El mismo 22 de octubre de 1951 que en el barrio porteño de Caballito nacía Charly García, en la ciudad de La Plata llegaba al mundo Federico Moura, el artista que al frente del innovador grupo Virus, en la década del 80, aportó una novedosa estética al rock argentino al poner en un primer plano a la sensualidad.
A la par que con Virus, la banda que compartía con sus hermanos Julio y Marcelo, hizo punta en la llegada de nuevos sonidos para la escena local inspirados en la new wave, con canciones pegadizas y sintéticas, y líricas plagadas de humor e ironía. El artista, que murió en diciembre de 1988 a causa del Sida, planteó un nuevo concepto estético de frontman basado en la ambigüedad sexual.
Esta nueva configuración también tuvo un fuerte soporte en la delicadeza de sus movimientos, en el cuidadoso detalle de las puestas en escena que ideaba y en la sutil expresividad, algo que desconcertaba al público rockero de la época, acostumbrado a manifestaciones viriles o a la preponderancia del compromiso político o poético por parte de los grandes referentes.
Resistida en un principio, Virus se convirtió en una banda clásica y de referencia para el rock argentino.
Del cuestionamiento al éxito
Cuestionado en un primer momento, la aparición de Federico Moura fue el puntapié inicial para que el rock argentino, desde una visión hedonista, tuviera en cuenta la diversidad sexual y prestara atención al goce sin caer en una especie de humorada estudiantil.
“Lo innovador en Federico Moura como frontman era su estética y sus movimientos en el escenario. No era solo cantar. También tenía una expresión corporal que era alucinante, muy activo en escena. Tengo la información de que él se encargaba de armar las luces en el escenario. Era muy detallista. Sin lugar a dudas, el mejor frontman que vi en vivo“, comentó a Télam Leo García.
Y amplió: “En cuanto a la diversidad sexual, por la época en que vivía se manejó con el doble sentido en las letras. No manifestaba abiertamente su condición porque no era fácil en aquel momento. Creo que Virus no hubiera tenido el alcance que tuvo si lo hubiese hecho. No me caben dudas porque yo también padezco eso. Estamos en un mundo con muchos prejuicios aún. Hoy en día sigue siendo un tabú“.
Sin embargo, el creador de Morrisey y Reírme más, entre otros hits, destacó la manera en que, asociado con otros letristas como Roberto Jacoby, Eduardo Costa o sus propios hermanos, se las ingenió para apelar a cuestiones relacionadas con lo sexual a partir de líricas “entre picarescas y poéticas”. “Sin dudas, fue un adelantado en eso”, apuntó.
Canciones sintéticas, la ironía a flor de piel y la androginia como elección estética.
Abanderado del cambio
Por su parte, la cantautora Vale Cini remarcó que la cara visible de Virus “trajo la diversidad, algo más andrógino, una poesía diferente que hablaba de sexo y masturbación, y trajo lo homoerótico a la música y a la escena, lo cual era algo muy necesario”.
“Soy muy fan, aunque no me gusta esa palabra, pero amo mucho a Federico Moura y me conmueve mucho la música de Virus. Creo que su modo de encarar la música, de hacer lo que se le cantaba, abrió muchos caminos. Hoy somos muches artistas que, más allá de lo que se espera que hagamos, tomamos otras decisiones estéticas gracias a su legado, que vive en muches de nosotres”, manifestó.
En sentido similar se expresó el músico Nahuel Briones, quien trazó un risueño paralelo al remarcar que Federico Moura logró “conquistas que, como pasa con el peronismo, te guste o no, las usás”.
“Cantaba de una manera muy bella en una época en que se cantaba en un estilo muy rocker, muy ‘podri’. Generó la posibilidad de cierto orgullo gay o de ser quien sos sin tener que modificar tu personalidad. Eso es súper importante porque le aportó verdad al arte”, sostuvo Briones.
Pero aunque aceptó que de manera “poética y divertida” planteó algunas temáticas “súper profundas” y “reencontró una forma de ser sexual”, el cantautor remarcó que “para el mundo gay artístico fueron más importantes figuras como Sandra Mihanovich y Celeste Carballo” porque, a pesar de todo, “Virus era una banda de chabones y tenía una energía masculina en la forma de desear”.
Mucho más que un ícono sexual
En sentido similar, Leo García remarcó que no creía “que exista alguien que haya tenido tantas bolas para decir cosas de ese nivel”, pero puso en duda que el legado de Moura haya sido retomado por el colectivo LGBTBIQ+.
Federico Moura fue uno de los grandes innovadores en el rock argentino de los ’80.
“Creo que el colectivo se agarra de otras cosas, no de cosas del rock nacional o de los que somos homosexuales y cantamos. Con todo respeto, creo que falta ese reconocimiento”, señaló García.
Y completó: “Se orienta más que nada a curar todo el mal y toda la contra que pueda existir ante una persona homosexual o no binaria, y me parece bueno ese desarrollo, pero no sé si lo tomó a Federico como un ícono. Y no sé si él hubiera querido eso. Era un artista muy esteticista pero no tenía la sexualidad como carta de presentación“, consideró.
Por su parte, el realizador Sergio Cucho Costantino, que abordó la vida de Federico Moura en su filme Imágenes paganas, hizo hincapié en el carácter esteta del líder de Virus, que posibilitó la aparición de un nuevo look en el rock argentino.
“Con su gran personalidad, Federico se animó a vestirse raro y elegante, cosa que los rockeros de acá no le daban tanta importancia, como tampoco lo hacían con la puesta escénica. Fue el frontman que trajo un cambio que necesitábamos, tanto en la música como en el look”, destacó el cineasta.
En cambio, prefirió definirlo como “un vanguardista, un hedonista total, un disfrutador del buen vivir y un hombre que era tan culto que no tenía tiempo de hablar estupideces“.
“Creo que Federico nunca levantó la bandera gay, nunca se declaró así y nunca se le conoció un novio. Su sexualidad era algo que estaba implícita, pero lo que sí sé, por lo que me contaron sus compañeros, es que si había un tipo con cojones en la banda, ese era él”, remarcó Costantino.
Fuente: Télam/Hernani Natale
E.S.