Lo que más me gusta de Crusader Kings III es que no necesitas la más mínima noción de estrategia o historia medieval para pasártelo bomba con él, aunque éstas le dan un empujoncito adicional a sus partidas. Lo segundo que más me gusta, de largo, es la gran sorpresa que viene de la mano de su Console Edition: Paradox Interactive ha acomodado con maestría uno de sus mejores juegos de PC a los mandos de Xbox y PS5. Y eso, como veremos, tiene un mérito muy especial.

Porque puedo entender perfectamente que nuestras capturas y los gameplays que verás a continuación de Crusader Kings III generen indiferencia o intimiden entre los interesados o nuevos jugadores. Crusader Kings es mucha letra y poca torta. Sin embargo, jamás la soberbia saga de Paradox había sido tan accesible al gran público. Demostrando que la fusión definitiva entre el auténtico rol y la estrategia histórica funciona de maravilla más allá del ratón sin ceder un ápice de su esencia. Sin renunciar a sus aciertos e identidad como juego.

De hecho, es fascinante cómo Crusader Kings III te invita constantemente a reescribir la Edad Media y moldear los acontecimientos a tu alcance como te dé la gana. Cómo promueve que le des alguna patada a ese avispero geopolítico en constante cambio de vez en cuando. Esto último no es necesario, claro, pero la tentación siempre estará ahí. A fin de cuentas, el verdadero objetivo del juego no es conquistar el mundo conocido, ya hay demasiados juegos así, sino crear la mayor dinastía de la historia de la humanidad.

¿La manera de lograrlo? Bueno, lo primero es tener descendencia. O buscarla. Lo segundo cuidar tu salud un poquito y lo tercero procurar no ser asesinado antes de tiempo. Visto con perspectiva, si te lo pasas demasiado bien jugando a Crusader Kings morir de causas naturales será la excepción y no la regla. Pero no te preocupes: en cuanto tu primer personaje estire la pata seguirás jugando la misma partida como su heredero. Si es que llegaste a vivir lo suficiente para tener uno, claro.

Un sandbox tan adictivo que sus partidas duran generaciones. Literalmente

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Hasta ahora nos hemos referido a Crusader Kings III como un juego de estrategia histórica y rol. Una combinación tan curiosa e inusual como cierta. Sin embargo, la experiencia tiene poco o nada que ver con juegos como Total War y similares: la otra realidad y lo que asienta de verdad el tono de sus partidas es su carácter de sandbox.

Una vez cruzado el absolutamente recomendable tutorial de Crusader Kings III: Console Edition, tanto si eres nuevo en la saga como si vienes de las entregas de PC, tendrás el mundo entero a tu disposición, aunque solo podrás quedarte con una pequeña parte: Paradox acota los contenidos del juego en diferentes periodos de la Edad Media y nos permite tomar el papel de uno de sus gobernantes. A partir de ahí, podemos hacer lo que queramos. No es ninguna exageración decir que tenemos barra libre para escribir la historia a placer.

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Hay batallas, sí, pero lo verdaderamente apasionante es el tejemaneje que se cuece durante ellas

Según nos dé, podemos aumentar nuestros territorios por la razón o la fuerza hasta convertirnos en reyes o emperadores. Podemos dedicarnos exclusivamente a tener descendencia o fomentar verdaderas tensiones en nuestra corte o el reino entero con o sin propósito. Incluso, por pura diversión. Hay una pestaña dedicada específicamente para chantajear o asesinar a quien nos caiga mal y otra con la que podremos mandar a que busquen trapos sucios de cualquier personaje del juego. Una locura.

Que no se me malinterprete: Crusader Kings III no es un juego de humor o cachondeo. La mejor manera de definirlo es como un simulador de gobernantes medieval a muy gran escala. Es profundo y apasionante. terriblemente adictivo. Dicho lo cual, el abanico de posibilidades es tan amplio y fascinante que es imposible resistir la tentación a la hora de hacer experimentos locos. Cosas como meter en problemas innecesarios a nuestros vasallos o fastidiar a nuestros vecinos. Hacer que nuestro verdugo le haya un servicio completo a cualquiera de nuestra corte porque no nos gusta su peinado.

