Con la ausencia y el gesto torcido de la práctica totalidad de la industria que pretende celebrar, los Globos de Oro han afrontado su gala más dura. Pocos imaginaban que aquella deslucida de 2021, dividida en dos escenarios sitos en cada punta del país, iba a suponer el fin de una era.

Castigados por su socio televisivo y sin la posibilidad de hacer la reunión habitual de estrellas (y no tanto por Omicrón), la HFPA decidió realizar una gala discreta, privada, sin prensa, sin nadie que les moleste y sin ni siquiera una retransmisión online. Pero los premios se iban a dar: nos enteraríamos de a quién, pero no del ambiente en el que se dan.

Qué ha pasado para que estemos así

Antes de ir a la hermética gala en sí, vamos a hacer un breve repaso de qué ha pasado. Cuando hablamos de Globos de Oro la imagen que han transmitido toda la vida (y que ha sido reforzada por directores famosos) es la de un evento ideal para el grupo de rusos con ganas de vodka que lo organizaba.

Tom Cruise Globo Oro

De hecho, algunas elecciones mamarrachas tanto en nominaciones como en los premiados hacía entrever que, para ser considerados la «antesala de los Oscar», no se tomaban tan en serio a sí mismos como podíamos imaginar. Es un poco la imagen de ese tío divertido que se emborracha en las fiestas pero lo consentimos… hasta que dejamos de hacerlo.

Y es que en los últimos años, la Asociación de Prensa Extranjera en Hollywood arrastraba un problema de imagen bastante grave. Problema ligada a la presunta falta de diversidad entre sus anquilosadas filas (eran también bastante cerrados en sus admisiones) y a presuntas irregularidades en su financiación.

Como todo, es una de esas cosas que no llegan de un día para otro, sino que fue erosionando a lo largo de años hasta que las grandes jugadoras de la industria (Warnermedia, Netflix, etc.) dijeron que hasta aquí se ha llegado: o cambiaban sus políticas o bye bye. Esto se une a Tom Cruise devolviendo sus galardones o NBC dinamitando la situación anunciando que rescindían su relación con los Globos de Oro, quedándose sin socios televisivos.

La HFPA, por su parte, asumió el mea culpa y anunció cambios que se irían implementando (aunque tardarían) con tal de renovar su imagen. Una imagen que desde luego han querido desligarse nada más comenzar la gala con un mensaje de Helen Hoehne, presidenta de la HFPA:

«Los Globos de Oro son un puente hacia una audiencia mundial de muchos colores, muchas fes y muchas culturas, todas unidas por la misma pasión: el amor por las películas»

Insistiendo en limpiar su imagen en unos premios con agradables sorpresas

King Richard

¿Sabéis de ese amigo que te insiste una y otra vez lo «guay» y moderno que es? Pues cuando no daban premios (y cuando sí, también), la HFPA hablaba de lo diversos, inclusivos y caritativos que son. Una estrategia de comunicación que más que funcionar, arquean cejas suspicaces y provocan cierto repelús.

Eso estropea esa aparente limpieza de imagen que han querido transmitir. Ojo, no digo que los premios en esa dirección no sean merecidos, solo que la actitud en las comunicaciones plantan la semilla de la duda en torno a la intención con que se dan los premios.

La primera media hora tuvo a O Yeon-su ganando mejor actor de reparto en serie por ‘El juego del calamar‘, Ariana DeBose consiguiendo el de mejor actriz de reparto en película por ‘West Side Story‘, ‘Encanto‘ como peli de animación (que vale, siendo Disney, pocas sorpresas pero temáticamente) y ‘Drive My Car‘ como peli extranjera marcaban ya un rumbo «racial».

Evidentemente (y gracias a Dios), no iba a ser todo así y pronto, en las series, empezó a oler a la noche de ‘Succession‘. La excelente serie de HBO empezó a destacar llevándose mejor actor en drama para Jeremy Strong y mejor actriz de reparto para Sarah Snook. Junto con el de mejor drama, se convertiría en una de las ficciones de la noche.

Incluso hemos tenido algún momento de los Globos de Oro siendo esos premios que tanto nos encantan, es decir, dados a la mamarrachada, con el premio a Nicole Kidman por su papel de ‘Being the Ricardos‘ por encima de la Diana Spencer de Kristen Stewart. También es verdad que la actriz es una de las favoritas de la asociación y, de hecho, este es su quinto globo (el último por ‘Big Little Lies‘).

Sin saltarse el guion

Aún así, la narrativa de la noche marcaba (y remarcaba) lo racial y algunos de los premios gordos nos sorprendían gratamente como ‘El ferrocarril subterráneo’ siendo la mejor miniserie, o Mj Rodriguez como mejor actriz de serie dramática por ‘Pose‘. Lo que no queda tan bien es anunciar que es «la primera actriz trans» con la frase altiva «¡Se ha hecho historia!», dando la impresión que se ha dado por ser quien es que porque se lo merezca.

Succession Temporada 3

Por otro lado, la gala no se ha desviado demasiado de lo previsto: ‘West Side Story‘ como mejor película cómica o musical, la revelación del año ‘Hacks‘ en la homóloga de series y ‘El poder del perro‘ (con Jane Campion consiguiendo el de mejor directora) llevándose el de mejor película dramática.

El fin de fiesta de los Globos (nos prometieron 90 minutos y ha durado más) nos ha dejado sensaciones encontradas pero, por lo general y aun con las dudas en torno a las verdaderas intenciones de los premios otorgados, creo que poco hay que clame al cielo en cuestiones de méritos. Habrá que ver si esta pantomima funciona y el próximo año Hollywood vuelve a respaldar estos premios.