La pandemia introdujo importantes cambios en la forma de trabajar de los británicos y, con la actual reapertura, el Gobierno de Reino Unido abre un debate público sobre si debe regular y convertir en la regla el llamado “trabajo flexible” -que permite cambiar los horarios o la oficina por la casa- o directamente acortar la semana laboral a cuatro días, mientras Escocia y Gales ya planifican o discuten programas pilotos para convertir esta última modalidad en una norma.
Después de mucho debate público, el tema se instaló de lleno en la agenda del Gobierno del primer ministro Boris Johnson y, por eso, este viernes será lanzada una encuesta sobre el futuro del trabajo, en la que propone que los empleados tengan el derecho a solicitar una modalidad flexible desde el momento en que comienzan a trabajar.
El plan en principio permitiría a todos los empleados del Reino Unido pidan trabajar desde sus casas o fuera de la oficina parcial o completamente, comprimir todas sus horas en solo unos días en la semana, cambiar la hora de inicio de trabajo, cortar en el medio o terminar más tarde, entre otras opciones que, claro, siempre deben ser consensuadas con el empleador.
En la actualidad, las personas tienen que esperar hasta cumplir seis meses en su trabajo para pedir algún tipo de cambio. La propuesta del Gobierno también sostiene que obligaría a los empresarios a responder a estos pedidos con mayor rapidez y a justificar cuando se los niegan.
Pero mientras a nivel nacional el tema recién se está discutiendo, en Escocia, el oficialista Partido Nacional Escocés (SNP) está diseñando un programa piloto para implementar la semana laboral de cuatro días y ya prometió un fondo de 10 millones de libras (más de 137 millones de dólares) para que las oficinas prueben un horario de trabajo más corto, sin recortar el salario de los trabajadores.
“La pandemia ha servido para intensificar el interés y el apoyo a prácticas laborales más flexibles, que podrían incluir un cambio a una semana laboral de cuatro días. Las reducciones en la semana laboral podrían ayudar a mantener más y mejores empleos y mejorar el bienestar”, defendió un vocero del Gobierno escocés a la prensa local.
Explicó que están en las primeras etapas del diseño de una prueba piloto que ayudará a las empresas a explorar los beneficios y costos de pasar a una semana laboral de cuatro días.
La idea tiene apoyo popular. Según una encuesta realizada por el grupo de expertos IPPR Scotland a pedido del Gobierno escocés, más de ocho de cada 10 escoceses apoyan la introducción de una semana laboral más corta porque creen que tendría un efecto positivo en su bienestar.
Fuente; TELAM