fito-paez-en-movistar-arena:-como-fue-el-primero-de-sus-ocho-shows-de-retromania-pop

Fito Páez sabía que tenía un as en la manga. Según contó el martes a la noche en un momento del primero de ocho shows en el estadio cerrado Movistar Arena, uno de sus músicos cada tanto le recordaba que se cumplía el aniversario de alguno de sus discos, y los 30 años de El amor después del amor lo encontró con ganas de festejarlo.

El fenómeno de la “retromanía pop” ha sido objeto de ensayos y libros de cultura popular, debido al furor que ocurrió durante las últimas dos décadas con respecto a las súbitas reuniones de bandas, relanzamientos de discos clásicos y giras aniversario de grandes álbums.


Fito Páez frente a las enormes pantallas de video en el Movistar Arena. Foto: Martín Bonetto.

Ni el público ni los músicos que vivieron el furor de un gran disco imaginaron que años después esas canciones significarían tanto para tanta gente, así como tampoco nadie imaginó la permanencia y vigencia de cantantes y guitarristas de 70-80 años o más, como Paul McCartney.


Fito Páez. Foto: Martín Bonetto.

Pero por más furor que producen objetos vintage como vinilos, tocadiscos y walkmans, Fito seguramente no imaginó que su as en la manga sería tan poderoso. No sólo agotó ocho funciones que suman más de 90 mil personas, sino que esta celebración también posibilitó una enorme gira mundial y la regrabación de El amor después del amor con una serie de artistas jóvenes, un secreto que aún no ha sido develado.

Y es semejante despliegue de actividad en el presente lo que diferencia a Fito de otros ejemplos de aniversarios y festejos teñidos pura y exclusivamente por la nostalgia o el rédito económico. Porque él posee un riquísimo presente, con una reciente trilogía de discos, un show orquestal en el Teatro Colón tocando temas de Charly Garcia y hasta una biopic.

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Una vista n¡general de la puesta de Fito Páez en Movistar Arena. Foto>: Martín Bonetto.

Fito Páez, entonces, está en el lugar ideal para revisitar el pasado, sin culpas ni remordimientos ni complejos, porque puede disfrutar de esta retromanía pop con la tranquilidad de tener un gran presente y auspicioso futuro. Puede caminar por el boulevard de los recuerdos y disfrutarlo, tal como se vio en el estadio de Villa Crespo.

Los detalles del debut

El show está estructurado en tres partes. Primero, todo El amor después del amor con las canciones en el mismo orden que el disco de 192. Segundo, un tramo con siete hits que abarcan desde su segundo disco (11 y 6 y Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Giros) hasta su antepenúltimo trabajo (Lo mejor de nuestras vidas, de Los años salvajes, 2021). Tercero, los bises, con Es solo una cuestión de actitud, Dar es dar y Mariposa teknicolor.


Fito Páez. Foto: Martín Bonetto.

Como única invitada especial está Fabiana Cantilo, que canta y baila en Dos días en la vida, Brillante sobre el mic, A rodar mi vida y Yo vengo a ofrecer mi corazón.

Además, la banda estable de Fito (Diego Olivero, Vandera, Juani Aguero, Juan Absatz, Diego Olivero, Gastón Baremberg y Mariela “Emme” Vitale) cuenta con el agregado de una impecable sección de vientos (Alejo von der Pahlen en saxos, Manu Calvo en trombón y Ervin Stutz en trompeta y flugelhorn).

El recital arrancó a las 21.25 con una introducción de Absatz con colchones de teclados y alguna voz procesada, hasta que arrancó el distintivo ritmo del tema El amor después del amor y se sumaron todos los músicos, salvo Fito, que arrancó cantando fuera de cuadro. Pero enseguida apareció y saludó con un “¡Aló Buenos Aires!”. El público ya estaba en llamas.

El repaso del disco más vendido en la historia discográfica argentina fue bastante respetuoso de los arreglos originales, aunque hubo varias licencias que quedaron muy bien, como la introducción de piano en La Verónica, y los solos de Juani en Balada de Donna Helena y A rodar la vida.

Flores para Fabi y Cecilia Roth

Más allá de la música, fue muy impactante la imagen de todo el estadio prendiendo la luz de los celulares en Brillante sobre el mic. También algunas anécdotas, como la historia previa a Un vestido y un amor, donde Fito contó que un día se la cantó Caetano Veloso mirando fijo a Cecilia Roth durante todo el tema, “y yo me moría de celos”, dijo Páez. “Esto es totalmente para vos,” subrayó el rosarino, con la vista clavada en su ex-pareja y musa de El amor después del amor.

Al terminar la primera parte, Fito contó: “No pasa todos los días que ocurra una noche espectacular como ésta, por eso quiero dar este ramo de flores a Fabi y Ceci, y agradecer lo hermoso y bella que han hecho mi vida”.

Más hits y los bises

Después de hacer Al lado del camino, Fito comentó, casi al pasar, “Parece escrita hoy”, el tramo final de Yo vengo a ofrecer mi corazón tuvo un exquisito arreglo, hubo una intro orquestal en Ciudad de pobres corazones, y en Dar es dar incluyó una cita a la legendaria Peluca telefónica de Spinetta, García y Aznar.

Como dato inesperado, antes de hacer los bises (y lucir un tercer cambio de vestuario) todo el estadio espontáneamente se puso a cantar Y dale alegría a mi corazón. Fito les siguió la corriente pero enseguida retomó la lista de temas que tenia prevista. Seguramente sea una canción para agregar en forma completa.

El mejor resumen de este nuevo furor por El amor después del amor lo mencionó el propio Fito Páez al comienzo de las dos horas y pico de concierto: “¡Qué kilombo se armó, che! No sé qué significa esto en nuestras vidas pero fue algo lindo y hay que defenderlo con uñas y dientes”.

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