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Netflix presentó el tráiler de su nueva película documental El fotógrafo y el cartero: el crimen de Cabezas, que estará disponible en todo el mundo a partir del 19 de mayo, sobre el asesinato de José Luis Cabezas, reportero gráfico de la revista Noticias, en Pinamar, en el verano de 1997. También se verá en el Bafici este jueves 21 de abril.

Es una producción de Haddock Films, con Vanessa Ragone como productora ejecutiva y dirección de Alejandro Hartmann, quienes ya han trabajado juntos en la realización de la serie documental Carmel: ¿Quién mató a María Marta?

Un documental necesario


Un ícono. Los carteles pidiendo que no nos olvidemos de Cabezas. Su historia se verá en Netflix.

“El documental es por un lado un modo de expresar nuestros pensamientos, pero además una forma de invitar a los espectadores a pensar, a debatir y a recordar. Fue todo un desafío llevar a cabo esta historia que tiene muchos años y que a su vez es extremadamente dolorosa para todos aquellos que fueron protagonistas”, comentó el director Alejandro Hartmann.

“El caso de José Luis Cabezas tiene muchas aristas, lo público y lo privado se entrecruzan. Fue un momento muy importante de la historia argentina que es necesario recordar y hacer conocer al mundo porque abre los ojos e invita a reflexionar sobre cuestiones que no pierden vigencia”, concluyó.

Por su parte, la productora Vanessa Ragone, que tiene un vínculo especial con esta historia, ya que su padre fue reportero gráfico y su madre periodista, comentó:

“Realizar una película documental de esta envergadura es resultado de un exhaustivo proceso de investigación a partir de fuentes bibliográficas, judiciales, periodísticas y, por último, contactando a las personas que vivieron el hecho de primera mano. Fue un proceso largo y delicado, con gran respeto por los hechos”.


Vanesa Ragone, la productora ejecutiva del documental de Netflix sobre José Luis Cabezas.

Además, en cuanto a la elección de la historia agregó: “Considero que el género documental tiene el mandato de contar las historias necesarias para conservar la memoria colectiva y, pensamos que esta es una historia que no debe olvidarse”.

Y siguió: “Creo que los dos (Alejandro Hartmann y yo) sentimos que estos sucesos, tan presentes en la sociedad, son siempre más potentes si se los cuenta desde lo documental y en la voz y la imagen de quienes los vivieron”.

Cómo fue el crimen

José Luis Cabezas, el reportero víctima de una época de poder desmadrado, cumpliría 61 este año. El 25 de enero 1997, un subcomisario y cuatro ladrones de filiación rasposa, lo mataron en una cava abandonada de Pinamar. Los disparos mortales resonaron esa madrugada en la ciudad balnearia, paraje top de políticos encumbrados y empresarios relevantes.


“El fotógrafo y el cartero: el crimen de Cabezas es la nueva película documental de Netflix

Los dos tiros en la nuca habían sido tramitados por la impunidad de un poderoso, respaldado por una legión de policías bonaerenses, ex integrantes de las fuerzas armadas y la complicidad silente de la Casa Rosada. La ejecución respondió a la venganza por un acto simple: la foto de frente, de cuerpo entero, al dueño del emporio postal más grande del país, Alfredo Yabrán.

La toma fotográfica de José Luis fue en plena playa pinamarense, en el balneario Marsella, a la luz del día. Demasiado agravio para el anonimato protegido por su ejército de seguridad. “Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente”, según la jactancia del propio Yabrán.

Historia de un asesinato


Alejandro Hartmann, el director del filme documental de Netflix sobre José Luis Cabezas.

Como en esos registros de celuloide, todo tiene una secuencia. La tarde del 16 de febrero 1996, Cabezas simulaba hacer la toma de una pareja, con el foco furtivo sobre el paso desprevenido del propietario de OCA, en caminata playera junto a su mujer, María Cristina Pérez.

Fue tapa de la revista Noticias (“Yabrán ataca de nuevo”- 5 de marzo 1996). Acaso el mayor logro profesional de José Luis. Un momento virtuoso que, desconocía, lo llevaría a la muerte.

En agosto 1995, el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, acusaba al empresario como responsable de una organización que controlaba la entrada y salida de bienes del país a través un entramado de empresas sospechosamente autofinanciadas, con posiciones dominantes en logística, seguridad, transporte y servicios aeroportuarios.


La foto de la revista Noticias que fue la sentencia de muerte para José Luis Cabezas: Alfredo Yabrán y su esposa. Foto Gentileza Perfil

En medio del escenario político que prefiguraba el intento forzado de re reelección de Carlos Menem, y la oposición interna de Eduardo Duhalde, quien pretendía su sucesión en 1999. Ambos quedaron afectados por el caso Cabezas. El gobernador permaneció mudo dos días en la residencia oficial de La Plata, antes de balbucear ante sus íntimos: “Me tiraron un muerto“.

​Alfredo Yabrán habría de concurrir a la Casa de Gobierno nacional para pedir respaldo.

Cinco meses después del crimen renunció el ministro de Justicia Elías Jassan, al descubrirse que había mantenido más de cien contactos telefónicos con Yabrán, con anuencia de Menem.


Alfredo Yabrán se animó a fotografiarse con el pedido de justicia por el asesinato de José Luis Cabezas.

El destino de sus asesinos

Por el crimen de Cabezas, la Justicia de Dolores condenó con prisión perpetua al autor de los disparos, subcomisario Gustavo Prellezo (autor material). También a los policías Aníbal Luna y Sergio Camaratta.

Por liberar la zona del crimen fue condenado el comisario Alberto Gómez, en un segundo juicio realizado en 2002. Entre 2007 y 2010 los policías recuperaron la libertad, a excepción de Prellezo, liberado en 2017. El ex policía Aníbal Luna, condenado a prisión perpetua, está bajo libertad condicional desde septiembre 2017, luego de cumplir durante dos años un período de salidas transitorias.

El ex sargento del Ejército, Gregorio Ríos, jefe de la seguridad de Yabrán, fue condenado a perpetua como instigador del asesinato. Resultó beneficiado con la libertad condicional al cumplirse 20 años de su detención.

Camaratta, responsable de haberle hecho “el seguimiento” a Cabezas en su estadía en Pinamar, murió en 2015 en el penal de Dolores.

El grupo de ladrones que participaron del homicidio, identificados como “La Banda de Los Horneros”, integrada por Sergio González, José Luis Auge, Horacio Braga y Héctor Retana, recibieron condena perpetua en el primer juicio, aunque luego tuvieron reducciones de penas por la aplicación de la ley denominada como “2×1″.

Alfredo Yabrán, cercado por la policía, se pegó un escopetazo en su estancia de Entre Ríos. El 20 de mayo de 1998, en el apretado espacio de un baño, se voló la cabeza. La muerte suya fue opaca, sóla, alejada del favor de los presidentes, legisladores, del poder eclesiástico, y de la fortificación de sus custodios.

WD

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