El fútbol históricamente ha sido de los deportes que mejor conexión ha establecido entre los habitantes de un pueblo, creando comunidad a partir de la pasión desmedida por lo que se percibe como un éxito local y compartido. El profesionalismo y la distorsión hipertrófica que causa el capitalismo en las industrias ha convertido el deporte en una sucesión de empresas que explotan igualmente esos sentimientos pero sin valor comunitario.
Queda poco de esa capacidad de integración que podía tener el fútbol en el pasado para conectar a gente de todo tipo, y buena representación de ello es la marginación del colectivo gay en todas las categorías. Incapaces de poder presentarse como realmente son, las dos únicas vías que parecen posibles son intentar esconder su realidad por todos los medios o romper con todo, un poco al estilo de ‘Muy lejos’.
Una filigrana imprevista
Mario Casas protagoniza un drama social con inmigración, sexualidad, pobreza, racismo y también fútbol que es el estreno en el largometraje de Gerard Oms, que firma también un guion muy personal. Una pequeña historia en territorio desconocido que se puede ver en streaming a través de Filmin y de Movistar+.
Sergio es un fanático del Espanyol que va con su familia y amigos pericos hasta Utrecht para ver a su equipo disputando un partido de competición europea. Cuando toca el momento de regresar, Sergio toma la abrupta decisión de quedarse en Holanda y romper lazos con su pasado, aunque le suponga tener que encontrar maneras de sobrevivir sin dinero y sin hablar con fluidez el idioma.
‘Muy lejos’ presenta muchos códigos narrativos, tonales y estéticos del cine de los hermanos Dardenne, grandes pilares del cine social que suele proliferar en festivales y suelen destacarse por sus buenas intenciones relatando problemas reales. La cinta de Oms quiere tocar varias cuestiones incómodas sobre precariedad e identidad sexual en diferentes ámbitos, aunque siempre los hace desde proximidad personal al protagonista.
‘Muy lejos’ y tan poco cerca

Es el complicado equilibrio que tiene determinada rama del drama social, teniendo que manejar cierto estudio del personaje y que esto sirva para crear un tapiz de los diferentes problemas que trata de señalar. Oms tiene buen ojo para señalar cómo raza y sexualidad afectan a la hora de que el personaje pueda sobrevivir con su decisión radical, y también para introducir su compleja relación con el fanatismo futbolero de cara a que la historia se sienta más especifica.
La integración general es un poco más compleja, y a veces se nota la mano que intenta llevar todo hacia el terreno que le interesa en lugar de que esto surja de manera orgánica en una historia que claramente necesita mantener el aura naturalista. Intenta apoyarse en un Mario Casas que está notablemente entregado, aunque resulta más fácil apreciar el esfuerzo que el verdadero resultado que de vitalidad al personaje.
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