A un año de casarse con Leandro Herrera, Mónica Farro contó que su matrimonio no transita por un buen momento, producto de la cuarentena, los roces en la convivencia y por su operación de juanetes, lo que la llevó a estar inmovilizada.

“Todavía está en casa, todavía no se fue, pero él estaría feliz haciendo la valija. Él no tolera nada, está aburrido y está cansado. (En su vida) él no hizo más que lo suyo y yo siempre hice el resto, y ahora tiene que ocuparse de todo y de mí”, comenzó diciendo la vedette en Intrusos, confirmando la crisis con Leandro y su inestabilidad anímica, en plena recuperación de la operación.

Escuchando con atención a Mónica y viéndola permeable a seguir adelante con su matrimonio, Jorge Rial le preguntó si Herrera podía sumarse al móvil, pero la negativa de Leandro le borró por completo la sonrisa a Farro.

“Bueno, Mónica, lamento no haber hablado con él”, dijo el conductor, cerrando la nota. Y Mónica, con cara de disgusto, disparó: “Es una pena que no quiera. Como compañero siempre se animó a meterse en las notas, a hacer algo divertido, y que esta vez no quiera no me gustó. Si él quería estar bien, de verdad, hubiera venido a decir un ‘hola’, por lo menos. Lamento que no lo haya hecho”.

Con la crisis profundizada en pleno programa, Rial agregó: “Leandro, te doy un minutito más. Él tiene la opción de sentarse ahí, porque para ella fue un desprecio, y recapacitar. Salvo que no le importe nada”. Con visible incomodidad, Mónica Farro dejó entrever un posible divorcio: “No, ya me lo dijo que no le importa. Ahora hay que ver, tengo que hablar con mi abogado para ver cómo es el tema del divorcio. Es feo lo que hizo, me hubiera gustado que sea compañero”.