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Nuestro gobernante vecino no lo sabe, pero va a jubilarse mucho antes de lo esperado

Eso no quiere decir que el arte de la guerra no esté presente en Crusader Kings III. Gestionar nuestra milicia, sitiar fortalezas y saber posicionarse en las contiendas de nuestros parientes y aliados con una visión a corto, medio y largo plazo es el pan de cada día. De hecho, es una herramienta estupenda y muy recurrente para nuestro gran fin: prosperar como gobernantes, delegar nuestro patrimonio a heredero y, cuando nos llegue la hora, continuar la partida a través de éste.

Pero, como comentamos, Crusader Kings III es una experiencia totalmente rolera. De cara a dar forma a nuestro gran proyecto de forjar una dinastía deberemos tomar decisiones que tendrán un impacto total en el desarrollo de la partida. Generando alianzas, enemistades, confianza, dinero, compromisos y nuevos privilegios. Definiendo nuestro estilo de vida. Añadiendo de manera brillante profundidad y matices únicos a cada partida sin elevar el grado de complejidad.

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De los cinco diferentes estilos de vida, el de Intriga es el más divertido

Sin embargo, no todo vale en Crusader Kings III: como comentamos, además de estrategia histórica y elementos de gestión y sanbox, el otro componente fuerte del juego se basa en su esencia rolera. Todos y cada uno de los personajes del juego tienen sus propias naturalezas. Unos parámetros fijados que condicionan la suerte, la probabilidad de nuestro éxito al interactuar con ellos y nos dan una pista de la predisposición y las futuras acciones de los demás llamados Rasgos. Y debemos tenerlos en cuenta a la hora de interactuar, de modo que:

  • Si tomamos decisiones en contra de la forma de ser de nuestro personaje generaremos estrés y eso nos costará el respeto de nuestros súbditos, nuestra capacidad de tener hijos propios, la salud e incluso la vida.
  • Pero, claro, si tomamos decisiones sin tener en cuenta la forma de ser de nuestros familiares, allegados, aliados y enemigos será cuestión de tiempo que nos llevemos un susto o terminemos la partida contra nuestra voluntad y antes de lo deseado.

Los Rasgos de cada personaje y su posición inicial en el contexto histórico comienzan siendo más o menos similares a los de la historia de la humanidad que conocemos, pero nosotros escribiremos la historia de la partida en curso a nuestro gusto. Podremos realizar o promover casamientos, condicionar la educación o tutelar directamente a nuestros sucesores o fomentar alianzas a conveniencias. También podemos irritar a uno o más personajes sin razón o motivo, que conste.

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Ojo, que las decisiones que nos propone Crusader Kings III durante el desarrollo de cada partida también irradian personalidad

Pero lo interesante aquí es que, como buen sandbox rolero, todo lo que hagamos, pequeño o grande, acabará tomando forma en el desarrollo de la partida y en el devenir de la historia. Al elegir una esposa sobre otra no solo decidiremos nuestra fe, nuestras alianzas o nuestra herencia y área de influencia territorial: también los genes y parte de la personalidad del futuro heredero que pasaremos a controlar cuando nuestro primer gobernante muera.

Eso sí, podremos moldear las habilidades, formas de ser y hasta la filosofía de nuestro heredero y futuro personaje a base de educación y tutelajes, salvo que decidamos o nos veamos obligados a delegar esas tareas a terceros, como instituciones religiosas, tíos políticos o alianzas pactadas.

Dicho así, de golpe, hay que admitir que Crusader Kings III suena más complejo de gestionar de lo que realmente es y, a la vez, nos quedamos cortos a la hora de ilustrar lo interesante y generoso en posibilidades que resultan sus partidas. Pero el gran acierto de esta experiencia de estrategia, rol y sandbox son las magníficas historias que nacen y evolucionan de manera genuina de sus partidas; y lo mejor de esta versión es lo fácil que es sacarle todo el partido al juego usando unos mandos de toda la vida.

Mis delirantes aventuras como García, el rey de los gallegos

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Todavía no se había instalado la Console Edition de Crusader Kings III en mi Xbox y ya tenía muy claro quien sería en la primera de las partidas: en honor a nuestro compañero Juan, me fui flechado a ponerme en la piel de García de Galicia, el rey de los gallegos.

