Grant Gustin disfruta mostrar sus Funko, los muñecos pop megafamosos que todos tienen. Obvio, lo hace por una pantalla de Zoom. Pero eso no quita que el actor que interpreta a Flash desde hace siete temporadas en el show que regresa a Warner Channel se ría de su propio muñeco Funko, su Flash. Grant Gustin es hace años parte del universo DC en la TV, uno creado por Greg Berlanti, alguien que ha generado en shows como Supergirl, Legends of Tomorrow, y muchos más un ejemplo de pluralidad, de alteración de aquello que el género no hizo bien durante años (la diversidad, la pluralidad y así la lista de cosas en el debe). The Flash llega a su séptima temporada y Gustin lo celebra.  

—Habiendo sido “Flash” tantos años en TV, ver y ser parte de eventos con otros superhéroes en la TV ¿qué crees que define al género y masividad en este instante del mundo?

—Creo que siempre ha sido un escapismo, pero con el tiempo, con su permanencia, y con el crecer de sus lectores, de sus espectadores, la gente quiere verse reflejada en estos personajes. De niño, claro, solo quieras ser Flash, pero de más adultos, bueno, puedes querer ser Flash o entender qué puede representar ese personaje en tu mundo, como metáfora del mismo o, como decía, como escapismo del mismo. La idea de que alguien te va a rescatar, de que vos podés ser ese alguien para vos u otros, aparece cada vez más fuerte en este mundo. A veces ha tenido un rostro. Por ejemplo, yo adoraba los superhéroes, y Christopher Reeves como Superman, y veía sus Superman una y otra vez. Y llegué a creer en que eso era real, pero más por la fuerza del relato que por la creencia poco seria de que alguien puede salvar solo al mundo. La fuerza del relato es lo que importante en los superhéroes.

—Llegaste a esta temporada siete siendo Barry Allen ¿Qué tenés para decir de todo este recorrido en el programa y lo que ha generado?

—Ha sido una montaña rusa. Y hay que entender que ha sido una gran parte de mi vida adulta: tenía 23 años cuando el show empezó, y ahora tengo 20, y estoy cerca del final del rol. Entender la industria, los fans, cómo todo avanza, cómo un fenómeno crece. Realmente es impresionante verlo desde adentro. La idea de que siempre se me asocie con Flash, personaje y obra, realmente es especial. Espero que no termine pronto, pero cuando te dice “¿te gustaría hacer otra cosa?”. La verdad que quedar asociado a algo tan grande ya es algo de por sí.

—Cuando empezaste, cuando empezaron, el escenario era otro: eran el segundo show basado en personajes de DC Cómics, y ahora hay media docena, y hay shows de superhéroes, de todos los tonos, por aquí y por allá. ¿Cómo ves eso?

—Es impresionante cómo ha crecido. Primero, nuestro pequeño rincón, nuestro mundo basado en las ideas del creador Greg Berlanti, el llamado Arrowverse. Ya ese solo sector nacido desde la serie Arrow, creció en nosotros, en Supergirl, ahora en Superman & Lois, en Legends of Tomorrow, en Black Lighting. Se creó algo en la TV, al mismo tiempo que en el cine pasaba lo mismo, algo se hacía gigante y cada vez más popular. Es un fenómeno que muchos consideraron imposibles, los superhéroes en la TV, pero se ha generado un camino de doble vía entre el cine y la TV. Uno hace lo que el otro no puede, y eso termina jugando más con los rincones y variantes del género. Porque en definitiva eso se busca hoy, diferentes formas de los superhéroes que, por supuesto, dicen diferentes cosas sobre el mundo. 

—Hablabas de Greg Berlanti, el showrunner de muchas de las ficciones de DC en TV, casi el cerebro de todas ellas. Y hay algo en él particularmente especial: adora el género, ha mostrado imágenes que pensamos solo veríamos en los cómics, es fiel a sus ritos, pero ha introducido diversidad sexual, y con eso permite se sienta menos forzado el hecho de pensar en el mundo por fuera de los programadas. ¿Qué pensás de esa mezcla autoral?  

