He aquí una lista completamente subjetiva, opinable e incluso discutible, elaborada a partir de la cosecha española de largometrajes estrenados en plataformas y salas comerciales durante este 2021 hasta este mes de noviembre. El lector encontrará ausencias y doy fe de que la mayoría de ellas son a propósito.


Ni la comedia de Fernando León de AranoaEl buen patrón‘, ejemplo meridiano de la imposibilidad de ejercer la sátira desde la militancia, ni la lacrimógena, abigarrada e irregular ‘Madres paralelas‘ de Pedro Almodóvar, han conseguido colarse en este ránking. Tampoco títulos relativamente aplaudidos como el tendencioso documental ‘Billy’ de Max Lemcke o la sobrevalorada y decididamente blandita ‘Chavalas‘ de Carol Rodríguez Colás, pese a la fuerza de su cuarteto protagonista, han encontrado su espacio, seguramente merecido para muchos de vosotros.

Tampoco me apasionó la desaprovechada coproducción ‘Crónica de una tormenta’, la pretenciosa ‘Distancia de rescate‘, el torpe terror rural de ‘La casa del caracol’ o la decepcionante ‘Libertad’ de Enrique Urbizu. Dentro de la comedia, títulos como la aceptable ‘García y García‘, la aburrida ‘Fuimos canciones‘ de Juana Macías, la correcta pero algo básica ‘Cuñados’, la irregular ‘Operación Camarón‘ (sobre todo considerando el probado talento para el género de su director) o la mojigata ‘Donde caben dos‘ han sido debidamente marginados.

Me duele ignorar, en cambio, la divertida ‘Sevillanas de Brooklyn’ de Vicente Villanueva, la relativamente gamberra ‘Descarrilados‘, notable debut de Fer García-Ruiz, o la entretenidísima ‘Poliamor para principiantes‘, prueba de que el incombustible Fernando Colomo puede seguir analizando y satirizando una generación ajena sin pecar de rancio. Y llama poderosamente la atención la ausencia de cine fantástico digno de mención, mientras aguardamos el estreno de la esperadísima ‘La abuela‘ de Paco Plaza.

Tampoco me habría importado incluir el bruto, y sí, también algo tosco thriller ‘Hombre muerto no sabe vivir‘ de Ezequiel Montes, que voló por nuestras carteleras, o películas pequeñas pero honestas, como ‘La viajante’ de Miguel Mejias, la sorprendentemente sobria (y sólida) ‘Sólo una vez’ de Guillermo Ríos Bordón, ‘Nora’ de Lara Izaguirre (con uno de los mejores descubrimientos actorales del año, Ane Pikaza), ‘Los inocentes’ de Guillermo Benet, ‘Las consecuencias’ de Claudia Pinto Emperador, u ‘Olvido y león’ de Xavier Bermúdez, tan inclasificable, desapercibida y extraña como su predecesora. En fin, qué sabe nadie. Seguiremos informando.

‘Bajocero’

Estrenado en Netflix a principios de año, este thriller adrenalínico, oscuro y algo imposible (para bien: el entretenimiento siempre antes que la lógica) vino a demostrar la buena forma del actual policiaco español.

Duelo actoral de altura entre unos soberbios Javier Gütierrez y Karra Elejalde, la trama de ‘Bajocero‘ se beneficia de un notable reparto de secundarios (Patrick Criado, Luis Callejo y Andrés Gertrudix, entre otros, echándole la necesaria dosis de pimiento y talentazo al asunto) en un film de Lluís Quílez que recuperaba el sabor del polar western, el añejo cine de Walter Hill y John Flynn, con guiños a clásicos del género como ‘El diablo sobre ruedas‘ y un final que abrazaba el paradigma del parafascismo políticamente correcto. En palabras de Mikel Zorrilla para esta web “una propuesta excelente que sabe cómo mantener la intensidad y mantener el interés del espectador».

El club del paro

Comedia vitriólica de mala digestión que se permite tomarse a guasa la crisis y la pandemia, dibujando unos perfectos bocetos de los cuñados de barra de bar. Personajes antipáticos, perdedores sin remedio, desechos del sistema y en último término entrañables de puro reconocibles.

