«Por respeto a mamá no deberías mirar a otras mujeres». Eso, así, le dice Miguel, el hijo adolescente, al protagonista de Río Negro, la novela con que el chaqueño Mariano Quirós ganó el Premio Laura Palmer ha muerto en 2011  y que ahora reedita Tusquets.

Es un hombre canchero el protagonista de Río Negro y su pibe, el que le dice que no mira mujeres POR RESPETO, definitivamente le parece un tarado. En particular, con las mujeres, claro.

Miguel tiene una amiga, digamos, cercana. Pero no tanto como el padre quisiera o como el padre imagina. Qué impaciencia.

Así las cosas cuando su esposa se va de viaje. El momento para EL reencuentro de padre e hijo.

Hay que contar que la esposa y el protagonista se conocieron en los 70 «cuando ambos militábamos en Montoneros«. Les encomendaron prenderle fuego al coche de un comisario. En Resistencia, Chaco. El episodio está narrado como en esas de perdedores donde sólo habrá ridículo.

Pero ahora el tiempo pasó, el hijo -que no ha dado grandes orgullos- creció y es el tiempo para enseñarle. Por eso lo pincha: quiere que hablen «de mujeres«. El chico, abúlico. Le dice cuáles son «las más fáciles». El chico ni le contesta. Trata de conseguirle «alguna mina donde yo pueda llevar a Miguelito», hasta lo pasea como quien no quiere la cosa por una «zona roja». El chico ruega que no y cuando una mujer se ofrece el joven llora y todo termina a las patadas.

No es por ahí, pero él persiste. Es a él mismo de joven a quien quiere ver en su hijo. O al que cree que fue.

De padre a padre

Un padre trae a otro padre y la cercanía con el hijo evoca también la figura del propio padre, su piragua, el Club Regatas y hasta la chica que lo sedujo remo en mano cuando era tan joven.  Eso -ESO- quiere para el hijo y ahí está la amiga, Mariel. ¿Es ciego el pibe que no la ve?

A veces los padres la van de amigos de los hijos, a veces -como cuando les hacen la tarea- se ponen en su lugar, juegan su papel.  Nada bueno va a salir de acá y menos cuando la novela incluya mucho alcohol y algún policía.

El guerrillero fracasado -que fue también el adolescente seducido- trata de erigirse en modelo masculino.

Ya veremos cómo le va.

El autor

Mariano Quirós nació en Resistencia en 1979 (el año en que en Río Negro, el protagonista se casa).  En 2017 ganó el Premio Tusquets por otra novela, Una casa junto al Tragadero.

También publicó Robles (Primer Premio Bienal-CFI), Torrente (Premio Festival Iberoamericano de Nueva Narrativa), Tanto correr (Premio Francisco Casavella) y No llores, hombre duro (Premios Festival Azabache, de Mar del Plata, y Memorial Silverio Cañada, de la Semana Negra de Gijón).

PK