siendo la favorita de muchos en una carrera que también incluye grandes pilares culturales como ‘Eduardo Manostijeras‘. El director vuelca muchas experiencias personales en esta fantasía que cumple 20 años de su estreno en cines, y que se puede ver en streaming a través de Amazon Prime Video, Filmin, Movistar+ y Netflix.
Billy Crudup interpreta a un hombre que regresa a su casa cuando su padre, interpretado por Albert Finney, se encuentra en sus últimos momentos de vida. Nunca han tenido la mejor relación, especialmente porque su progenitor no paraba de cebarle con historias disparatadas que nunca le parecieron más que cuentos chinos. Historias que mezclaban realidad y fantasía, que ahora el hijo deberá desentrañar para poder entender realmente cómo fue la vida de su padre, que en su juventud toma el aspecto de Ewan McGregor.
El manuscrito de ‘Big Fish’ corrió como la pólvora a finales de los noventa, y era una adaptación muy golosa. Steven Spielberg estuvo cerca de adaptarla, pero finalmente puso su atención en otros proyectos. Burton sí se pudo comprometer a realizar la película, quedando conmovido con una historia que le tocó de cerca tras la reciente muerte tanto de su padre como de su madre.
‘Big Fish’: fantasía gótica
Burton no se sintió especialmente cercano a su padre, como sucede al protagonista de la historia, así que esta manera de encontrar la conexión a través del fantástico y las historias está cargado de mucha fuerza emocional. Quizá ahí es donde empieza a cautivar al público, que puede quedarse conmovido mientras se le explica cómo los relatos terminan conteniendo mucha verdad sobre quién las cuenta.
Su estructura de viñetas no siempre da el mejor resultado, pero un McGregor sensacional y el increíble acabado visual de Burton, aquí más influenciado por una estética de gótico sureño, da elementos suficientes para quedarse prendado con la historia. Probablemente una de las últimas realmente asombrosas del director, antes de quedar consumido en unas tendencias rutinarias donde parece haberse olvidado de verdad de contar historias con placer.
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