El actor de «The Wire», que sonaba como reemplazante de Daniel Craig, decidió bajarse del papel. Sus razones.
El papel de James Bond es uno de los más importantes de la historia del cine. Casi que podemos decir que no hay galán o actor serio que en algún momento de su carrera no haya deseado conseguir el rol del Agente 007, con licencia para matar. En los últimos tiempos, tras la despedida de Daniel Craig, el nombre de Idris Elba fue el que más sonó para ese protagónico. Pero parece que no será así.
En Sony, el estudio que lleva adelante las películas, llevan un largo tiempo trabajando sobre una lista de potenciales actores para tomar el relevo de Daniel Craig. es decir, alguien con potencial para la sucesión del rubio intérprete. Si bien ha sido una época gloriosa, ahora llegó el tiempo de empezar a pensar en el futuro.
E Idris Elba, el actor británico que comenzó a ganar popularidad en los Estados Unidos por su personificación de Russell «Stringer» Bell, el traficante de drogas que aspira a convertirse en un hombre de negocios en la serie The Wire, era uno de los grandes candidatos. Pero él mismo anunció que se baja de ese rol al que todavía no lo habían subido. «No estoy interesado en ser James Bond», fue su fuerte confesión.
Por qué se bajó
Si bien no fueron pocas las ocasiones en las que Idris Elba manifestó su ganas de hacerse con el papel del 007 -algo que le ilusionaba enormemente-, terminó desistiendo del rol.
La razón hay que encontrarla en el cansancio que le iban generando los comentarios que hablaban de que la elección de él para el icónico personaje creado por Ian Flemning se debía únicamente a una cuestión racial. Es decir, que lo elegían -en pos de la corrección política y la inclusión- por ser negro y no por ser buen actor.
Esas especulaciones terminaron por frustrarlo y lo hicieron dejar pasar un papel para el que seguramente estaba bien calificado, mucho más allá del color de piel.
Cómo será la nueva historia de Bond
La escritora británica Kim Sherwood, la primera mujer en recibir el encargo de realizar una nueva trilogía sobre el agente 007, considera que «James Bond puede evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos, aún siendo un personaje icónico y popular que todo el mundo conoce».
La autora pretende darle un giro significativo y acorde a estos tiempos al personaje creado por Ian Fleming. Habló de «socializar» los roles principales de la serie. Eso significa que la nueva Bond tendrá un protagonismo «más coral», repartido en tres héroes «más inclusivos y multiculturales».
Ellos son: Johanna Harwood, la agente 003, de origen franco-argelino; Joseph Dryden, espía 004, de origen jamaicano, sordo de un oído y primer agente abiertamente homosexual; y Sid Bashir, 009, que pertenece a una minoría étnica.
Todos entran en escena luego de la desaparición de 007, que sólo es evocado por sus jefes y compañeros de sección.
Sherwood, oriunda de Camden, Inglaterra, reconoce que «la sombra de Fleming es alargada, porque su personaje está muy arraigado en la cultura popular», y como fan de la conocida serie de espías, su propósito fue «honrar a Fleming y ver dónde su estilo y el mío compartían ADN y dar una visión más fresca».
La escritora de 34 años cree que «el contexto es la clave, porque Fleming hablaba desde los años ’50, cuando el gran peligro para Occidente era el comunismo», mientras que ella lo hace desde la época contemporánea, pero «está demostrado que Bond como símbolo de Gran Bretaña es susceptible de evolucionar; el de Pierce Brosnan nada tiene que ver con el de Sean Connery».
En Doble o nada, primera novela de la trilogía que escribirá Sherwood, Bond está desaparecido tras ser amenazado por fuerzas con ansias de venganza en un mundo que se debate entre el colapso climático y las convulsiones geopolíticas del siglo XXI.
Si Bond siempre se había movido en un contexto dominado por hombres y con grandes dosis de sexismo, en esta entrega, además de una nueva agente, Sherwood da un «ascenso» a la eterna Miss Moneypenny, que «ahora es la jefa de la sección Doble 0».
WD