Su director, David Marqués, siempre navegando entre el mainstream y el underground, vuelve a llamar a sus habituales (Eric Francés, Fernando Tejero, Adrià Collado), a los que se suma encantado un perfecto Carlos Areces. Humor de carcajada retorcida, que sigue la senda de la oscura e igualmente tronchante ‘Desechos’ (2010). Su director también ha firmado este año el guion de la minusvalorada ‘Descarrilados’.

Quién lo impide

Soberbio documental entendido como experiencia inmersiva sobre una generación de la que todo el mundo habla y nadie parece querer escuchar sin altivez ni condescendencia. Tras la notable ‘La virgen de agosto’, Jonás Trueba alcanza la madurez cinematográfica con este experimento tan fascinante como exhaustivo, dividido en tres partes y un epílogo, especialmente interesante a la hora de buscar una voz personal entre la ficción y la no ficción, entre botellones, mediaciones y debates políticos.

Ojo a una luminosa Candela Recio. Ganadora de un premio especial a todo su reparto en la 69ª edición del festival de San Sebastián, fue, en palabras de Juan Luis Caviaro «quizá la única película imprescindible del festival».

‘Un blues para Teherán’

El periodista Javier Tolentino presentaba en julio su primera película, este meritorio y trabajadísimo acercamiento en clave documental a la música iraní. Obra cálida y cercana, alejada de toda gravedad, que se acercaba a través de la melodía a la obra de cineastas tan enigmáticos como Abbas Kiarostami o Jafar Panahi a través de la figura del joven kurdo Erfan Shafei.

Lo tiene duro compitiendo contra la excepcional ‘Quién lo impide’, pero no me cabe duda de que peleará por el Goya al mejor documental en un año que no ha dado demasiadas muestras rescatables dentro de la no ficción, pero sí un buen puñado de obras curiosamente híbridas, como la misma de Jonás Trueba, ‘Destello bravío’ (Ainhoa Rodríguez) o ‘Espíritu sagrado‘ (Chema García Ibarra), esta última de próximo estreno en salas.

‘Karen’

Una falsa película pequeña, rodada de forma frontal y minuciosa, a partir de los diarios de la escritora Karen Blixen en África, encarnada por su sorprendente Christina Rosenvinge. La película de María González Sanz es puro cine sensorial y hermoso, ajeno a los corsés del biopic clásico y a las tendencias imperantes, que consigue encontrar una singular voz en la vida de sus escenas íntimas y en sus diálogos cargados de lucidez.

Un relato del diálogo intercultural entre dos personas complementarias arropado por el magnetismo de un retrato de mujer en primer plano. Un debut tan espectacular como el año pasado lo fuera ‘My mexican bretxel‘ de Nuria Giménez Lorang.

‘Érase una vez en Euskadi’

Ópera prima llena de hallazgos con un tono dulce, amable, conciliador y nostálgico, aunque no exento de crudeza. El planteamiento no puede ser más arriesgado: retratar la oscuridad de un Euskadi presidido por la ominosa sombra de ETA a partir de un coming of age juvenil.

Tiene algo en común con la reciente, y algo sobrevalorada, ‘Hijos del sol’, aunque Manu Gómez se interesa más en una clase media venida a menos que en la desesperación de la indigencia. Y lo hace a través de un puñado de anécdotas tragicómicas: la compra de un vídeo BETA, el enamoramiento y espionaje de una vecina, el alquiler de una peli porno… Destaca un reparto magnífico, donde brillan tanto los chavales protagonistas, como los adultos, entre ellos Luis Callejo, Marián Álvarez, Vicente Romero y Ruth Díaz.

‘El sustituto’

El insobornable Óscar Aibar vuelve a la carga con un thriller seco y áspero sobre un tema apasionante (los nazis refugiados en España), puro cine pulp con el nervio de John Frankenheimer o Don Siegel. Filmado como una novela gráfica de Andreu Martín y con el ritmo y el espíritu de un libro de Juan Madrid, ‘El sustituto‘ merece pasar al pequeño panteón de clásicos de cine negro español junto a ‘La cripta’ o ‘El arreglo’, pero al margen de todo esto, es una película con el personalísimo toque de su autor.

