El universo visual del dibujante argentino Eduardo Risso se exhibe desde el viernes en el centro de Roma a través de unas 80 láminas de cómic, por primera vez en una carrera que le ha convertido en uno de los autores más reconocidos de su sector.

La exposición, en la sede del Instituto Cervantes de la céntrica Plaza Navona, lleva por título Più di 100 proiettili (Más de 100 proyectiles), en alusión a su serie 100 balas, por la que ganó cuatro Premios Eisner, los «Óscar» del cómic.

Eduardo Risso exhibe desde el viernes en la Sala Dalí del Instituto Cervantes del centro de Roma unas 80 láminas de cómic.EFE/Miguel SalvatierraEduardo Risso exhibe desde el viernes en la Sala Dalí del Instituto Cervantes del centro de Roma unas 80 láminas de cómic.EFE/Miguel Salvatierra

Se exhiben láminas originales de algunos de los proyectos más importantes del dibujante, que ha trabajado con otros referentes de la industria del cómic como Brian Azzarello, con quien ha desarrollado la mayor parte de su carrera.

Una trayectoria en imágenes

Desde Batman y Wonder Woman, las incursiones de Risso en el mercado estadounidense, pasando por 100 balas y a sus primeras láminas a color, la muestra repasa la trayectoria de un artista que se mostró emocionado en la inauguración.

«Fue una grata e inesperada sorpresa y para mí es un orgullo porque sumamos algo más al currículum de mi carrera», confesó Risso, que expone su obra en Roma por primera vez en solitario.

Dividida en tres salas, en la exposición se hace un repaso a gran parte de la obra publicada en Estados Unidos por un artista que no se declara fan de los superhéroes, a pesar del gran tirón que tienen sus historias en el mercado mundial.

«Yo crecí sin leer superhéroes, los alcancé en la edad adulta, y no entendía cómo una persona puede volar o destruir cosas con la mirada», explicó.

Sin embargo, su aporte a la saga de Batman con Azzarello rompió los moldes de lo conocido hasta el momento del hombre murciélago gracias a la elección de los grafismos, con el blanco y negro de Risso como norma estética, y las historias del escritor norteamericano, que no dejaron indiferentes al público.

El ilustrador argentino Eduardo Risso posa en Gijón en 2018, donde participó en la XXXI edición de la Semana Negra. EFE/Juan González. El ilustrador argentino Eduardo Risso posa en Gijón en 2018, donde participó en la XXXI edición de la Semana Negra. EFE/Juan González.

Pero en la Sala Dalí romana también pueden verse historias que el argentino produjo para el mercado español, como es el caso de Torpedo, el personaje de Enrique Sánchez Abulí que se ambienta en la Nueva York de mediados del siglo pasado.

Pintadas a mano

Las láminas, de un gramaje especial para soportar las grandes cantidades de tinta, están pintadas a mano, una técnica prácticamente en desuso en el mundo del cómic de la que Risso no reniega.

«Como viejo dinosaurio no puedo aclimatarme a la nueva tecnología, simplemente (la uso) para hacer algún retoque y ahora que estoy haciendo color», señaló.

El ilustrador argentino Eduardo Risso posa en Gijón en 2018, donde participó en la XXXI edición de la Semana Negra. EFE/Juan González. El ilustrador argentino Eduardo Risso posa en Gijón en 2018, donde participó en la XXXI edición de la Semana Negra. EFE/Juan González.

En color se pueden ver las cuatro primeras páginas de una nueva historia en la que aún se encuentra trabajando y que se ambienta en el salvaje Oeste, en el que una familia de tres hermanos se une después de que uno de ellos salga de la cárcel.

Con las paredes blancas del Instituto Cervantes como lienzo, Eduardo Risso plasma en esta muestra que se podrá visitar hasta el 6 de julio lo mejor de su producción como viñetista para la cultura de masas norteamericana.

Con información de EFE.