El archivo contra el conductor de TV Azteca reporta cuatro violaciones y un último caso en julio del año pasado

Los testimonios de mujeres que se han sentido violentadas sexualmente por el comunicador de TV Azteca Andrés Roemer suman ya 61 en el archivo que se ha encargado de recopilar la organización Periodistas Unidas Mexicanas. Algunas de estas confesiones les han llegado directamente y otras las han ido recabando en plataformas digitales o medios de comunicación, entre ellos este periódico. Todos los casos han pasado por una verificación periodística antes de ser admitidos como veraces y algunos, con el consentimiento de las afectadas han sido publicados periódicamente. Entre los abusos recogidos hay cuatro violaciones, algunas de las cuales ya están denunciadas en la Fiscalía, que tiene un procedimiento abierto contra el también escritor y antaño diplomático.

Los abusos, hostigamientos, acosos o violaciones se extienden desde el año 2002 hasta el pasado julio. El proceder de Roemer seguía un patrón regular la mayoría de las veces: prometía a las mujeres ofertas de trabajo, incrementar su éxito laboral bajo su protección de hombre influyente, amigo del empresario Ricardo Salinas Pliego, les decía. El festival para descubrir talentos en diversas disciplinas del que ambos hombres eran cofundadores, La Ciudad de las Ideas, fue en nueve ocasiones el gancho para concertar una cita con las jóvenes. Esta misma semana han renunciado a su puesto como asesores de dicho festival 11 destacados intelectuales, científicos y académicos.

Las edades de las mujeres que dicen haber sufrido los abusos van de los 18 a los 42 años. “A esta última le prometió beneficios si le presentaba a mujeres jóvenes”, dice el informe que ha publicado Periodistas Unidas. A decir de quienes se consideran sus víctimas, a Roemer le gustaban las chicas muy jóvenes. Las llevaba al sótano de su casa, les invitaba a tomar algo y pronto dejaba ver que lo que pretendía estaba muy lejos de lo prometido. En ese sótano, dos de las agredidas dijeron haber estado encerradas contra su voluntad, porque él echó la llave o lo hizo el personal al servicio de su casa. Esa privación de libertad también la consigna el informe de la organización, que ha puesto a disposición de todas ellas ayuda psicológica y asesoría si la precisan.

A decir de las mujeres, no había fronteras para el escritor, un hombre bien relacionado, con fama y contactos, con dinero, con una reputación intachable que estos días se ha ido a pique. La mayoría de los acosos se dieron en México y en su vivienda en la colonia Roma, pero también se registran algunos en el coche, con el chofer conduciendo, o en San Francisco, donde fue cónsul de 2013 a 2016. Su vida diplomática pasó también por la representación de México en la Unesco, de donde fue apartado porque votó en contra de las directrices del Gobierno. La Unesco le nombró además Embajador de Buena Voluntad, un puesto para personalidades de prestigio que contribuyen con su nombre y su quehacer a la mejora de la vida en determinados ámbitos. Lo abandonó tras salir a la luz las acusaciones de abusos y violación, que destapó con fuerza el testimonio grabado de Itzel Schnaas, una bailarina que tuvo la mala fortuna de visitar aquel sótano.

Las relaciones y los puestos de representación que ostentaba Roemer se han ido cayendo en apenas dos semanas como fichas de dominó. El escritor abandonó sus perfiles en redes sociales y la última comunicación pública la tuvo con este periódico, donde declaró que su comportamiento era fruto del patriarcado en el que se educan los hombres. Aunque también dijo estar siendo víctima de un complot empresarial y lamentó el “linchamiento excesivo” que estaba sufriendo por parte de los medios de comunicación. “Ahora te linchan igual si echas un piropo que si descuartizas a una persona”, afirmó el 21 de febrero. Aquel día ofreció disculpas “a cualquier ser humano al que haya faltado”. “Nunca he percibido que no hubiera un mutuo consentimiento”, añadió. Y negó la única violación que por entonces se había hecho pública.

El caso está ahora en los tribunales. Los consejeros de La Ciudad de las Ideas que han renunciado a su función en ese proyecto han pedido a Ricardo Salinas Pliego que condene estos comportamientos y se mantenga firme ante cualquier forma de acoso sexual. Pero el empresario permanece en silencio, y el programa que dirige en una de sus emisoras, ADN40 se emitió de nuevo el domingo pasado. TV Azteca, por el momento, también guarda silencio.

Fuente: www.elpais.com