luisa-delfino:-ping-pong-con-la-conductora-de-“te-escucho”-que-dio-vida-a-la-trasnoche-radial

“Te escucho” es una frase tan sintética como rotunda: en sus palabras, deja clara la decisión de quién habla. Con esa frase, se habilita un diálogo que, en este caso, será radial. A 30 años de que Luisa Delfino le aplicara un cambio tan sutil como influyente a las reglas del juego que rigen la comunicación de la radio, la entrerriana cambió la sintonía y debutó en la programación de Radio Rivadavia con Te escucho.

Cuando debutó, la propuesta apostó por un formato minimalista, en el que se escuchaban las voces de Luisa y la de un oyente que, a través de un teléfono, se reunían bajo la invitación: “Te escucho”.

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En su horario de madrugada, todos los domingos desde la medianoche hasta las 2 de la mañana, aquella fórmula resulta igual de vigente y necesaria que 30 años atrás. Desde ese entonces, florecieron las redes sociales y una pandemia alteró la distancia social entre las personas. Sin embargo, sigue siendo necesaria la conversación íntima y sincera, que se inicia con una afirmación inapelable: “Te escucho”.

“Te escucho” pasó a la historia de la radio (Foto: Gentileza Luisa Delfino).

Así como al programa parece no haberle pasado el tiempo, Luisa Delfino se mantiene igual. Siempre más preocupada por no encontrarse un reflejo modificado por las cirugías, el espejo devuelve la imagen de esa mujer de pelo largo y arremolinado. Ese mismo cabello revuelto fue clave en los inicios de su carrera, cuando llegó a la redacción de la revista Gente y Chiche Gelblung la envió a la peluquería para borrar los rastros de un “look de chacarera” y surgiera la “chacacheta”, según recuerda la periodista.

Luisa Delfino se volvió una de las voces características de la radio (Foto: Gentileza Luisa Delfino).

Tiene 71 años, viaja mucho a Los Ángeles (dónde vive su hija con su familia) y hace décadas que decidió brindar un servicio a los oyentes: poner un espacio y su oreja para hablar de casi todo pero, especialmente, de esos temas que siempre estuvieron envueltos en el tabú. Salvo para hablar de política y de religión, Luisa abre el micrófono para hablar de amor, de abandonos, de pérdidas, de la salud (y no sólo de la del cuerpo) y de las pequeñas cosas cosas de la vida cuando dice “Te escucho”.

Una película: Love Actually (Amor Real)

Una serie: La Ley y el Orden Unidad de Víctimas Especiales

Un programa de televisión: Vulnerables

Una radio: Rivadavia AM 630

Un libro: “Lo mucho que te amé”, de Eduardo Sacheri

Una red social: Instagram

Una comida: El choripan que prepara mi yerno

Una bebida: soy abstemia, elijo el capuchino

Un lugar en el mundo: Roma

Un viaje pendiente: Roma

Un gustito: panqueques de dulce de leche

Un actor: Colin Firth

Una actriz: Graciela Borges

Un periodista: Nelson Castro

Un tuitero: El eremita @dinamitteros

Un músico: Vivaldi

Una banda: Coldplay

Un ídolo: no tengo

Una diva: Lady Gaga

Un amiga: Susana Tambutti

Un familiar: mi hija Mariana y toda su familia

Una frase de cabecera: “Me gusta tanto la vida que tal vez viva para siempre”

Una buena noticia: Seguimos amando

Un idioma: el español

Un insulto: mierda

Un chisme: uno inofensivo

Un chiste: no recuerdo chistes pero tengo sentido del humor

Una predicción: Todo se va a arreglar

Una canción: Carusso, en la versión de Luciano Pavarotti

Una habilidad: zurcir y coser

Un vicio: tomar te

Un miedo: a la tristeza y a la maldad arbitraria

Una mentira: detesto la mentira (alguna habré dicho)

Una perdición: ir de bar en bar a tomar cafecitos con un libro o diario en la mano

Un juego: el Truco

Una búsqueda: vivir el día en presencia

Un TOC: ordenar mis libros todo el tiempo

Un problema: ya son pasado

Una cuenta pendiente: hacer un viaje de “chicas”

Un sueño: que mi familia y mis amigos vivieran todos más o menos cerca, y armar la tribu

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