Vertical Theatre Group quiere lanzar actuaciones en gira y viajar de ciudad en ciudad, casi como si se tratase de un circo. La diferencia es que, en lugar de transportar una carpa, traen consigo un teatro prefabricado emergente, que por su diseño exige la distancia social entre el público

El Covid-19 impactó en todas las industrias del planeta. Sin embargo, la música en vivo y el teatro se han visto particularmente afectados por la crisis sanitaria. Con salas de concierto cerradas y los artistas refugiados en sus casas en lugar de estar haciendo giras, Pollstar proyectó que el negocio del espectáculo perdió a nivel global cerca de 40.000 millones de dólares de ingresos en 2020.

Pero una nueva puesta en marcha en los Estados Unidos, fundada por veteranos de la industria, espera salvar la actuación en vivo, incluso durante las pandemias. Llamado Vertical Theatre Group (Grupo de Teatro Vertical), la misión de la compañía es lanzar actuaciones en gira y viajar de ciudad en ciudad, casi como si se tratase de un circo. La diferencia es que en lugar de transportar una carpa, traen consigo un teatro prefabricado emergente, que por su diseño exige la distancia social entre el público.

Balcones privados, paredes abiertas

El edificio fue pensado por la firma Stufish Entertainment Architects, conocidos por diseñar el escenario de famosos como Monty Python y Beyoncé. Su premisa principal es convertir casi todos los asientos en un balcón privado, concentrando grupos de 4 a 12 personas en cada espacio y sumando una capacidad máxima de 2400 asistentes. En tanto, en el sector que se encuentra a la altura del piso, los espectadores pueden sentarse a una distancia de dos metros entre ellos y, si en algún momento ya no es necesario, el lugar puede readaptarse para acomodar a más gente: la estructura es adaptable para albergar distintas densidades de gente según la demanda.

A su vez, el aire fresco fluye constantemente a través de su diseño de paredes abiertas (la estructura se puede envolver durante el invierno, aunque su diseño está pensado para ser usado en primavera, verano y otoño), y un techo simple protege de la lluvia. De todas formas, sus creadores recuerdan que ninguno de estos elementos elimina el riesgo de contraer coronavirus.

¿De qué está hecha toda esta estructura? “Hay dos versiones en proceso”, explicó Ric Lipson, socio de Stufish Entertainment Architects. La primera versión utiliza armazones y andamios, listos para construir toda la estructura. Ese enfoque puede ser menos extraño de lo que parece, ya que los grandes proyectos de construcción a menudo se basan en andamios temporales seguros, para equilibrar las paredes y permitirle a los trabajadores acceder a los tramos altos de un proyecto. La segunda versión de la estructura se produciría en masa mediante una fabricación de acero personalizada. En este caso, sería ideal para instalaciones más duraderas y podría ofrecer “una calidad de experiencia diferente”, aunque ir en esa dirección requeriría una mayor cantidad de fondos. La empresa planea producir ambos diseños.

Una de sus contras es que instalar la gran estructura llevaría aproximadamente dos semanas, mientras que desmontarlo tardaría una semana después de terminado el espectáculo. Eso significa que una sola estructura no podría seguir el ritmo de la gira nacional de ningún artista. Una solución podría ser que el lugar, una vez construido, albergue varios eventos en rápida sucesión, incluidos conciertos, obras de teatro, circos y deportes como el boxeo.

Por el momento, Vertical Theatre Group está recaudando dinero para realizar el proyecto y está conversando con inversores y socios para llevarlo a cabo. Y, aunque parece difícil de creer que estos teatros podrían estar terminados y de gira antes de que Estados Unidos vacune a gran parte de la población, la compañía demuestra cómo muchas empresas están pensando hoy: es posible que pronto venzamos al coronavirus, pero eso no significa que su impacto negativo se irá de un día para otro. Es necesario construir empresas más resilientes, listas para adaptarse a cualquier adversidad.

FUENTE: EL TIEMPO- COLOMBIA