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El sábado 10 y el domingo 11 de diciembre, el Ballet Folklórico Nacional lleva a escena una obra del joven coreógrafo Alexis Mirenda, Cuatro estaciones Vitale’s, sobre una partitura de Lito Vitale inspirada en Las estaciones, de Antonio Vivaldi.

El programa se completa con otro estreno ocurrido una semana atrás: los coreógrafos Laura Roatta, Mariano Balois, Leonardo Cuello y Julio Zurita trabajaron, respectivamente, sobre cada una de las Cuatro estaciones de Astor Piazzolla.

Una conjunción caleidoscópica de estaciones de todas las formas y colores, pero así de tremedamente intenso se presentó el mes de diciembre para la compañía folclórica oficial.

En cuanto al estreno de este fin de semana, tiene una peculiaridad: Alexis Mirenda fue invitado hace pocos meses a crear una obra sobre la partitura compuesta especialmente por Vitale para el Ballet Folklórico Nacional (BFA); es decir, un camino inverso al que suele recorrer un montaje coreográfico.

Folclore y danza contemporánea




Alexis Mirenda trabajó sobre las composiciones de Lito Vitale. Foto Germán García Adrasti

El camino transitado por Mirenda también es, a su manera, peculiar: se formó desde su infancia santafesina en el baile folclórico, como tantísimos chiquilines de todo el país. Pero en la adolescencia descubrió la danza contemporánea, ingresó al Taller de Danza del San Martín y luego a su Ballet Contemporáneo, donde estuvo como intérprete durante diez años.

El folclore, sin embargo, siguió siendo parte de su vida en una asociación provechosa con la danza contemporánea; pueden verse en Youtube tres preciosos dúos suyos creados para el Festival de Cosquín, donde fue premiado más de una vez.

-¿Cómo empezó tu camino profesional?

-Cuando vi por primera vez al Ballet Folklórico Nacional en Firmat, mi ciudad natal, me deslumbraron las obras, los vestuarios y lo que hacían los bailarines con sus cuerpos; sentía que también podía hacerlo, pero no sabía cómo. Luego me mudé a Rosario para seguir estudiando y cuando tenía alrededor de 16 años formé parte de la compañía Camín, que hace siempre el espectáculo de apertura de Cosquín.

Continúa Mirenda: “En Camín me encontré con chicos que estudiaban en Buenos Aires en el Taller de Danza del San Martín: tenían una técnica fantástica. Como es una escuela de formación muy exigente, me preparé durante un año para entrar”.




“Cuatro estaciones Vitale’s” se estrena este sábado 10 de diciembre en el Teatro Cervantes.

“Y cuando apenas había cursado el primer año del Taller fui invitado a ingresar al Ballet Contemporáneo, que en ese momento dirigía Mauricio Wainrot. Estuve allí diez años y luego renuncié”.

-¿Por qué?

-Creo que había perdido la pasión. Una compañía oficial te lleva inevitablemente a cierta rutina y creía que el Ballet Contemporáneo, al que le di todo, merecía otra cosa; prefería que entrara un muchacho de dieciocho, veinte años, como me ocurrió a mí en su momento, antes que seguir ocupando un lugar que ya no me daba la misma felicidad.

Su propia compañía

-¿Y al mismo tiempo sostuviste tu propia compañía folclórica Pucará?

-La creé en 2013 y nunca la abandoné.

-¿Con qué propósito la creaste?

-Me preguntaba, y me pregunto aún, cómo reunir a la danza contemporánea con el folclore, dos mundos tan importantes para mí. Quería unirlos, pero al mismo tiempo veía que faltaban espacios para que mucha gente pudiera desarrollarse en este sentido.

Agrega: “No se aprende a ser bailarín profesional en ningún otro lado que no sea el escenario. Saber dónde pararse para que te dé la luz, cómo es el saludo, cómo aprender de los errores. Por ese motivo nació Pucará”.

-¿De dónde provenían los bailarines de la compañía?

-Sobre todo del folclore. Había empezado a dar clases de danza contemporánea y la gente llegaba sabiendo que los iba a comprender si no tenían el mismo tipo de dominio que un bailarín clásico o contemporáneo. Es raro, los bailarines folclóricos no son apreciados de la misma manera que los otros.

-Sin embargo, desde hace años el tango escénico, la danza contemporánea y a veces el ballet se nutre de ellos, particularmente de los varones.

-Sí, es cierto. Y también es verdad que esa apreciación que te decía va cambiando.

-Una compañía independiente de danzas folclóricas, ¿qué posibilidades tiene de presentarse en teatros y de vivir de la profesión?

-Sobre lo primero, se están abriendo algunos ciclos y espacios en Buenos Aires. Sobre lo segundo, te diría que es imposible.

Cosquín, ese gran escenario




Alexis Mirenda es bailarín y coreógrafo. Foto Germán García Adrasti

-La gran posibilidad de mostrarse es Cosquín, ¿no es cierto?

-Es el gran escenario para la danza folclórica estilizada. Los que ganan en un certamen previo, justamente el Pre Cosquín, actúan después en el marco del festival. En 2017 recibimos el premio Revelación, la primera vez en 64 años que ocurría con una compañía de danza; siempre habían sido músicos o cantores.

Y cuando me preguntan por qué sucedió, mi respuesta es que diez años en el San Martín me dieron una experiencia profesional que volqué en Pucará.

-¿Podrías hablar de “Cuatro estaciones Vitale’s”?

-Hace pocos meses me llegó una invitación del BFN para crear una obra sobre música de Lito Vitale, basada en Vivaldi pero con un tinte folclórico.




Lito Vitale, el compositor de “Cuatro estaciones Vitale’s”, con aires folclóricos.

-¿Cómo elaboraste tu coreografía?

-Lito iba entregándome las estaciones y después intercambiábamos ideas. Fue muy claro sobre los ritmos que alimentaron cada parte. Desde allí fui imaginándome la coreografía con la influencia de la poética de Manuel Castilla. Quise aprovechar eso que raramente sucede: la posibilidad de preguntarle al compositor de qué sensaciones suyas nació su música.

-¿Tiene algún argumento?

-No, son más bien “estados”. Para el invierno, Vitale trabajó sobre malambo; para la primavera, algo valseado; el verano, ritmo de zamba y otoño una inspiración de cueca. Estos ritmos son a veces muy perceptibles y otras, muy subterráneos.

-Decías que volviste hace poco a bailar después de cuatro años de no hacerlo. ¿Cómo fue regresar al bailarín que fuiste?

-La última vez había sido en la sala Martín Coronado del San Martín en 2018, el Himno a la alegría de Mauricio Wainrot. En estos cuatro años muchos amigos me insistían con que no desapareciera completamente del escenario. Entre ellos Victoria Balanza, que dirige el área de danza del Teatro del Bicentenario de San Juan; hice allí entonces Réquiem de Joshua Cienfuegos y Carmina Burana de Wainrot.

Y concluye: “Bailar, para mí, es vivir en un mundo paralelo, un espacio y un tiempo que no son los reales, los cotidianos. La vida normal se borra por un instante y somos otra persona en nuestro propio cuerpo”.

Información

Cuatro estaciones Vitale’s puede verse este sábado 10  y este domingo11 de diciembre, a las 20, en el Teatro Cervantes (Libertad 815). La entrada es gratuita, con reserva previa en Alternativa Teatral o en la boletería del teatro.

WD

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