Varias claves del crecimiento erótico, ideas desde las que impulsar el autoconocimiento sexual.

A pesar de que el sexo sea un aspecto de la vida totalmente natural, eso no significa que los conocimientos referentes a este tema lleguen a nosotros de manera espontánea, sin que nosotros tengamos que hacer nada especial para lograrlo.

Tanto es así que incluso quienes llevan muchos años teniendo una vida sexual activa lo hacen de una manera muy limitada, o cayendo en todo tipo de errores (teóricos y/o prácticos) una vez tras otra. Por supuesto, que hablar de sexo sea algo prácticamente prohibido en varios contextos sociales no ayuda, pero incluso en aquellas situaciones que se prestan más a compartir ideas y vivencias, es habitual exponernos a una gran cantidad de mitos acerca de la sexualidad.

Es por eso que resulta fundamental desarrollar la propia sexualidad partiendo de algo más que no sea simplemente la “sabiduría popular”. El proceso de aprendizaje conocido como crecimiento erótico tiene que fundamentarse en la investigación científica en el ámbito de la sexología.

Las 5 claves para impulsar el propio crecimiento erótico

El concepto de “crecimiento erótico” hace referencia al aprendizaje progresivo de la propia erótica y sexualidad; por ello, consiste en interiorizar conocimientos de carácter eminentemente práctico y emocional (es decir, que va más allá de las palabras) y que se aplican sobre todo a uno mismo, y no necesariamente a todos los seres humanos. Por ello, está muy relacionado con los procesos de auto-conocimiento.

Estas son las ideas fundamentales que te permitirán sacarle partido a este proceso.

1. Dejar de tener como referencia lo que hacen los demás

Asumir que la mejor manera de potenciar el propio crecimiento erótico es fijarnos en lo que dicen o hacen los demás en lo relativo a sus vidas sexuales es limitarse mucho. De hecho, no tenemos por qué asumir que las personas que nos rodean en nuestro día a día y que no tienen formación en sexología o ciencias afines saben más de sexo que nosotros.

Así pues, hay que tener claro que si bien es necesario tener una serie de conocimientos teóricos generales, ni estos son suficientes para comprender nuestro propio potencial para vivir la sexualidad, ni los podemos obtener de cualquier fuente.

2. Bajo una aparente incapacidad para disfrutar del sexo, pueden existir muchos prejuicios

Hay muchas personas que asumen con gran facilidad que no pueden disfrutar del sexo como lo hacen la mayoría de las personas. Sin embargo, en la mayoría de los casos esto tiene que ver con limitaciones psicológicas, no médicas o biológicas. Eso no significa que puedan ser tumbadas de la noche a la mañana (creer eso llevaría irremediablemente a la frustración), pero es importante tenerlo en cuenta para ir acostumbrándonos a salir de la zona de confort.

3. No existen maneras ortodoxas de disfrutar sexualmente

Más allá del respeto por los derechos de las personas, no existen maneras incorrectas de disfrutar de la sexualidad. Por ello, es importante desechar la idea de que hay una manera “troncal” de vivir el sexo y al margen de ella existen desviaciones: ni la ciencia ni el modelo ético con el que funcionan las sociedades libres avalan esa idea.

4. El crecimiento erótico implica conocerse psicológica y corporalmente

En este proceso no hay una separación radical entre la mente y el cuerpo: ambas realidades se solapan entre sí y trabajan al unísono para dar lugar al disfrute, que es un fenómeno material e inmaterial al mismo tiempo. Del mismo modo en el que hay que ir más allá de la genitalidad para potenciar el propio desarrollo sexual, no hay que olvidar que el contexto material que nos rodea influye mucho en cómo experimentamos el sexo.

5. Pedir ayuda es normal

Buscar ayuda profesional en el ámbito de la sexología y la psicoterapia no implica ser débil ni que estemos “rotos”; es la manera más eficaz e inteligente de afrontar dificultades en esta faceta de la vida.

Fuente: www.psicologiaymente.com