El de ‘Mare of Easttown‘ no es el único policiaco interesante que hemos visto en estos días. Hace unas semanas, Filmin estrenó ‘La caza de un asesino‘ (‘Jakten på en mördare’), un inquietante thriller basado en un caso real. Una miniserie de seis episodios que pone pies en la tierra a la hora de relatar con todo el realismo posible un caso que conmocionó Suecia.

Mikael Marcimain (‘Call Girl’) dirige el libreto de Lotta Erikson y Helene Lindhom (basado a su vez en el libro de Tobias Barkman) que se centra en la investigación del caso de la desaparición de Helén Nilsson, una niña de diez años. Tan solo días después aparecería su cuerpo sin vida con claros signos de violación.

La serie, ambientada en una región del sur de Suecia, sigue la investigación policial liderada por Per-Åke Åkesson y Monica Olhed durante los quince años que duró hasta que se pudo detener al culpable. Anders Beckman, Lotten Roos, Håkan Bengtsson, Lars Schilken, Rasmus Troedsson, Catherine Jeppsson, Magnus Schmitz y Sasha Becker conforman el reparto principal.

Un noir de investigación

‘La caza de un asesino’ tiene claro desde el principio que no quiere ser un noir nórdico más del que se estrenan decenas al año. Y la vía la tiene clara. Esto más que un drama de personajes (que de hecho no están demasiado desarrollados), esto es algo sobre la investigación pura y dura. Es meticulosa abordando el lento proceso de deducir, encontrar pistas, pruebas, encajarlas y todo eso.

Esto hace que la serie sea especialmente inquietante por ese acercamiento tan realista en el que navegamos por un ir y venir de pederastas, de hablar con sospechosos y con criminales, resolviendo otros asesinatos en el camino y llenando páginas de un guion generoso en interrogatorios, en charlas incómodas. En cierto sentido parece una suerte de respuesta sueca a ‘MINDHUNTER‘, pero poco tiene que ver con la propuesta de Fincher.

Sí que se nota, y a veces para mal, que la serie está muy documentada y estructurada en torno a los diversos informes policiales que han servido para construir esta caza policial. Esto hace que, en ocasiones, la ficción sea algo más dispersa e incluso farragosa de lo que se propone en su exploración de las ramificaciones que tuvo este caso de la desaparición de Helén.

Lo que no quiere decir que divague o que no sea interesante, ya que todo eso nos sirve mucho para hacernos un panorama de lo que se estaba sufriendo en la Escania sueca en ese periodo de tiempo. Sin embargo, estas partes palidecen algo frente a lo que es la parte de «caza» pura de esta dilatada investigación.

Una mirada a quince años de trabajo policial

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Otro aspecto interesante tiene que ver por el lapso de tiempo en el que se mueve la serie. Esos 15 años de búsqueda del asesino también se plasman en la modernización de la policía. Una suerte de vieja escuela haciéndose a los nuevos avances forenses y a los nuevos modos de abordar la mente de un criminal.

Quizás sea por este abordaje casi documental de la serie lo que hace que ‘La caza a un asesino’ tenga problemas a la hora de funcionar a un nivel puramente televisivo. El ignorar resortes de ficción necesarios para equilibrar y avanzar la historia hace que no invite precisamente al visionado pasadas las primeras secuencias.

Pero eso no quiere decir que la serie te eche de primeras. Lo inusual de la propuesta dirigida por Marcimain es su principal atractivo. Otra cosa es lo que este sosegado thriller de oficina logre convencer al espectador más curtido en el género policiaco.