El equipo de ‘superorganizadores’ está dirigido por Yu Ziqin,  diplomada de la escuela  Liucundao (Método para ordenar sus cosas). La fundadora de la escuela, Bian Lichun, estima que el sector de la organización cuenta ahora con más de 3 mil profesionales.  

Encontrar, en el fondo de un armario, una chaqueta Burberry que ni siquiera recordaba haber comprado, convenció a Chen Rui de que había acertado contratando a expertos en organización, que ayudan a los chinos adinerados a poner orden en sus roperos.

“¿Dónde han encontrado esto?”, pregunta Chen, de 32 años, a los cuatro profesionales contratados para adentrarse en sus armarios rebosantes de prendas de grandes marcas.

Nunca se repetirá lo bastante hasta qué punto es complicada la vida para los millones de nuevos ricos surgidos en las últimas décadas en el país. Una tercera parte del gasto en lujo en el mundo viene ahora de los consumidores chinos, según un informe de la consultora McKinsey en 2019.

Incluso la pandemia del nuevo coronavirus no ha calmado la sed de estos pudientes compradores. A falta de poder desvalijar las tiendas en París o Milán, se han lanzado en masa a las compras por internet.

Para ayudar a Chen llegaron cuatro “superorganizadores”, vestidos con trajes negros, que comienzan a vaciar los armarios, transformando por algunas horas su apartamento pekinés en una leonera. Amontonados incluso en el suelo, hay más de un millar de prendas para clasificar, así como decenas de bolsos, que recuperarán –por un tiempo– su lugar asignado en el armario correcto.

El equipo está dirigido por Yu Ziqin, una de las miles de diplomados de una escuela llamada Liucundao (Método para ordenar sus cosas).

La fundadora de la escuela, Bian Lichun, estima que el sector de la organización cuenta ahora con más de 3 mil profesionales. Según la televisión nacional CCTV, la actividad podría generar este año la astronómica suma de 100 mil millones de yuanes (cerca de 15 mil millones de dólares).

El 11 de noviembre, día de la “fiesta de los solteros”, con tentadores descuentos online, puede ser una nueva ocasión de probar esta pasión desenfrenada por productos que permiten exhibir su estatus social. Normalmente, este día se produce la mayor operación mundial de comercio electrónico.

Pero la riqueza va siempre acompañada de “preocupaciones”. Chen confiesa que el estado de su vasto guardarropas, donde acumula sus trajes Chanel, sus bolsos Hermès, sus zapatos Prada y otros artículos imperdibles de la alta costura, es fuente de frecuentes disputas con su marido. “Nunca me separo de nada de mi colección, no hago más que aumentarla permanentemente”, reconoce esta exprofesora de arte. “No veo ninguna razón para limitarme”, insiste.

La única salida posible es entonces recurrir a especialistas del orden para organizar sus blusas, camisas y vestidos de fiesta.

Con la epidemia, el volumen de negocio se multiplicó por cinco, afirma Bian: consecuencia del aumento de las compras online y del deseo de los consumidores de ordenar su lugar de confinamiento.

Sus equipos no buscan convencer a sus clientes de separarse de viejas prendas ni de consumir menos. Su objetivo es “aprender a conservar mejor” sus pertenencias instalando muebles de almacenamiento más funcionales, o recurriendo a simples trucos como perchas muy finas.

FUENTE>   AFP