Vicky Luengo, tan espléndida como siempre, deja espacio a un soberbio Ricardo Gómez, que se las apaña para capturar la extraña mezcla de fuerza y vulnerabilidad de su personaje… es decir, hace lo que Daniel Craig y su grupo de guionistas no supieron hacer con James Bond. Pere Ponce, en el mejor papel de su carrera, es desde ya merecedor del Goya al mejor actor secundario.

‘A todo tren: destino Asturias’

La cuarta colaboración del tándem Marta González de Vega / Santiago Segura y la mejor hasta el momento. Comedia familiar alegremente festiva y sibilinamente disidente, que pone al día el cine de Robert Stevenson (‘El abuelo está loco’, ‘La bruja novata’) y reivindica el humor del John Hughes más anárquico e incisivo, de ‘Solo en casa’ a ‘Mejor solo que mal acompañado’.

Sus mejores momentos son los que muestra un espíritu de cartoon, con evidentes señas de Hannah Barbera, Looney Tunes o Matt Groening (el magnífico episodio de la camioneta hippie) mientras reparte con elegancia a machistas, progres cuquis y cuñados dentro de un caos magníficamente orquestado.

‘Destello bravío’

Junto con ‘Espíritu sagrado’, una de las películas independientes más fascinantes del año, pese a sus excesos o precisamente por éstos. Ainhoa Rodríguez invoca en ‘Destello bravío‘ el espíritu de ‘El fantasma de la libertad’ de Luis Buñuel para invitarnos a una inmersión cenagosa en la España extremeña que se mueve entre el costumbrismo y el surrealismo, con una especial atención a la sexualidad oculta y desbordante de la mujer madura. La secuencia de la cena, en este sentido, resulta extraordinaria.

‘Lucas’

En unos tiempos tan puritanos como los actuales, llama la atención una propuesta tan marciana como ‘Lucas‘, que aborda la pedofilia, entre otras cosas, con una mirada parecida a la del añorado Eloy de la Iglesia y pareciera firmada por uno de sus discípulos aventajados.

No siempre cae de pie, especialmente en sus giros finales, pero se agradece su valiente planteamiento, su regusto amargo, su textura sórdida y el excepcional trabajo de los intérpretes, en especial el del joven Jorge Motos y el de un inmenso Jorge Cabrera, cuyo trabajo se queda pequeño ante cualquier elogio.

‘El cover’

Hay obras que te conquistan a pesar de sus defectos, de lo subrayado de sus ideas, de lo confuso de sus intenciones, de la irregularidad de su montaje. Por eso la ópera prima de Secun de la Rosa es una de las tragicomedias más encantadoras y disfrutables de este año, por el valor y el riesgo de su propuesta, por la entrega y verdad de su reparto, por lo personal y visceral de su historia.

Un canto emocionado y emocionante a los perdedores y farsantes en una España portátil de karaoke, contagiada por el innegable encanto de Marina Salas, Alex Monner, María Hervás y Carolina Yuste, junto a un completo plantel de secundarios.

‘Nación’

Nación

La directora gallega Margarita Ledo, en la línea del cine rupturista y experimental tan propio de su tierra en los últimos años, recoge en este interesante y trágico documento el sentir colectivo de un grupo de mujeres de la fábrica de cerámica Pontesa, que se rebelaron contra unas condiciones injustas. Relato de solidaridad e insumisión con ecos de ‘Roger and me’ de Michael Moore y ‘Numax presenta’ de Joaquím Jordá. Estremecedora secuencia final.

‘Mediterráneo’

El director de la estimulante ‘100 metros’ narra en ‘Mediterráneo‘ los orígenes del Open Arms en una obra que prescinde del tono aleccionador para narrar un relato épico de personajes de carne y hueso, con sus contradicciones, miedos y osadías.

Un reparto perfecto capitaneado por un mayúsculo Eduard Fernández, muy bien acompañado por Anna Castillo y un sorprendente Dani Rovira en un registro dramático. La mejor de las tres películas preseleccionados para la carrera hacia los Oscar.

