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En larga espera, este 31 de septiembre se estrena Pistol, por la plataforma Star+: una miniserie de seis episodios que reconstruye la efímera carrera (pero perdurable influencia) de los Sex Pistols, estos íconos del punk británico que no sólo buscaron encender al rock, a la moda y a las costumbres de los años ‘70, sino poner en ridículo al establishment hasta sus raíces.

¿Cuál será la banda de rock, o de otro género aún rebelde, que despierte a la comunidad global de su insatisfacción? ¿Qué voces o sonidos arrancarán al mundo de su conformismo? ¿Vendrá un nuevo movimiento musical que denuncie la opresión juvenil y social, como alguna vez hizo el punk?

Desde los inicios de los Sex Pistols, su pico de gloria y su declive, la bioserie de ficción Pistol avanza entre la emotividad, el humor, el grotesco y la sobreexplicación. ¿Cómo? A través del estilo frenético del director inglés Danny Boyle (Trainspotting, ¿Quién quiere ser millonario?, 127 horas), a priori ideal para reflejar a estos “cuatro tipos pobres de clase trabajadora, que no sabían tocar”.


Toby Wallace, como Steve Jones. “Pistol” está inspirada en la autobiografía del guitarrista de los Sex Pistols.

Lúcida y caótica

Así, Pistol registra con caótica lucidez cómo los Sex Pistols fueron la primera gran puesta en cuerpo, en Gran Bretaña, del áspero y revulsivo sonido del punk. La expresión enchufada de un movimiento cultural y político cuyas ideas de “no future” o “hazlo tú mismo”, en un largo corpus teórico, hoy son recuperadas (y Pistol lo sabe) como simples frases de marketing, sin su espesor original.

En contraste, se dice que Johnny Rotten calificó a Pistol como “una mierda más irrespetuosa”, quizá por la algo ridícula caracterización de su personaje, pero hubo un tema legal en juego y finalmente esta historia se pudo contar, con las libertades histriónicas que se tomaron Danny Boyle y el creador y guionista de Pistol, Craig Pearce.


Anson Boom, como Johnny Rotten en “Pistol”, la miniserie de Star + sobre los Sex Pistols.

Justamente, el furioso estilo de Boyle es perfecto para darle ese tono nervioso (como si la cámara estuviera agitada por las sustancias), pero las actuaciones operan en tonos discordantes (de lo sutil y lo sensual a lo grotesco) y se repiten frases declarativas: “No estamos por la música. Estamos por el caos”. Pero la libre inspiración es también una actitud punk.

Buscando ir al núcleo inglés del movimiento, Pistol arranca en plena mitad los años ’70, al rastro de todo un arco generacional que no se sentía representado por el rock consagrado ni por los relatos políticos de entonces.

La autobiografía inspiradora


Syd y Nancy, en “Pistols”: los actores Emma Appleton y Louis Partridge.

La serie tira dos puntapiés a las influencias de los Sex Pistols. Por un lado se ve al sagaz empresario y productor Malcolm Mc Laren (luego manager de los Sex Pistols) junto a la diseñadora Vivienne Westwood en la boutique de ropa SEX (en el 430 de King’s Road, Londres). Y cómo llega hasta allí el dolido inspirador de esta ficción: Steve Jones, el guitarrista de los Pistols.

De hecho, la miniserie de Star+ toma como documento la autobiografía Lonely Boy: Tales From a Sex Pistol, que Steve Jones editó con el escritor Ben Thompson en 2016. ¿Qué se expresa allí? Cómo la falta de oportunidades, el fracaso escolar, el trauma intrafamiliar y su proto-delincuencia en una Inglaterra cruel para las clases trabajadoras llevaron a la catarsis de Steve Jones a través del punk.

“Estamos enojados, aburridos, intentando juntar monedas para otra cerveza. Somos invisibles y no le importamos una mierda a nadie”, sostiene el guitarrista Steve Jones (interpretado por Toby Wallace), quien ya en dos crudas escenas sabrá plantar sus cartas. Y Jones remata: “Así que a nosotros tampoco nos importa nadie”.


