Actriz, cantante e influencer, Lali Espósito sigue sumando roles y todos parecen caerle como anillo al dedo. Su debut como jurado de la nueva temporada de La Voz argentina (Telefe, a las 22.30) donde comparte tarea con Soledad Pastorutti, Ricardo Montaner y Mau y Ricky Montaner, no hizo más que confirmar su carisma para sumar fans.

Acostumbrada al show desde muy chica, Lali impuso su presencia ya desde las primeras emisiones del programa, a tal punto de volverse la favorita en las redes sociales, mientras el concurso de canto que conduce Marley sale al aire.

Sentido del humor, simpatía y calidez son algunas de las cualidades que pone a jugar en el ciclo que, si bien tiene el foco en los participantes, suma, con las personalidades de los jurados, un condimento extra. De hecho, ya es un clásico de cada emisión el juego en el que Lali y Montaner padre rivalizan casi a modo personal, por quedarse en sus respectivos equipos con alguno de los artistas.

«Hay que elegir sólo 24 de cientos que escuchamos!!!! Es tan jodido les juroooooooo«, contó la actriz desde su cuenta de Twitter. Y así lo demuestra también cada noche cuando ninguno de los cinco jurados se da vuelta para elegir a quien está cantando, aunque después los halaguen por su actuación.

La jurado que derrocha empatía

Casi siempre es Lali la primera en «consolar» al participante que quedó afuera del certamen, o de darle ánimo y buena onda para que no se sienta mal por no haber sido seleccionado.

«Hay que elegir 24 de casi 200 que escuchamos….todos cantan hermoso«, justificó ante la queja de un usuario de Twitter por haber dejado afuera a un participante. De hecho, en una entrevista, Lali no tuvo reparos en admitir: «Juzgo con mucho respeto porque todos cantan mejor que yo».

Atenta a todo, Espósito también explicó que los jurados recién se enteran de las historias personales de quienes llegan al programa cuando lo ven al aire. «Si no lo van a elegir no me pongan la historia del padre, porque nos hace mierda«, se quejó en un tuit Malena Guinzburg, en una de las emisiones. Y Lali enseguida se hizo cargo y le comentó: «Y nosotros que no lo sabemos… Lo vemos al aire todo… TERRIBLE«.

Gran conocedora de los escenarios y los tiempos, Lali salta todo el tiempo las convenciones y dialoga directamente con el público, mirando a cámara con picardía, bailando en la pista de La Voz... o apretando el botón para elegir participante, directamente sentándose encima.

La cantante apela a todos los recursos que tiene a mano: desde chicanear con humor a los hermanos Montaner, o seducir con un chiste al participante que quiere para sumar a su equipo, hasta revolear la campera de jean que lleva estampado su nombre en la espalda, emulando el poncho de su compañera Soledad.

Espontánea, Lali no tiene drama en decirle a alguno de los participantes: «¿Cómo te llamás? Qué guapo sos» y enseguida, agregar: «No me lo estoy intentando levantar, eh«. Ocurrente, se ríe de sí misma trepándose al sillón como una nena para tomarse el pelo por su altura, siempre en complicidad con su público.

Con un éxito internacional que la convirtió en estrella en España y Latinoamérica, Lali sabe cómo sacarle el jugo a su presencia en el programa y jugar también a seguir siendo la chica de barrio. «¡Mamá, estoy trabajando con Montaner!«, gritó en la emisión del último miércoles, mientras saludaba mirando a cámara. Del otro lado, los fans seguían multiplicándose.