Diego Maradona fue el quinto de ocho hermanos. Doña Tota y Don Diego habían traído al mundo primero a Ana María, Elsa Lili, Rita Kity, María Rosa, luego al famoso astro del fútbol y, finalmente, a Hugo, Lalo y Claudia Cali. Las hermanas siempre habían tenido devoción por el Diez, desde que era un niño, y lo cuidaron con un cariño casi maternal. Incluso, cuando él ya estaba casado con Claudia Villafañe, madre de sus hijas Dalma y Gianinna, siguieron muy presentes en su vida.

Luego de que la Justicia de decidiera darle lugar a un pedido de las hijas de Diego y prohibirle a Morla que siguiera patrocinando a las hermanas del astro en la causa en la que se investiga la muerte de Maradona, dónde hoy está siendo investigado, Ana, Kity y Cali se sentaron junto al letrado en el living de Luis Novaresio, en Debo Decir, por América. Y no sólo recordaron su infancia junto al astro, sino que también tuvieron palabras muy duras para con sus sobrinas.

Las hermanas le llevaron de regalo al conductor un botín del astro y contaron que les estaba costando mucho sobrellevar su ausencia. Pero, al momento del brindis, aseguraron no tener a nadie con quien reconciliarse y optaron por levantar sus copas por todo lo vivido junto a Diego. “No somos conflictivas”, dijo entonces Ana. Y aceptaron la propuesta de Novaresio de brindar también por “la sangre”, incluyendo a la ex esposa y las hijas del astro, con quienes hoy están enfrentadas.

Después, todas remarcaron el cariño que el jugado sentía por ellas y destacaron que “su debilidad era Lili”, quien sin embargo no quiso sumarse a la entrevista. “Ella prácticamente lo crió junto con mi mamá. Pero él nos defendía siempre a todas”, dijo Ana. Luego recordó su última charla con él, antes de la operación del edema subdural en su cabeza. “Lo único que me decía era: ‘Cuidate gorda y no hagas cosas que no tenés que hacer’”, confesó.

Entonces, todos recordaron lo difícil que era para Maradona vivir en la Argentina. “Una vez me dijo que quería llevar a mis hijos a una juguetería, pero que no los podía llevar porque se iba a juntar mucha gente. Hasta pensó en cerrarla. Eran las cosas que quería hacer y no podía”, señaló Cali. ¿Qué era lo que más lo hacía sufrir? “El no estar con todos sus hijos, esas cosas. Nosotros nunca le dijimos nada de lo que él no quería hacer. Él hacía lo que él quería. Pero, evidentemente, no podía hacer todo lo que quería”, agregó Ana. Y reconoció que los periodistas lo molestaban “bastante”.

Después, Kity mostró su última foto con el astro y recordó que él la había mandado a buscar en septiembre del año pasado, un mes después de que falleciera su marido, para darle un abrazo en su casa de Brandsen. La mujer, que contó que trabaja en una empresa de seguridad dónde tiene a cargo al personal de limpieza y donde muchos no sabían que era la hermana de Maradona, aseguró que entonces Diego sospechaba que se iba a morir. “Recordando la conversación, ahí él sabía. Estaba bárbaro, como sabiendo que iba a estar en paz”, aseguró.

Después de que Morla asegurara que Diego se dejó ir un poco por la pandemia y otro por el amor no correspondido de Rocío Oliva, las hermanas coincidieron en que el astro estaba subyugado por la futbolista. “Él compraba joyas y le compraba lo que quisiera”, dijo Cali. No obstante, Kity reconoció que no tenían una relación muy fluida con ella. “Nosotros teníamos un lema: si él la elegía, estaba todo bien”, remarcó. De todas formas, Ana recordó que hacía una semana la joven la había llamado y le había enviado una foto de cuando habían ido a Marruecos juntos.

“Cuando estaba con Rocío, íbamos los fines de semana a visitarlo, él nos hacia buscar, Y él estaba feliz de que estuviéramos todas juntas. Jugábamos a las cartas, a la lotería, estaban los chicos….jTodos quería que estuviéramos!”, recordó Ana. Y, cuando Novaresio le preguntó si con las ex parejas, tanto Villafañe como Ojeda no había sido así, todas dijeron que no. Sin embargo, evitaron meterse en el tema de los bienes que recibió Oliva por parte de Diego. Y pusieron en duda el video con el que ella lo había denunciado públicamente por violencia de género luego de que él la acusara de robo en Dubai.

Entonces, el conductor recordó que Dalma había dicho que quería ir al programa a enfrentar a sus tías y a Morla. “El estilo de Villafañe es presionar a funcionarios judiciales y a periodistas pensando en su loca cabeza…¡Diego Maradona podía llamar así!. Mirá si ella va a impedir que yo esté sentado acá…”, dijo entonces el abogado. Y esto dio pie para que Novaresio le pidiera a las hermanas su opinión del letrado. “Mi hermano siempre dijo: ‘Confíen en él que es un hombre honesto’. Y nosotras confiamos en él”, fue la respuesta de Ana.