Podía haber elegido a cualquier gobernante del mundo conocido como punto de partida, incluyendo los de las pequeñas poblaciones de los rincones más remotos de Siberia, los pueblos africanos o gente de cuna noble de regiones asiáticas cuyos nombres sin perfectos para usar de contraseña. Pero mi idea -de partida- era reclamar el control de las tierras gallegas, casarme con Urraca de Zamora (porque sí y porque me hacía gracia el nombre) y a partir de ahí ya iríamos viendo cómo evolucionaría la cosa.

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Con la corona recién puesta y pasando revista

Una vez acabado el tutorial en las islas británicas, como manda la tradición en la saga, empecé a retomar mis hábitos de las partidas de PC: enviar emisarios para atraer a gentes nobles y de bien a mi corte, ver la predisposición que tenían hacia García Fernandez de Galicia, mi personaje, aquellos encargados de asuntos como la fe, la milicia, la administración o los tributos; cartearme con mis iguales y, ya puestos, molestar un poquito a Alfonso VI, el Rey de León.

¿El motivo de esto último? No es que me caiga mal Alfonso VI, pero normalmente para emprender una guerra en Crusader Kings III necesitas una causa. Te la puedes inventar, claro, dentro de ciertos márgenes, pero mientras mi vecino del reino de al lado esté entretenido viendo qué pasa no tomará iniciativas que no pueda controlar con un par de espías y, dado el momento, un asesino bien instruido.

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En Crusader Kings III primero te casas y luego hay tiempo para el romance. O no

Para mi sorpresa, Urraca estaba muy predispuesta al matrimonio. Al menos con el bueno del Rey García. Al revisar su ficha y sus Rasgos en los menús veo que va a ser un matrimonio muy complicado de gestionar, que posiblemente acabe integrándome yo en su dinastía en lugar de adherir la suya a la mía y que mis futuros hijos van a ser bastante puñeteros en todos los aspectos posibles. Muchos regalos y caprichos voy a tener que darles para no ser el menos favorito de los dos padres.

Aunque, por otro lado, y con un poquito de suerte, para cuando el Rey García estire la pata continuaré mi partida con un reino mucho mayor, más influencia y al hijo de Alfonso VI lo tendré controlado por los dos frentes si es que para entonces León no forma parte de mis territorios. Sobre el papel, un plan sin fisuras. En la práctica, el inicio de un desastre mayor.

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Uno de los aspectos más divertidos de Crusader Kings III son las opciones de Intriga y conjeturas

Tras años de guerras, alianzas fructíferas y fallidas, traiciones descubiertas a tiempo, un peregrinaje a Jerusalén que quizás no debería haber hecho y una desastrosa enfermedad que todavía no me explico cómo contraje, me veo enfrentándome al fin de mis días en el trono de Galicia. Traté a Urraca como a una reina, pero jamás me llegó a respetar como a un rey. Todo empezó con un detalle: le quise regalar un libro valioso y ella lo tomó como una ofensa.

Un detalle importante: todos estos acontecimientos pertenecen a una partida real de Crusader Kings III en Xbox.

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Tenía que haberle comprado una caracola. Posiblemente, de chocolate

De perdidos al río, así que busco entre mi corte un plan B. Alguien capaz de darme un nuevo heredero. Un sucesor. La mejor opción que tengo es Godina, una cortesana de profesión religiosa de 28 primaveras que sumé a mi corte a la desesperada y en busca de un médico. Pruebo suerte, la cortejo haciéndola una muy absurda declaración de amor (abajo puedes ver los detalles) y sorprendentemente funciona.

No se si acabará colgando los hábitos, pero las posibilidades de que mi partida continúe una generación más acaban de mejorar.

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Los mejores planes de García, el rey de los gallegos, no son en la guerra: son en el amor

Podía haber gobernado con puño de hierro y mi suerte sería mejor. Quizás. Podía haberme concentrado más en establecer buenas alianzas y cimentar mi imagen pública. Conquistar nuevos territorios y centrarme en obtener respeto. O, al menos, dedicar el tiempo a algo más que experimentar con las posibilidades del juego o hacer el payaso.

