Adrian Grunberg se encarga de presentarnos este nuevo capítulo (quinto) dentro de la saga de aventuras del icónico personaje John James Rambo.

Perpetrado nuevamente por un veterano Stallone, literalmente el actor vuelve a sorprendernos retomando el manto de este querido personaje de acción pero es muy lamentable que el resto del film parece no ir acorde con el buen desempeño del mismo.

Y es que adentrándonos a lo que es el cast del film, verdaderamente Sylvester Stallone a sus 73 años vuelve a retomar un papel que lo dio a conocer internacionalmente y a liderar un film de acción con una soltura y una fuerza que lo caracteriza. En parte porque es el, y así como no existe remplazo para Rocky, tampoco lo existe para Rambo.

La narrativa de la película incluye una lucha contra un cartel mexicano, y es terrible ver que desde la aparición del personaje de Fenessa Pineda como Gizelle, se logra entender un film de acción con un antagonista que se pueda delimitar como serio o inclusive, peligroso, donde los estereotipos o el racismo desacerbado son moneda corriente y por completo aceptable.

Es también evidente que la estructura de la película se siente extraña y por momentos apresurada.

Es en la primera parte donde nos encontramos con la introducción de Rambo y esta apacible vida que esta llevando. Uno entiende que Rambo es sangre y acción a la locura, al extremo. Este capitulo parece sobrepasar ese limite y lo rompe de una manera sorprendente. No tiene el más mínimo reparo en ahondar en su narrativa o inclusive en ser un poco mas limpia y por momentos, se vuelve uno de los films mas divertidos que he visto este año. Y.. no, lamentablemente no intenta serlo.

Se recomienda ir a verla porque es la última vez que podremos disfrutar de Stallone en uno de sus papeles mas icónicos. Por todo lo demás, realmente una lastima.

Director: Adrian Grunberg
Guion: Matt Cirulnick, Sylvester Stallone
Fotografía: Brendan Galvin
Música: Brian Tyler

*Daniel Córdoba: Crítico de cine.