Sin lugar a dudas, Suhanya Raffel es una de las personas más influyentes en el mundo del arte contemporáneo. Nacida en Sri Lanka y formada en Australia, Raffel trabajó en instituciones de distintos puntos del globo hasta asumir en 2016 como directora del imponente Museo + de Hong Kong, el más grande de toda Asia.

Desde este año Raffel es, además, la presidenta de CIMAM, la red global de museos de arte moderno que entre el 9 y el 11 de noviembre tendrá su conferencia anual en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, bajo el auspicioso título El museo, una Creación compartida: ética, transformación social y legado cultural.

A pocos días de su llegada a nuestro país, esta curadora (condecorada en 2020 con la Orden francesa de Caballero de las Artes y las Letras) aceptó tener una entrevista virtual con Clarín Cultura para hablar del pasado, presente y futuro de las instituciones, de los desafíos éticos y estéticos que la nueva era le depara, y de su personal deseo de reencontrarse con la escena porteña, que visitó hace más de 30 años.

–Durante la pandemia hubo un momento (más largo en algunos lugares, más corto en otros) en el que todos pensamos que los museos, finalmente y como muchas de las cosas del mundo que conocíamos, iban a desaparecer. Sin embargo no fue así. ¿Cómo fue que sobrevivieron estas instituciones?

–Los museos cambiaron de un modo extraordinario. Se convirtieron en verdaderas instituciones cívicas, lugares donde la gente podía encontrarse de manera segura, y necesitábamos lugares seguros donde poder estar juntos, en un momento en que la pandemia nos separaba.

La otra cosa importante es que nuestras colecciones, nuestras exhibiciones y programas dieron a la población un respiro, un descanso, la posibilidad de pensar en otros momentos de la historia, distintas historias, otros contextos que nos ayudaran a pensar en el propio, en lo que estaba aconteciendo. A partir de ahí, la transformación que experimentaron los museos fue fundacional, cambió el sentido que tienen en la vida de la gente.

El Museo Moderno en San Juan 350.El Museo Moderno en San Juan 350.

–Usted dirige un museo que ya no se define como especializado en arte, sino en cultura visual. ¿Cuán importante resulta la cultura visual como legado, en un mundo híper conectado y globalizado en que las imágenes son cada vez más efímeras?

–Establecimos el Museo M + como un museo de cultura visual basados en lo que significa vivir en este mundo. Especialmente en lugares como Asia. Hicimos un trabajo interdisciplinario y transnacional que fue fundacional.

Estamos comenzando a reflejar realidades que incluyen una diversidad mucho más amplia sobre quiénes somos, cuál es nuestra historia y cómo nos comunicamos. Y la cultura visual nos da la posibilidad de abrazar esta vida contemporánea, este cotidiano en el que absorbemos tantas formas, no solo visuales sino también sonoras y audiovisuales.

Vivimos una vida interdisciplinaria, y las instituciones contemporáneas deben reflejar eso, la apertura de las prácticas artísticas de hoy es una apertura que históricamente no fue contemplada dentro de las instituciones. Hoy los museos abrazan el hecho de que el arte pueda ser multidisciplinario, interdisciplinario y transnacional; que nosotros podamos serlo en las obras que hacemos, y en cómo las llevamos a cabo.

En lo personal creo que construimos una institución que busca impactar en nuestra vida de un modo más profundo, considerando que vivimos en un mundo muy desafiante y muy complejo.

–Después de décadas de ser solo un departamento específico en un museo de arte, el arte asiático, tanto como el de Oceanía y el de Latinoamérica, parece haber despegado de cierta lectura eurocéntrica ya obsoleta. ¿Considera que eso es así?

–Sí. Creo que esas taxonomías y clasificaciones vienen de otro tiempo, un período en el que fueron usadas por la historia de las colonias como herramientas para comprender, pero también para circunscribir las producciones. Ahora los museos quieren deshacer esas etiquetas, interrogarlas, pero porque al mismo tiempo están buscando modos más creativos de funcionar en el mundo de hoy.

Porque cualquier cosa que hacemos debe servir y al mismo tiempo esperanzar. Creo que los museos deben incluir la palabra esperanza en su agenda, porque estamos enfrentando mundos tan complejos que es fácil perder la esperanza. Deben ser instituciones que contengan esperanza, y que ayuden al público a afirmarse. Mucho del trabajo creativo que se está realizando es crítico con la situación del mundo hoy, pero al mismo nos da herramientas que nos ayudan a mirar hacia delante.

–El tema de la conferencia de CIMAM es Ética, Transformación Social y Legado Cultural ¿cuáles son los desafíos y las responsabilidades que enfrenta hoy un museo en relación a esos temas?

–Lo que hablábamos hace un momento conduce directamente a esto, porque uno de los desafíos más grandes que el museo ha asumido en nuestro tiempo es el de convertirse en una institución que favorezca la transformación social. De ser bastiones (pensemos que el curador antes era un “guardador” o “guardián”, de ahí viene el origen de la palabra) pasamos a ser agentes más activos, si pensamos en la comunidad, y más dinámicos en relación a cómo pensamos el conocimiento y su transformación.

Hay una responsabilidad muy grande en eso y debemos tomarlo muy en serio, porque de la ética con que llevemos adelante nuestro trabajo dependerá el legado cultural que de él surja. El tema de la conferencia busca explorar profundamente ese vínculo entre ética y legado cultural.

En este sentido, hay muchísimo interés en el hecho de que esta conferencia se lleve a cabo en un lugar perteneciente al Sur global, tal como es Buenos Aires. Estoy segura de que va a ser una conferencia muy importante.

–¿Tendrá oportunidad de conocer algo de la escena del arte contemporáneo mientras esté Buenos Aires? ¿Qué expectativas tiene respecto de la conferencia de CIMAM?

–Tuvimos muchísima aceptación y estaremos a sala llena, lo cual es maravilloso. Eso significa que hay mucho apetito por conocer el lugar y su actividad cultural. Y es muy bueno para CIMAM porque somos un grupo de profesionales de todos los rincones del mundo, lo verán cuando nos reunamos. Así que será una gran oportunidad para conocer a los artistas de allá mucho más profundamente.

En lo personal estoy muy emocionada de volver a Buenos Aires después de más de 30 años, quiero conocer las trayectorias modernas de artistas, arquitectos y diseñadores, más particularmente el trabajo de tantas mujeres creadoras que han surgido en esa parte del mundo. Será una gran oportunidad para aprender y conocer.