Podía haberme tomado el reinado de García de Galicia mucho más en serio y ejecutar a mis enemigos y traidores a la primera. Quizás no tenía que haberle regalado aquel libro a Urraca. Pero, sinceramente, mi primera partida era de prueba y me lo estoy pasando bomba haciendo pruebas locas. Sé que vendrán muchas más partidas después.

Cómo es jugar Crusader Kings en Xbox Series X y PS5

Como comenté al principio, lo que más me gusta de Crusader Kings III es lo bien que te lo pasas jugando. El concepto de convertir toda Edad Media en tu propia partida rolera, saltando de personaje en personaje con cada nueva generación, es adictivo y sabe colmarte de opciones y ponerte al frente de grandes historias. Dicho lo cual, lo segundo que más me ha gustado es su adaptación a consola a través de su renovado sistema de control, y es algo tan excepcionalmente bien planteado que merece que ese puesto sea más que honorífico.

De manera instintiva enchufo el mismo ratón que uso en el ordenador desde el que te escribo en uno de los puertos USB de mi Xbox Series X. Una de las ventajas de las plataformas de sobremesa de Microsoft es la puerta que abren a este sistema de control propio de los PCs. Si bien, al principio levanté una ceja al pensar que se había dejado pasar la oportunidad de integrar el ratón y teclado en Crusader Kings III: Console Edition, cuando empecé a jugar lo comprendí todo.

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Visto así parece muy aparatoso, pero solo necesitas siete botones para conquistar el mundo

La versión de Crusader Kings III para consola ofrece la misma experiencia que en escritorios. Visualmente son similares, sino iguales. Pero la interfaz que ha desarrollado Paradox es nueva, muy cómoda de entender, visualmente sencilla y eficiente y, lo mejor de todo, se acomoda como un guante a los mandos tradicionales.

De partida, porque haciendo uso de los gatillos y botones superiores tendremos acceso a cualquier gestión que necesitemos realizar al vuelo, reduciendo drásticamente la cantidad de desvíos que deberemos hacer con la cruceta y fomentando que las partidas tengan un muy ritmo. Y no solo eso: gracias a una manera interesante manera de usar los sticks podremos movernos libremente por el mapa del mundo entero y centrarnos en cualquier reino, ducado o condado en un par de segundos.

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Desde tus dominos al mapa del mundo entero con un rápido ajuste de zoom

¿No entiendes un término o lo que está pasando? Presiona el stick derecho o mantenlo y recibirás las ayudas que necesitas, haz lo propio con el izquierdo y tendrás acceso a un glosario o pistas. Si no sabes la diferencia entre un duque o un conde, pregúntaselo al juego: el gran triunfo de Crusader Kings III en consolas es que toda la información que necesitas siempre está a la vista y acceder a ella es sencillísimo.

Y no solo eso: además de menús dinámicos y fáciles de entender para principiantes o jugadores muy acomodados al ratón, Paradox acierta al añadir dos tipos de menús radiales que simplifican todavía más cualquier trámite y que aparecen en pantalla manteniendo presionados un ratito cada gatillo. Así da gusto hacer experimentos locos con la historia.

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Los menús radiales: dos de los grandes aciertos de la Console Edition

Como en la versión de PC,  Crusader Kings III: Console Edition también apuesta por el multijugador. Podemos crear una partida desde el menú principal, unirnos a una existente o abrir la que tenemos en curso sobre la marcha. Tan sencillo como todos los trámites anteriores, y como deber ser. Eso sí, existe un trámite previo que consiste en crearnos una cuenta de Paradox Interactive. Sin embargo, a la hora de escribir este análisis no pudimos probar la experiencia online.

¿Crusader Kings III: Console Edition se juega mejor que su contrapunto de PC? Definitivamente, son dos maneras de jugar diferentes que se complementan de maravilla. En cuanto completes el tutorial de Irlanda podrás dedicarte a reescribir la historia sin que eches de menos el ratón. Con todo, existe un matiz muy especial de los sistemas de nueva generación: los tiempos de carga previos a las partidas apenas duran unos pocos segundos. Y eso es un punto a favor de la versión de sobremesas.

