Con tan solo 17 años, Chiara Francia Citterio acaba de convertirse en autora del best-seller Casi amor, una novela que su público ya recibió con los brazos abiertos. Chiara tiene fans, y eso queda demostrado en su protagónico en Heidi – Bienvenida a casa y el historial de éxitos en su vida actoral, que vienen siendo títulos como Patito feo, Chica vampiro, Amor en custodia, Yo soy Franky y Corazón valiente. Hoy la actriz genera un nuevo mundo lúdico donde lucirse.

—¿Qué es lo que cree define hoy a nuestros relatos? ¿Qué deberían hacer para reflejar el mundo donde vivimos?

—Siento que los buenos relatos son atemporales, porque las emociones no son distintas hoy que en 1920. Claramente las circunstancias son distintas, pero a fin de cuentas todos sentimos lo mismo. Pero si pensara en un relato que describa bien nuestro mundo actual sería lo efímero, la velocidad. Desde el amor hasta una moda. Todo pasa a una velocidad muy alta, como si estuviéramos corriendo en la Fórmula Uno. También la falta de compromiso, tanto en una relación como en lo laboral. Nadie quiere atarse a una pareja por siempre ni quiere vivir de lo mismo toda su vida.

—¿Cuánto molestan, si es que molestan, los prejuicios?

—Mucho, demasiado. Siempre hay personas que no confían y juzgan con una simple mirada. Pero lo divertido está en quebrar esos prejuicios, es demostrarles lo contrario.

Aunque muchas veces no es divertido, hay distintos prejuicios y en eso radica cuánto pueden afectar. No es lo mismo por ejemplo, el prejuicio de que alguien se tiña el pelo, a todos los prejuicios que existen hacia las mujeres. A todos hay que destruirlos, hay que librarnos de ellos, porque no están solo en las mentes de los otros hacia nosotros, sino en que muchas veces es interno,  hacia nosotros mismos. Es un trabajo de desconstrucción muy fuerte por el que debemos pasar.

—¿Cuáles son tus referentes a la hora, digamos, del multitasking, del crear, producir y escribir?

—Mi mamá, ella lo fue desde el día uno. Siempre quise ser como ella, siempre la admiré y nunca dejé de hacerlo ni lo haré. Creciendo junto a ella tuve la inmensa oportunidad de estar en reuniones creativas, de conocer gente súper talentosa que trabaja con ella. Cada viaje de trabajo que pudieron llevarme, lo hacían y esa manera de aprender es invaluable.

Cuando ella y mi papá (el productor Javier Francia) formaron Alianzas Producciones, yo viví cada una de las etapas, desde cómo se gestó la idea hasta todo lo que hicieron para producirla y llevar a cabo Heidi.

—¿Qué creés que define hoy a la comunicación con tu público?

—La honestidad. La franqueza. Soy lo que se ve en mis redes sociales y si estoy con ganas de estar con mis cosas, tampoco estoy subiendo videos o fotos por subir. Por lo general, me gusta comunicar algo. Un estado, un pensamiento, un sueño.