El viernes 19 de febrero, mientras conducía su programa de radio Sarasa por La 100, Julieta Prandi recibió el llamado de una persona que trabaja en su casa para contarle que su ex esposo, Claudio Contardi, había dejado abandonados en la puerta de la vivienda a sus hijos, Mateo y Rocco, de 9 y 4 años, respectivamente. Al hombre le correspondía la guarda, pero tocó el timbre, avisó que dejaba a los menores en la puerta, y se retiró.

“Que se metan con mis hijos, que los usen de rehenes y que los abandonen en la vereda… Es demasiado”, relató la modelo y conductora a Teleshow, horas después que trascendiera la noticia. “Hace dos años que estoy con esto y la Justicia no avanza”, agregó la modelo, que se casó con su ex marido en octubre del 2011, separó a principios del 2019 y logró divorciarse en noviembre de ese año.

“He tenido que tolerar que mis hijos estén obligados a mentirme. Los chicos han soportado que en la casa del padre me digan “la putita” y “la tilinga”. ¡Todo lo que pasa es de película! Aguanté que me maltrate a mi, que me robe, que me engañe y que me desprecie, pero ya con mis hijos, ¡no!”, agregó Julieta en charla con este medio.

A raíz de estos hechos, Prandi solicitó al juzgado que interrumpa el régimen de comunicación vigente hasta una nueva audiencia en la que se tenga en cuenta la opinión de los menores. Luego de 48 horas, el magistrado se expidió de manera negativa, y eso motivó la reacción de la actriz, una mezcla de furia, decepción y resignación.

“Hoy los tengo conmigo, pero nada quita que venga a la puerta de mi casa, me cague a trompadas y me saque a los chicos, porque el juez y la Justica lo están avalando. Espero que este fin de semana no tengamos noticias desagradables”, señaló la conductora en un móvil con Implacables (El Nueve), y agregó que su hijo mayor es el más afectado por la situación: “Mateo no quiere saber nada con ir con el padre”.

La modelo se mostró indignada por la resolución judicial y realizó un fuerte llamado de atención: “No sé que más tiene que pasar, si no fuese famosa y no tuviese a Ana Rosenfeld que hace visible mi caso, yo podría estar muerta. Es de un grado de violencia absoluta y de una negligencia gravísima”, advirtió, en un contexto en el que se suceden día a día los casos de mujeres asesinadas por sus ex parejas. “Estamos hartas de ver en televisión casos de mujeres que, la que se salva, aparece toda golpeada. Yo fui amenazada de muerte, pasé todo tipo de violencia, y mis hijos fueron testigos. Ya me cansé de denunciar y que miren para otro lado”, agregó.