El Festival de Cine de Nueva York, el New York Film Festival, se ha ido convirtiendo en los últimos años en uno de los rincones más espectaculares a la hora del cine mundial, es decir, en un lugar que sabe cruzar grandes nombres, como hoy pueden ser Michael Mann, que cierra el evento estos días con su biopic Ferrari, con grandes hallazgos de otros festivales grandes, como por ejemplo Los delicuentes, el film de Rodrigo Moreno, la representante argentina a la hora de los Oscar. En ese espectro, pero eso es algo cada vez más frecuente en eventos de mayor índoles privados y a pesar de sus múltiples programadores de diferentes rincones del mundo, lo que cada vez está más ausente es el descubrimiento, el coraje de mostrar aquello que otros festivales han ignorado o aquello que habla más directamente con la ciudad, más allá de la posibilidad de tener muchos nombres al alcance la mano por su código postal. En ese sentido, NYFF deja muchas veces con ganas de que esa enorme estructura, ese perfecto funcionamiento, esas hermosas salas, se conviertan en un festival que sabe poner una luz en otro tipo de cine (podría decirse que los ciclos que arman a lo largo del año en la famosa institución, el Lincoln Center, permite eso que se reclama, pero un festival de cine es una forma de entender el mundo, lejos del segregacionismo de eventos puntuales, un  festival de cine es una noticia, y debería ser una más salvaje, aquí en Buenos Aires, en Nueva York o en Cannes -un festival que en sus lujos siempre sabe provocar y no solo coleccionar-).

Más allá de la observación caprichosa, que también tiene que ver con los pocos riesgos que corre la cultura en varios rincones del planeta (que no contradicen el esfuerzo y el ingenio de quienes trabajan allí: un festival de cine siempre en un lugar tremendamente lleno de pasión e ideas), el New York Film Festival es también un evento soñado, como ya dijimos, por su escala, porque cada película enorme posee ahí nombres de alto calibre. Por ejemplo, Emma Stone y Yorgos Lanthimos estuvieron allí, en las primeras semanas del evento, presentando Pobres criaturas, su reversión feminista del mito de Frankenstein y el estreno de su corto blanco-y-negro silente Bleat (con música en vivo de J.S. Bach, Knut Nysted y Toshio Hosokawa). También Todd Haynes y sus actrices, Julianne Moore y Natalie Portman, que fueron la apertura del evento con May December. Y así la lista de alfombras rojas, y demás. El New York Film Festival sigue siendo un evento impactante, no solo por su ciudad, sino por su envergadura. De eso no hay dudas, detrás de los nombres enormes, se reúne una gran cantidad de nombres de la industria, que van desde programadores de diferentes lugares del mundo hasta hasta integrantes de la cultura de la ciudad.

Los nombres. Esta edición contó con títulos de Hong Sangsoo, el famoso director coreano, que este año se despachó con In Water, un film completamente fuera de foco (literalmente fuera de foco) y su nueva producción, In Our Day. Se suman títulos como el melodrama de Catherine Breillat, Last Summer. Uno de los grandes destacados de la programación es la estrenada en Venecia, Priscilla, el film de Sofia Coppola que cuenta la historia de Priscilla y Elvis Presley, desde su encuentro, su romance, y la formación de su familia. También se puede ver The Killer, la nueva película de David Fincher (el director de Pecados capitales y Red Social), protagonizada por Michael Fassbender y distribuida a nivel mundial por Netflix. Entre los rescates que han tenido lugar, se pudo ver el corto restaurado de Agnès Varda, una directora más celebrada que realmente vista (lamentablemente), de la que aquí puede verse su versión completa.

Otro de los films celebrados es All of Us Strangers, adaptación de la novela de Taichi Yamada, escrita y dirigida por Andrew Haigh y protagonizada por Andrew Scott y Paul Mescal (que también estrena Foe, la película escrita y dirigida por Garth Davis, y coprotagoniza con Saoirse Ronan). La ganadora de la Palma de Oro, Anatomy of a Fall, de Justine Triet (el film que tiene un personaje canino llamado Messi).

También se pudo ver la nueva maravilla de Hayao Miyazaki, el director que a los 82 años salió del retiro con The Boy and The Heron, la película que se presume es el último film de la leyenda de la animación japonesa. Una de las películas más celebradas es Hit Man, la comedia negra de Richard Linklater, el director que siempre sabe ir de género en género tan solo para confirmar que pocos logran contar como él lo hace. Un film donde se luce Gary Johnson como protagonista.