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¿Necesitas una explicación rápida de un término o un consejo? Pulsa un Stick y encontrarás todas las respuestas

Un último detalle no menos importante: si bien, se nos facilitó la versión de Xbox Series X, Paradox nos confirmó que Crusader Kings III: Console Edition también tenía en cuenta las funciones del DualSense de PS5, de modo que el mando reacciona al curso de las partida y cuando nuestro personaje se estresa lo notaremos al usar los gatillos adaptativos. Pequeños grandes detalles que denotan el mimo puesto por hacer que la experiencia de PCs se sienta genuinamente bien en las consolas.

La opinión de VidaExtra

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Crusader Kings III no solo es un sobresaliente juego de rol y estrategia histórica: es terriblemente entretenido y como sandbox nos da la suficiente libertad para abordar la Edad Media con un nivel de profundidad alucinante o divertirnos y echarnos unas risas reescribiendo la historia a nuestro gusto. Aspectos que lo convirtieron en 2020 en un juegazo totalmente esencial en PC y cuya versión de consolas retiene y revalida cada uno de sus aciertos.

Paradox ha entendido de maravilla que los jugadores de mando tradicional tienen una predisposición y ritmo muy diferente a los de ratón y teclado durante las partidas, y se han esforzado en crear una versión fiel a la experiencia integral de PC. Que la acomoda a base de aciertos y buenas ideas a los gatillos, los botones y los sticks. Siendo plenamente conscientes de las ventajas de los sistemas de nueva generación y sacándoles partido a través de tiempos de cargas últrarrápidos o la promesa de un aprovechamiento del DualSense.

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La posibilidad de cambiar las reglas de juego o el modo Ironman redondean un sandbox sensacional

Como consecuencia de lo anterior, Crusader Kings III es la prueba definitiva de que es posible llevar la estrategia rolera a las consolas de manera totalmente exitosa. Y, a su vez, es una oportunidad de oro para que los jugadores de mando descubran un tipo de experiencia que, quizás, no llena tanto la vista pero que es capaz de obsesionar. De aportar mucho más que cualquier juego que completamos en un fin de semana y del que posiblemente no volvamos a hablar en meses.

Es una pena que, habiendo pasado dos años desde el lanzamiento del juego, esta Console Edition no integre los DLCs y expansiones ya disponibles en PC. La buena noticia es que el paquete Northern Lords y la expansión Royal Court llegarán a consolas a través de un Expansion Pass del que no nos consta el precio (aunque estará incluido en la Royal Edition de Xbox y PS5). La mejor es que todos los suscriptores de Xbox Game Pass podrán jugar a la edición de sobremesas de lanzamiento y sin coste adicional. Lo cual, se mire como se mire, es toda una oportunidad.

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¿Os he contado la vez que me fui «a lo mochilero» por Jerusalén?

Crusader Kings III es un juego muy especial. No controlas a una nación como tal, sino a un linaje de personajes de uno en uno. No hay ni un propósito ni una manera definida de jugar más allá de lo que quieras hacer en ese momento. No se gana ni se pierde. Fomenta que seas ambicioso, que lo pongas todo en manos de la suerte, que prosperes y planifiques a largo plazo pero que también experimentes o te lo pases bien sin reparar en las consecuencias.

Y es que cada partida de Crusader Kings III es única y su manera de invitarnos a jugar con todas las posibilidades es lo que lo hace tan entretenido y fascinante. Tan ambicioso y a la vez tan sencillo a los mandos tradicionales. Una sobresaliente mezcla de ideas y géneros tan buena y adictiva que sus partidas duran generaciones. Literalmente.

Crusader Kings III D1 PS5 IT/ESP

Crusader Kings III D1 PS5 IT/ESP

Crusader Kings III

Crusader Kings III

Plataformas Xbox Series X / S y PS5. También disponible en PC
Multijugador
Desarrollador Paradox Development Studio
Compañía Paradox Interactive
Lanzamiento 29 de marzo de 2022

Lo mejor

  • Jamás la soberbia saga de Crusader Kings había sido tan accesible al gran público
  • Convertir toda Edad Media en tu propia partida rolera es una locura que siempre deja magníficas historias
  • Todo el contenido del juego de PC llega a consolas con rediseños acertados, sencillos y resultones

Lo peor

  • Una lástima que no se haya aprovechando este relanzamiento en consolas para añadir las expansiones lanzadas desde 2020, aunque se pueden adquirir vía DLC