‘Maixabel’

Icíar Bollaín, a partir de un guion escrito por ella misma e Isa Campo, juega fuerte con un tema delicado en su mejor película desde la aplaudida ‘Te doy mis ojos’. Una sobria puesta en escena apoyada en brillantes interpretaciones, donde destacan los careos entre Blanco Portillo, Luis Tosar y Urko Olozabal y el descubrimiento de María Cerezuela.

Maixabel‘ es un perfecto complemento a otras obras que han recuperado este año el conflicto vasco desde distintas perspectivas como la ya mencionada ‘Érase una vez en Euskadi’ o los documentales ‘Non dago Mikel?’ de Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino, ‘Impuros’ de Alberto Utrera o ‘Traidores’ de Jon Viar.

‘¿Con quién viajas?’

Me apetece destacar esta chispeante y triunfal miniatura del cortometrajista Martín Cuervo, como una de las rarezas a descubrir entre los títulos imprescindibles y también como una de las comedias más entretenidas del año.

Entremezcla con habilidad suspense y comedia, un registro amable con otro más oscuro y retorcido, logrando algo parecido a una película de William Castle con diálogos de Neil Simon. Los cuatro actores cumplen a la perfección, destacando el trabajo de Salva Reina y de Ana Polvorosa, siempre brillante en comedia.

‘Armugán. El último acabador’

Desde la impagable ‘Tatawo’, Jo Sol se ha convertido en una de las voces más sugerentes e impagables de nuestro cine. Por si fuera poco ésta es su obra más extraña e inclasificable. Tras la fabulosa ‘Vivir y otras ficciones’, Sol emprende este film hermético, a ratos hipnótico, narrando la rutina de un hombre cuya profesión es encaminar a los moribundos a su destino.

Duele ver cómo a su máximo responsable la élite de críticos le sigue negando el pan y la sal, cuando celebran otras obras más acomodaticias y formulistas, dentro o fuera del llamado cine independiente, siempre dependiente en mayor o media de según quién o quiénes.

‘Ama’

Sugerente ópera prima de Júlia de Paz Solvas en torno al malentendido y casi tabú tópico de la «mala madre». Rodada de forma tan austera como transparente, con la mirada puesta en Belén Funes y especialmente en el cine de los hermanos Dardenne, es tan cruda como a ratos excesivamente complaciente, imperfecta pero siempre interesante.

Tamara Casellas obtuvo reconocimiento en el Festival de Málaga por su trabajo como actriz protagonista, sin duda alguna una de las grandes interpretaciones de este 2021, si no la mejor.

‘Las leyes de la frontera’

Para quien esto escribe, la mejor película española de este año. Regresa el mejor Daniel Monzón, después de la fallida ‘Yucatán‘ y de la algo sosa ‘El niño‘, adaptando el best seller homónimo de Javier Cercas junto al guionista Jorge Guerricaechevarría. El resultado es trepidante y dolorosamente sentimental.

Una kinkiexplotation que se mira y se busca más en los westerns y las películas juveniles de Nicholas Ray que en las míticas películas de Eloy de la Iglesia, Gil Carretero y José Antonio de la Loma. Estupendo trío protagonista, en el que destaca una carnal y talentosa Begoña Vargas. Técnicamente impecable y con alma de clásico maldito.

‘Dos’

No hay un ránking completo sin un perro verde, y he aquí mi pequeña y perversa debilidad. Genuina high concept movie (dos desconocidos, hombre y mujer, se despiertan en una cama pegados por el abdomen), de atmósfera y desarrollo adorablemente weird, la cosa se tiene en pie gracias a la buena predisposición de unos entregados Pablo Derqui y Marina Gatell y a su ajustadísima duración. Dirige la autora de ‘El fotógrafo de Mauthausen‘, y el guion viene firmado por Cuca Canals, Christian Molina y Mike Hostench.

Sus evidentes imperfecciones la dotan asimismo de un extraño encanto que acaba por dejar un buen regusto. Como escribió Víctor López G. para esta web: «Dos alcanza uno de los mayores logros a los que puede aspirar todo largometraje: no dejar escapar la atención del espectador ni un solo segundo». Suscribo.