—Es cierto, Greg es alguien que tiene una visión clara de su pasión, y de su amor por los superhéroes. Nadie trabaja como Greg, nadie ha pensado cómo generar un ambiente inclusivo de trabajo dentro y fuera de la pantalla. No entiendo qué lo hace tan especial, qué lo hace entender tan plenamente al género de los superhéroes, pero también las grandes fallas que el mismo ha tenido a la hora de la representación. Berlanti nos ha dado cosas que décadas de superhéroes no nos supieron dar, pero en su forma de hacerlo se siente su amor. Su amor al mundo, al género, a las posibilidades de sumar nuevas voces, nuevas formas de lo heroico. Pero nunca perdiendo que hace divertido a estas aventuras, a estos fines del mundo. No solo es un genio, sino es una enorme y gran persona y él siente mucho de eso se debe a lo bueno que le generaron los superhéroes. 

—¿Cómo ha cambiado el rodaje de series masivas, tan gigantes, desde el comienzo del coronavirus?

—Generalmente recibimos una semana antes los guiones que vamos a filmar en siete días. Y de repente todo se terminó. Nosotros estábamos en pleno rodaje cuando todo se frenó. Estaba escrito el final, pero tuvimos que irnos a casa. Los escritores tuvieron que recalibrar, a ver cómo podíamos mover esos eventos del final de la temporada seis, a la temporada siete. Necesitábamos ver cómo atar ese moño de la manera correcta. Pero lo cierto es que todo ha cambiado mucho, y no sabemos cuán permanente o no será todo. Nosotros lo sufrimos, como cualquier show, como cualquier profesión, muy de primera mano. 

—¿Qué creés que puede cambiar en los relatos de los superhéroes a la hora de pensarlos como sucesos post-pandémicos?

—Es muy difícil saberlo. Pero vuelvo a algo que dije antes: veo a este género como un escapismo, como una forma de procesar el mundo distinta. Y quizás ahora es el momento de volver a esa vertiente, más cercana al entretenimiento. Siempre habrá sentimientos ahí, pero quizás es la hora de confiar plenamente en el poder de los géneros. Los sueños sobre cómo podríamos ser, o simplemente ver cómo se resuelve esa aventura del día. Obvio eso no implica que haya vetas sociales, políticas y demás. Pero no creo que el género se altere radicalmente. Creo siempre que su base ha sido procesar la realidad desde otro lugar. 

—¿Hay algo que sepas del personaje ya que nadie ha interpretado a Flash tantos años en una ficción como vos? 

—Probablemente no. Pero quiero decirte, tengo mis pequeños secretos, tengo mis rincones del personaje que son solo míos y me hacen entender por qué a veces hace lo que hace, más allá del guión. Los fans saben todos los detalles, del show, de los cómics. Pero entiendo que vas al corazón del personaje. Y eso sí es un secreto.

El amor por superman

—¿Quién eras antes de este personaje y quién eres ahora?

—Necesito pensarlo un segundo. Siempre he sido una persona muy sensible, alguien que quiere seguir sus pasiones. Y todavía lo soy. Eso no ha cambiado. Todavía soy muy sensible. No sé si es el show lo que me ha cambiado, o cómo ha cambiado la vida, mi vida, en estos siete años del programa. Hay cosas que tienen que ver con un crecimiento natural, con ser más paciente (y eso es importante, y es algo en lo que trabajo todos los días). Siempre tuve una fascinación con el trabajo, y cada vez quiero estar más involucrado con eso. Esa es la punta del iceberg de quién era y cómo ha cambiado.  

—¿Es cierto que peleabas de joven defendiendo a “Superman”?

—No, no era fanático de los superhéroes. Seguro que lo leí. Sí fui muy fanático de los films de Superman. Pero los cómics no estaban en mi radar. Superman es mi personaje favorito. Siempre lo fue. En el secundario había esas charlas de adolescentes, discutiendo vorazmente cuál era el superhéroe más fuerte. Y un amigo gritaba por Flash, que era el mejor, que tenía el mejor diseño, que vencía a todos. Y yo solo hablaba de Superman. De hecho, hoy, en el set, me pasa que cuando hay un actor vestido de Superman me pongo un geek al respecto, y aparece algo de mi infancia, de mi cariño por el personaje. Obvio que Flash ahora es parte de mí, que veré siempre con otros ojos.

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