Tenía que aparecer. Y apareció. Cuando aún restan ver varias películas en la competencia por el León de Oro, los miembros del Jurado ya tienen una que puede contentar al igual a todos. The Banshees of Inisherin, de Martin McDonagh, no debería pasársele por alto a Julianne Moore y sus compañeros, entre ellos, nuestro compatriota Mariano Cohn.
Dramaturgo y director, McDonagh (ganó un Oscar por el guion de la también candidata al Oscar 3 anuncios por un crimen) había dirigido a Farrell y Gleeson hace 14 años en Escondidos en Brujas (2008), que había sido una gratísima sorpresa. Y Los espíritus de la isla, como se conocerá cuando se estrene en la Argentina, dentro de casi cinco meses, recién el 2 de febrero de 2023, confirma su talento.
La película tiene mucho, pero mucho humor, algo de violencia y trata sobre la amistad de dos hombres en un pueblito costero de Irlanda, en 1923.
Colin Farrell, otro que se anota, como Ricardo Darín y Brendan Fraser, para la Copa Volpi. Foto Reuters
O el final de una amistad.
“Simplemente ya no me gustás”, le dice, secamente, Colm (Brendan Gleeson) a Pádraic Súilleabháin (Colin Farrell). No lo soporta. Está cansado de mantener charlas sin rumbo, está hastiado de las conversaciones inocuas de su (ex)amigo, se cansó del aburrimiento y quiere dejar algo para el futuro: componer una canción con su violín.
Hombres de negro. Los irlandeses Brendan Gleeson y Colin Farrell llegan a la alfombra roja. Foto EFE
Pádraic es de los que no conciben ni aceptan un No como respuesta, y tan pesado se pone que Colm le tira un ultimátum. Un ultimátum que afectará más que la amistad, su propia vida. Si Pádraic vuelve a molestarlo, se cortará un dedo de la mano.
El encuentro es en un pub, a las 2 de la tarde -hora normal para estos dos hombres para beber más de una pinta de cerveza-. Otros personajes igualmente queribles son los que componen los irlandeses Siobhan (Kerry Condón, Stacy en Better Call Saul), como la hermana de Pádraic, y Dominic (Barry Keoghan, Druig en Eternals, Dunkerque), el joven con menos luces del pueblo.
Martin McDonagh, que había traído “3 anuncios por un crimen”, dirigió el filme que es candidato al León de Oro. Foto ANSA
No tengan dudas: de acá algo se va a llevar (atención Ricardo Darín; apareció otro candidato para la Copa Volpi al mejor actor) y las nominaciones al Oscar, probablemente también le lluevan.
A filmar a Irlanda
Los padres del director, que es londinense, nacieron en Irlanda, como el resto del elenco principal. Y McDonagh fue a filmar allí, a la costa Oeste irlandesa, adonde de chico iba a visitar a la familia. La isla de Inisherin es ficticia, no existe, pero cierto mito del que se vale la película, con una Muerte deambulando con nombre de mujer y un palo con un gancho en vez de guadaña, con los espíritus o almas en pena del título, tiene sus raíces en relato irlandeses.
Martin McDonagh, Kerry Condon (“Better Call Saul”), Colin Farrell y Brendan Gleeson, antes de la premiere mundial. Foto ANSA
“Era mi sueño”, dijo el director en la conferencia de prensa, y pensó desde el principio en Farrell y Gleeson, con los que ya había trabajado en Escondidos en Brujas. “No puedo imaginarme dejar de lado nada de lo que escribe porque es un escritor extraordinario y siempre me conmueven profundamente emocional y psicológicamente los mundos que crea y los personajes que diseña”, dijo Farrell sobre McDonagh.
A Farrell le entusiasmó el guion desde la primera lectura y hacer la película ha sido “una experiencia apasionante que me llegó muy adentro. Estoy dispuesto a participar en cualquier tipo de proyecto con él”, dijo.
Brendan Gleeson, que trabajó en la saga de “Harry Potter” y lo hará en la secuela de “Joker”. Foto EFE
Mientras que Gleeson (Alastor “Mad-Eye” Moody en la saga de Harry Potter, y que testará en Joker 2, con Joaquin Phoenix) recordó que rodar Escondidos en Brujas con Farrell y McDonagh fue “estimulante tanto desde el punto de vista creativo como personal… Para mí, el valor de la amistad entre hombres es muy profundo, y es importante que se hable de esto en un momento en el que se están reajustando las relaciones de todos con todos”.
Los riesgos de acercarse a las vallas de la alfombra roja. Foto ANSA
Farrell consideró esencial que la historia transcurriera hace casi un siglo, “porque compartir pensamientos y sentimientos con los demás, cara a cara, sin los dispositivos, es algo precioso que no puede ser suplantado por la tecnología, que hoy nos aleja de la intimidad que se necesita para vivir”.
Para el actor de Sentencia previa, su personaje “tiene una humanidad inocente”, y la película es “una historia sobre la pérdida de la inocencia”.
Luego 13 minutos de ovación en la Sala Grande tras la proyección testimonian que a la gente le gustó la película.
Y cómo.