Malcolm Mc Laren (Thomas Brodie-Sangster) y Vivianne Westwood (Talulah Riley), en “Pistol”, la serie de Star +.

Lo escuchan sus compañeros iniciales en la banda, que saben que ese nihilismo será su capital a la hora de enchufar los instrumentos. Jones aún no fracasará como cantante (por un pánico escénico): aprenderá a tocar la guitarra sacando riffs de The Stooges, pasado de anfetaminas, incentivado por el calculador empresario Malcolm Mc Laren (Thomas Brodie-Sangster).

El pelirrojo McLaren será central como promotor de los futuros Sex Pistols, aunque cada vez que repita sus frases anti-sistema parezca más un estratega acomodaticio que un real convencido en el cambio social a través del arte y del punk rock.

Su pareja, Vivienne Westwood (Talulah Riley), parecerá más auténtica en su fe por el atormentado Steve Jones, por el desenfrenado cantante Johnny Rotten (Anson Boon), o por ese joven adicto que sin saber tocar el bajo pedirá ser admitido en la banda y se volverá la leyenda mártir del punk: Sid Vicious (Louis Partridge).


Christian Lees, como Glenn Matlock, el primer bajista de los Sex Pistol, en “Pistol”.

Los aciertos

Otro logro de Pistol está en la recreación de los shows y las peleas en vivo, así como en su combinación de escenas ficcionalizadas con el material de archivo.

Entremedio de la enorme banda sonora (un cuerpo de canciones inolvidables), la miniserie refleja la contienda de egos entre Steve Jones, Johnny Rotten y el manipulador McLaren. Y cómo fueron llegando a la implosión total, no sólo por Sid Vicious: todos hallaron la forma de quemarse a su manera.

Un brillo adicional de la miniserie Pistol está en dos interpretaciones, ambas a cargo de dos ex Game of Thrones. El delgado Thomas Brodie-Sangster (en GOT hacía de Jojen Reed, un mentor para Brandon Stark) compone a Malcolm McLaren con una elegancia no exenta de humor: con plena consciencia de la misma puesta en escena que rodea a Pistol. Puro punk incendiario a la orden de Danny Boyle.

Con una intervención más breve, la archi-famosa Maisie Williams (Arya Stark en Game of Thrones) hace de Pamela “Jordan” Rooke, la modelo y actriz que, desde la boutique SEX a los conciertos de los Sex Pistols, empoderó sus looks provocadores, su mirada feminista y su visión de la moda como herramienta política.


Maisie Williams, ex “Game of Thrones”, es Jordan en “Pistol”.

La real Pamela “Jordan” Rooke falleció a los 66 años, el 3 de abril de este año, y por eso Pistol le dedica el episodio dos, en un reconocimiento a su aporte a la creación colectiva del look de los punks.

Habrá otra mujer, desde la boutique SEX, con una importancia nodal en este nervioso collage sobre el origen de los Pistols. Sydney Chandler encarna a Chrissie Hynde, la futura líder de The Pretenders y, como se oye en Pistol, “una de las pocas de todos estos que realmente sabe tocar la guitarra y cantar”.

Si fue o no, como muestra Pistol, la relación de Chrissie Hynde con Steve Jones, no importa tanto a los fines de los códigos de la ficción. Aquí Chrissie Hynde funciona como una lúcida testigo, así como un contrapeso de algunas declaraciones insistentes en la miniserie de Star+, tales como “no importa saber tocar, lo único que importa es cómo uno luce”.


Sidney Chandler, como Chrissie Hynde, líder de The Pretenders, en “Pistol”: “Una que sabía tocar y cantar”.

Con el puño en la guitarra y la melodía permanente en su voz, Chrissie Hynde, con The Pretenders, no necesitó quemarse ni desvanecerse para agitar el establishment rockero. Ella también abrazó al punk para siempre en su corazón.

WD

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