Los celos son sensaciones molestas e inquietantes que provocan discusiones en las parejas pero, en algunos casos, generan crisis que son severas e irreversibles. Es importante que sepas en qué casos los celos te ponen en riesgo y debés pedir ayuda externa.

La experiencia de los celos se basa en la sospecha, intranquilidad seguida de reclamos al sujeto amado por la presencia real o imaginaria de una tercera persona que disputa su amor.

“Como los celos forman parte de nuestro mundo afectivo/emocional, su manifestación sigue una línea de continuo desde bajos a altos niveles existiendo en el medio una gama de posibilidades. Otro tema es el tiempo que duran los celos: pueden se momentáneos o prolongarse en tiempo, en este último existe una susceptibilidad que lleva al sujeto a ser celoso”, explica el dr Walter Ghedin, psiquiatra.

Un sentimiento que nace en la niñez

Los celos remiten a la niñez y al proceso de reconocernos como seres autónomos. Foto: 123 rf

Los celos están presentes en todos los seres humanos y remiten a la niñez, específicamente al proceso de individuación, es decir, cuando nos reconocemos como seres autónomos, separados de los demás”, explica el especialista

 “Aceptar que “el otro” tiene una vida propia es un proceso complejo que, a algunas personas, les puede llevar toda la vida. A la persona celosa le cuesta aceptar que el otro es independiente y puede diversificar sus afectos en diferentes vínculos: hijos, padres, amistades, ex parejas, etc. El celoso quiere exclusividad, ser poseedor único del amor”, continúa el dr Ghedín.

Los individuos celosos dicen aman y se emocionan cuando reciben atención y afecto, sin embargo, les resulta difícil aceptar la autonomía, la libertad de la otra persona y esto debería ser una señal de alerta para el “celado”

Celos y desconfianza en la pareja

Si sentís que tu pareja te asfixia estás en una relación tóxica y es hora de pedir ayuda. Foto: Pinterest

El amor de carencia es una forma de amor que despierta sentimientos ambivalentes de amor/odio. La carencia es un sentimiento de vacío que el otro debe completar para sentir calma, esta es la base de la dependencia afectiva con las personas”, explica el psiquiatra.

“El sentimiento verdadero queda subordinado por los impulsos y ansiedades que despierta la posibilidad de que el otro se vaya o elija otro destino amoroso. Y, aunque la persona sepa que lo suyo no está bien, que está construyendo una historia con datos insuficientes, no puede parar de controla o de acusar al otro por traición. La racionalidad no es suficiente para frenar la suspicacia ni las conductas resultantes”, asegura Ghedín.

Una pareja en crisis por celos pierde la paridad, la equidad que debe existir para aceptar la autonomía de cada uno y los deseos de proyección hacia un futuro. El presente se convierte en un desagradable acto de incomunicación, de ocultamiento de acciones inocentes y discursos vanos. Y todo para no despertar la más mínima sospecha.

Los celos recortan la figura del otro a sus aspectos más amenazantes, perdiendo de vista la integridad de la persona. Y aunque sepa que su pensamiento es absurdo no puede quitárselo de la cabeza.

Sexo y sospechas

El sexo en los celosos también tiene aristas muy enfermizas que debés conocer. Foto:123 rf

“Cuando en la pareja hay un celoso la sexualidad sufre reveses: disminución del deseo; malestar a la hora de hacer el amor; irritabilidad; condicionamientos por fallidas experiencias anteriores; dificultad para la entrega, la  relajación  y el goce del sexo; temor de ser abandonado, etc. Los celosos se irritan con facilidad alterando el encuentro sexual”, dice el psquiatra.

Cuando se instala la sospecha son capaces de organizar pesquisas con el fin de agarrar “in fraganti” al compañero/a. Revisan mensajes, E-mails, papeles, y están atentos a cualquier movimiento de la pareja.

“A la hora de tener sexo la idea de celotipia puede estimularlos, mezclándose el impulso sexual con ira y desinhibición. También expresan fantasías como nunca lo habrían hecho tratando de sacar “mentira verdad” para ver si está con otro y se estimula “Te gustaría estar con otro”, “decime que te gusta que incluyamos a un tercero”, etc.”, explica el médico.

Fantasías y especulaciones

Como vemos pueden no tener inhibiciones a la hora de probarse en la cama; sobre todo si existen factores que debilitan al compañero. Se nutren de la impotencia ajena para estimularse.

“Sin embargo, cuando existen propuestas sexuales para romper con la monotonía las rechazan con acusaciones de infidelidad y preguntas del tipo: “¿dónde aprendiste esta pose?” “¿desde cuando te gusta hacerlo de esa manera?”. Los cambios propuestos en la cama despiertan intenciones “dudosas” en las mismas del tipo: “debe tener un amante y me está comparando””

Es clave entender que nada de lo que estamos contando habla de una relación sana y no debe naturalizarse. Si te sentís identificada con lo que relata el Dr. Ghedín, debés pedir ayuda: compartir tu experiencia con una persona que te resulte cercana y empezar terapia cuanto antes. Los celos patológicos pueden ponerte en peligro y es clave que te alejes, cuanto antes, de tu pareja.

Consejos para tener en cuenta

Si te sentís identificada con algunas de las situaciones que se relatan en esta nota pero nada es tan extremo y crees que aún hay posibilidades de encaminar la relación y convertirla en un vínculo sano y de confianza, tené en cuenta:  

  • Los celos cierran la percepción de uno mismo y de los demás. Valora todas tus capacidades y las ajenas. No te cierres a unos pocos datos que obtenés del otro.
  • No utilices patrones o supuestos para valorar o categorizar a las personas. Las categorías limitan. Cada relación es un mundo a descubrir.
  • No transformes la presunción en certeza. Todos tenemos intuiciones al conocer a otro. El tiempo y el compromiso mutuo permiten desestimarlas o confirmarlas.  
  • Acércate al otro sin supuestos previos. Concéntrate en tus sensaciones. El otro está para brindarte placer, nunca para agredirte. Si sentís que la relación se está convirtiendo en algo violento es hora de que te separes y comiences terapia.
  • Nunca esperes que se genere un conflicto para aumentar el grado de excitación. Es una pésima forma de incrementar la tensión erótica.
  • Acepta que la sexualidad no debe estar atada a ninguna norma, más que el acuerdo y el respeto mutuo entre sujetos adultos. 
  • Asesoró: Dr Walter Ghedín, psiquiatra y psicoterapeuta

Fuente: parati.com.ar