‘Samaritan’ es una de las muchas películas cuyo lanzamiento se ha retrasado en infinidad de ocasiones por culpa del coronavirus. Prevista inicialmente para el 20 de noviembre de 2020, esta cinta de superhéroes protagonizada por Sylvester Stallone cambió varias veces de hecha de estreno hasta que quedó fijada su llegada a Amazon Prime Video para este viernes 26 de agosto.
De hecho, lo previsto inicialmente es que la viéramos en cines, pero parece que la compra de MGM por parte de Amazon ha llevado a un cambio de estrategia con las películas de este estudio. Entre tanto cambio, la discreta campaña de promoción y otros asuntos, me temía que ‘Samaritan’ fuese a ser poco menos que una pérdida de tiempo, pero ha acabado siendo una sorpresa agradable con un acercamiento muy diferente al cine de superhéroes que el de Marvel.
Las bases de la película
Una cosa que hace bastante bien ‘Samaritan’ durante sus primeros minutos es presentar un mundo todavía ajustándose a la realidad de vivir sin superhéroes cuando todo estaba marcado hace no mucho por la rivalidad de ellos con un poderoso villano. No es que profundice demasiado en ello, pero ese retrato de una sociedad volviendo a la normalidad marca la película, como también lo hace todo lo referido a la importancia del legado.
Y es que ‘Samaritan’ se podría dividir en tres partes. La primera de introducción al universo que propone, la segunda explorando la resistencia del personaje interpretado por Stallone a volver a utilizar sus poderes y la tercera la inevitable confrontación que siempre hay en este tipo de historias. Otro de los logros de la película es que logra que la relación entre esas tres vertientes fluya con naturalidad, algo muy meritorio teniendo en cuenta que aborda al mismo tiempo con la fascinación infantil por los superhéroes y un enfoque de la historia que se aproxima más hacia el cine de justicieros urbanos.
A ello ayuda la eficacia con la que el guion de Bragi F. Schut se maneja en este territorio, pues hay muchos elementos que podrían romper el equilibrio del que hace gala ‘Samaritan’, desde los momentos en los que apuesta por la ligereza de forma descarada hasta cuando toca subir la intensidad y poner toda la carne en el asador. Ahí se nota todo bastante medido, incluido un detalle importante de su tramo final que a mí personalmente es lo que menos me gusta de toda la función.
De hecho, se nota que ‘Samaritan’ busca ser una película con corazón, valiéndose del personaje interpretado por el joven Javon Walton (‘Euphoria’) para dotar a la película de mayor empaque emocional. Puede que su arco sea bastante obvio -y eso lleva a que algunas escenas no tengan toda la fuerza necesaria-, pero el actor comparte buena química con Stallone y se huye del arquetipo de niño repelente sin por ello renunciar a su naturaleza bondadosa.
No obstante, la gran baza de ‘Samaritan’ es ver a Stallone convertido en un superhéroe atípico que no quiere saber nada de su pasado. Tierno y cercano en las escenas que comparte con Walton, pero también contundente y letal cuando saca a relucir sus poderes, su presencia resulta imprescindible para que la película se sostenga en todo momento.
Otros detalles de ‘Samaritan’
A todo eso hay que añadir un acabado técnico que en todo momento grita película para cines en lugar de contenido para plataformas. Es verdad que quizá unos cuantos millones más de presupuesto le hubiesen venido bien, pero es que ‘Samaritan’ tampoco es una película en la que los efectos visuales tengan tanta presencia, pues la violencia, hasta cierto punto, parece una evolución del cine de acción de los 80 en el que tanto brilló el propio Stallone.
Ahí es donde la puesta en escena de Julius Avery (‘Overlord’) podría haber ofrecido algo más, pues en muchas fases de metraje se tiende más a los rápidos cambios de plano que a trabajarse un poco mejor la coreografía de las secuencias de acción. Por suerte, Avery eleva el listón de forma considerable en el tramo final, que realmente se siente como un gran colofón en este punto y logra transmitir la idea de que Stallone puede seguir repartiendo de lo lindo pese a su ya avanzada edad -cumplió 76 años este pasado 6 de julio-.
Por lo demás, ‘Samaritan’ hace un uso muy apropiado de Pilou Asbæk, el inolvidable Euron Greyjoy de ‘Juego de Tronos’. En líneas generales, la amenaza de la película tiende más a la acumulación por la acumulación, pero Asbæk borda el rol de sabandija odiosa pero con cierto poder de seducción sobre otros personajes y el espectador está deseando que llegue el momento en el que Stallone le pare los pies.
En resumidas cuentas
‘Samaritan’ es una buena mezcla de cine de superhéroes con película de justicieros urbanos pasado por el filtro de la fascinación infantil. Por separado puede que no sea especialmente memorable en ninguno de los frentes que aborda, pero la combinación sí funciona, agradeciéndose que no se limite a intentar utilizar el mismo molde que Marvel.
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