La carrera reciente de M. Night Shyamalan sigue gozando de cierta celebración por determinados aficionados, que todavía hablan de resurrección en una racha de películas estupendas que lleva casi una década manteniendo. ‘La trampa’ es otra muesca en una etapa marcada por un gran entendimiento de qué películas sabe hacer, cómo puede hacerlas y a quién van dirigidas.
Un alivio tras una época donde se podría decir que estuvo vagando por el desierto con blockbusters inanes que siguieron cierto divorcio con el gran público que ya no lo veía como el nuevo Steven Spielberg. Es cierto que siempre fue demasiado idiosincrático para ajustarse a una comparación tan, hasta cierto punto, simplona, por mucho que fenómenos como ‘El sexto sentido’ invitasen a la comparación.
Los fantasmas que nos acompañan
Su tercera película (a pesar de que muchos la considerar su verdadero debut) fue todo un éxito arrollador y sorprendente, creando un sorprendente culto en torno a su particular tono y sobre todo a su final. Bruce Willis, Toni Collette y el joven Haley Joel Osment protagonizan esta emocionante propuesta que cumple 25 años de su estreno en cines y que hoy se puede ver en streaming a través de Disney+.
El psicólogo infantil Malcom Crowe está asolado por el recuerdo de un paciente al que no pudo ayudar como es debido. Ve ocasión de redimirse con Cole Sear, un asustadizo niño de ocho años que se siente incómodo ante su presencia. El reto que se le plantea será inusual, ya que Cole afirma que es capaz de hablar con espíritus atormentados del más allá que vienen a visitarle continuamente.
Aquí asienta ya esa reputación de hacer películas con giros muy comentados, siendo este caso concreto especial por cómo todo el mundo insistía en ir a verla para observar por uno mismo la gran revelación de esta película. Un retorcimiento del guion cuyo misterio ya ha quedado relativamente destapado, aunque igualmente no lo vamos a comentar.
‘El sexto sentido’: la gran revelación
Uno de los aspectos más mágicos de ‘El sexto sentido’ es su capacidad de funcionar más allá de esa revelación, mientras que otras películas empeñadas en tener “El Gran Giro” terminan amortizadas una vez es conocido. La revelación de esta película arroja si acaso más matices interesantes a lo que se ve, y revela la grandeza con la que Shyamalan construye la tensión y cada escena.
Más importante aún, nos muestra la particular sensibilidad con la que aborda el cine y las historias. Un tono marcado por una implacable sinceridad y emoción, que es capaz de entrar en rincones oscuros y elaborar suspense y terror de alto nivel. Lidia con grandes conceptos de fantasía, pero también emociones muy humanas e intensas. Eso distingue una película de Shyamalan por encima del resto, incluso cuando opta por hacer un ejercicio de estilo concreto como en ‘La visita’ o ‘Tiempo’, y es lo que hace que perdure ‘El sexto sentido’ como una maravilla del cine fantástico, marcando la transición hacia un nuevo tono para el siguiente siglo.
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