Luego de que el periodista recordara que Claudia lo bancó a Diego en un momento en el que estaba muy mal, Morla volvió a hablar de las causas que pesan sobre la empresaria. “Cuando lo internaron en Cuba dio la orden de que le paguen la obra social a Don Diego y a Tota y Claudia no se la pagó”, dijo el abogado. Y las hermanas, aunque reconocieron que Villafañe había sido una buena madre con sus hijas, dejaron en claro que no tenían nada que hablar con ella ni con sus sobrinas.

“Lo único que digo es que no les caemos muy bien que digamos, porque nos faltan el respeto. Si nos llaman por teléfono, no nos dejan hablar. Ellas son muy irrespetuosas. Tanto a mí como a todos nos tratan mal”, aseguró Ana. Y contó que, durante el velatorio de Maradona, las habían dejado en un lugar aparte. “A nosotros nos hicieron esperar ahí hasta que lo trajeron. Y, cuando el estaba ahí, ella (Claudia) estaba con sus amistades, sus familiares, pero de ella. Y nosotros a un costado, ignorándonos”, agregó.

Kity, por su parte, contó que cuando Diego estaba vivo si tenían un trato de familia. “Él era el que unía, porque él nos quería mucho y no permitía que nadie nos desaire”, explicó. Luego dijo que el “rencor” existía sólo “de la otra parte”. Y Cali aseguró que esto era porque eran la familia de origen del astro. “Él siempre nos quiso tener allá arriba a los ocho hermanos”, señaló. Y reconoció que ella fue la única que asistió al casamiento de Dalma, a pesar de que la participación para las hermanas había llegado con tan sólo 24 horas de anticipación.

Entonces, las mujeres aseguraron que si Diego no hubiera tenido dinero no se hubieran sucedido tantos problemas. “Hubiéramos sido una familia normal”, dijeron. ¿Si ya estaba terminado el tema de la sucesión y la división de bienes? Según Morla, esto no fue posible por una medida cautelar impuesta por Eugenia Laprovittola, una de las jóvenes que tiene un pedido de filiación pendiente al igual que Santiago Lara y Magalí Gil. Pero reveló: “El otro día detectamos que Dama había sacado cien mil dólares de una financiera y yo lo denuncié”.

Ante el asombro de Novaresio, el letrado aseguró que cuando había nacido Dieguito Fernando, las hijas de Villafañe habían sacado dos millones de dólares de una cuenta de Diego para ponerlas en una caja de seguridad a nombre de su madre y que manejaban ese dinero mediante una financiera. Según él, todo esto estaría debidamente acreditado en la Justicia. Pero las hermanas dejaron en claro que su interés no pasaba por la plata. Y que intuían que Maradona podía llegar a tener más herederos. “Diego no nos contaba que tenía tantos hijos”, dijo Kity, Y confesó que ella le pedía que se cuidara, pero que él no le hacía caso.

En relación a las regalías de la marca del astro, que está en manos de la empresa Savdica y con las que Maradona habría previsto la manutención de sus hermanas, Morla contó que se encuentran trabadas por la Justicia. Y, entonces, ellas recordaron la Navidad del año 1982, cuando él las sorprendió regalándoles un departamento. “Nos dejó una cajita con el nombre de cada una en el arbolito, que adentro tenía una llave simbólica. Y a Lili le regaló un auto porque ella vivía con él”, contó Ana.

Después, Kity recordó el triste momento en que se enteraron por una nota que su hermano consumía drogas. “Don Diego se murió sin entender. Doña Tota sí, lloró mucho. Lo peor fue cuando pasó lo de Punta del Este (la internación en el Sanatorio Cantegril en el año 2000). Ahí pensamos que se moría mi mamá con él. Sufrió muchísimo”, dijo. Y contó que la mujer se culpaba ya que muchos la señalaban por “el sidieguismo” que tenía con su hijo. Pero que, cuando finalmente lo internaron en la clínica de Parque Leloir para su recuperación, en el año 2005, habían sido ellos quienes habían puesto la firma.

¿”Lo dejaron morir a Diego?”, fue la pregunta de Maradona. “Yo eso no lo puedo asegurar. Que por ahí estaba mal y no tenía los médicos para asistirlo, eso sí estoy segura. Pero que lo dejaron morir, no estoy segura”, dijo Ana. Pero Kity fue contundente: “No, no lo dejaron morir”. Y, dejando de lado a Morla, dijo que si había algo mal para resolverlo estaban las chicas y ellas. “Pongo a las hijas en primer lugar y después estábamos nosotros. Si hay que buscar culpables, todos tenemos un poquito de responsabilidad. De no haber dicho: ‘¿A ver qué está pasando?’”. Y dijo que Maradona le la clínica se había retirado bien. Pero la mayor agregó: “Si a nosotros nos dejaban participar, también podíamos haber hecho algo. No nos dejaron porque ya estábamos muy grandes”.