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Si el rock francés tuvo un ídolo, ese fue Johnny Hallyday (1943-2017), un artista que logró mantenerse desde1960 hasta este siglo a fuerza de un talento apoyado esencialmente en una inextinguible voluntad que le permitió superar todas las caídas en los 50 años de su carrera.

La docuserie francesa Johnny por Johnny, que acaba de subir la plataforma Netflix, logra reflejar en cinco episodios la vida de un arquetípico músico de rock and roll, con una presencia escénica formidable y en la que no faltaron drogas, divorcios y fracasos artísticos.

La serie permite entrar en la intimidad de esta leyenda por la leyenda misma, ya que es el mismo Hallyday quien nos brinda de primera mano buena parte de su historia. Dirigido por Alexandre Danchin y Jonathan Gallaud, este documental basado en imágenes de archivos, algunas inéditas, cuentan con la participación de Line Renaud, Nathalie Baye, Philippe Labro y su biógrafo oficial, Gilles Lhotte.


Johnny Hallyday, una leyenda del rock francés y una vida de película. Foto Netflix.

Éxitos y fracasos

Johnny por Johnny es un recorrido por la vida de la mayor estrella del rock francés donde lucen sus éxitos, pero envueltos en ese lado gris de fracasos profesionales, afectivos, de drogas y alcohol.

Jean-Philippe Leo Smet nació en París, el 15 de junio de 1943; no fue criado por sus padres si no por su tía paterna. A los siete años salió de gira con su prima y su esposo, el cantante y agente musical norteamericano Lee Hallyday con quien estuvo siete años viajando por Europa de un país a otro, sin hogar, sin escuela, sin amigos.

A los ocho años, según el propio Hallyday, su padre del corazón Jean-Philippe le puso su nombre artístico, Johnny Hallyday. Leía muy bien música y tocaba admirablemente la guitarra.


Johnny Hallyday tuvo cuatro parejas y cuatro hijos. Foto Netflix.

Su niñez marcó de manera indeleble a Hallyday, tanto por el abandono de sus padres como por esa infancia solitaria entre adultos y sin hogar fijo. Precisamente, a lo largo de la serie se observan dos aspectos recurrentes, su sensación de soledad, “me siento solo” y ese deseo de tener un hogar que lucha contra una vida de shows y excesos que frustran cualquier posibilidad de estabilidad afectiva.

El Elvis francés

Ahora bien, fue el protagonista de la entrada de Francia al mundo del rock and roll a finales de los años cincuenta y si bien no inventó nada, no en vano era el Elvis francés, Hallyday batalló contra una sociedad que rechazó, inicialmente, esa corriente musical.

El documental tiene un trabajo interesante de restauración donde aparece el joven Hallyday, por ejemplo, en su famosa noche del 18 de abril de 1960, en el programa televisivo L’Ecole des Vedettes, presentando por Line Renaud y Aimé Mortimer, que se preguntan si Johnny es realmente norteamericano como algunos dicen, a lo que el artista no responde ni sí ni no.


Johnny Hallyday con su Harley Davidson. Le decían “El Elvis francés”.

Confiesa que su mayor defecto es la mentira, aunque no parece tratar de controlar esa afición, pero a lo largo de las variadas entrevistas que integran la docuserie y que terminan por sonar reiteradas en sus interrogantes, se lo percibe honesto y directo en sus respuestas.

También es cierto que surgen otros aspectos de la personalidad del músico, uno de ellos, claramente reconocible es que, además de artista es un real emprendedor (entrepreneur), pues lejos de ponerse cómodo con un tipo de espectáculo una y otra vez arriesga, a veces todo o casi todo, por realizar cambios en sus presentaciones.

Beatles y Stones, con acento francés

Tras su etapa de Elvis Presley se lanzó a producir un concierto en el Palais des Sports, en París; llega el rock inglés a Francia y toma mucha información de los Beatles y los Rolling Stones para sus siguientes conciertos. Más adelante, monta su show en un entorno circense y hasta tiempo después se convierte en cantante onda Mad Max, con lucha libre en el escenario.


Libre y arriesgado. Así era el cantante Johnny Hallyday. Foto Derrick Ceyrac / AFP

Hallyday pasa de sus conciertos en Bercy, en 1987, a su presentación en Las Vegas, en 1996, donde su público lo sigue en 22 vuelos charters París-Las Vegas y de ahí, en 1998, a dos megaconciertos en el Stade de France, donde baja de un helicóptero. Nada lo detiene.

Le preguntan: “¿No es peligroso pensar siempre en grande?”, a lo que Johnny le responde: “¿No es aburrido hacer siempre lo mismo y pensar siempre en escalas pequeñas? No tengo miedo de ir más allá”.

Más que sobre sus éxitos musicales, que los tuvo como, por ejemplo, en 1961, vendió un millón de discos con la versión francesa de Let’s Twist Again, el documental indaga más en su vida profesional y afectiva desde lo emocional en la que se descubre a un Hallyday que “sin su público, no existiría”.


Johnny Hallyday, cantando un año antes de su muerte, en un homenaje a la revista Charlie Hebdo. Foto Reuters

En efecto, esa necesidad de cambios permanentes en sus espectáculos, con puestas de enorme producción, siempre buscaron mantener su lugar como primera estrella del rock francés a cualquier costo y salvo, algunas épocas oscuras, como la de mayor consumo de alcohol y cocaína, terminó en el 2000 en la cima de su carrera, con cuarenta años de escenarios y algunos fracasos estrepitosos.

Ayuda afectiva

Su público histórico y las jóvenes generaciones llegaron a la conclusión por distintos caminos que ya “no se avergonzaban de escuchar a Johnny, que era mucho más que un tipo impulsivo”.


Motoqueros, en la despedida de Johnny Hallyday. El cortejo en Francia fue de un millón de personas. Foto AP

Hallyday recibió ayuda en distintos momentos, como cuando en sus comienzos lo alojó en su casa el legendario Charles Aznavour, pero suena honesto cuando le dice a su audiencia: “Ustedes fueron mi verdadera ayuda”.

Su vida afectiva también está contada de manera detallada; su primer y famoso matrimonio con la cantante Sylvie Vartain, con quien tuvo a David, su primogénito; luego con su pareja, la actriz Nathalie Baye, tuvieron a Laura. Johnny Hallyday tuvo cuatro matrimonios y cuatro hijos. Con su última esposa Laeticia, adoptaron a Joy y Jade.

En los 2000 se creó el mito sobre Johnny que se convirtió en religión, con frases como “Sus canciones curan”, “su voz salvo a muchos fans”; un fan dijo que se curó del cáncer gracias a sus canciones, Mientras Hallyday, ya intocable para la crítica, sólo decía: “Yo canto, eso es todo”.


la despedida multitudinaria de Johnny Hallyday en París, 2017. Como para tomar dimensión del cariño de los franceses. Foto EFE

No aparecen en el documental sus últimos años. Falleció el 5 de diciembre de 2017 a raíz de un cáncer de pulmón y tuvo un entierro de Estado. Lo despidió toda Francia en un cortejo que reunió a un millón de personas; según dicen ni en la liberación de París, en agosto de 1944, reunió esa multitud.

WD

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