La diástasis de rectos abdominales (diástasis del recto abdominal) es la separación de los músculos rectos abdominales durante y después del embarazo. El recto abdominal recorre verticalmente la parte frontal del estómago. Con frecuencia se le conoce como el «abdominal marcado». Está dividido en dos lados, izquierdo y derecho, por una banda de tejido llamada línea alba que corre por el centro. A medida que el útero se expande durante el embarazo, los abdominales se estiran y la línea alba se adelgaza y se separa. Esta banda de tejido se ensancha al ser empujada hacia afuera.
Tras el parto, la línea alba puede cicatrizar y volver a unirse. Es muy elástica y se retrae (como una banda elástica). Cuando el tejido pierde su elasticidad por sobreestiramiento, la separación abdominal no se cierra tanto como debería. Esto se conoce como diástasis de rectos.
Si tiene diástasis, su vientre puede parecer sobresalir justo por encima o por debajo del ombligo, lo que le da la impresión de estar embarazada meses o años después del parto. Durante y después del embarazo, la aparición de diástasis de rectos abdominales subraya la importancia de la atención prenatal y posnatal experta.
Diástasis de rectos: ¿cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la diástasis de los rectos pueden variar de persona a persona y pueden incluir:
- Protuberancia o cresta visible: Uno de los signos más evidentes de la diástasis de rectos es una protuberancia o cresta visible que recorre el centro del abdomen, especialmente cuando los músculos abdominales están contraídos o sometidos a tensión. Esta protuberancia puede hacerse más prominente al realizar ciertas actividades, como sentarse desde una posición acostada o realizar ejercicios abdominales.
- Debilidad abdominal: Las personas con diástasis de rectos pueden experimentar debilidad en los músculos abdominales, especialmente en la zona media, donde se produce la separación. Esta debilidad puede afectar la estabilidad del core y causar dificultades para ciertos movimientos o actividades que requieren fuerza abdominal.
- Dolor lumbar: La diástasis de rectos puede contribuir al dolor lumbar debido a que los músculos abdominales debilitados no brindan el soporte adecuado a la columna vertebral. La falta de estabilidad del core puede sobrecargar la zona lumbar, lo que provoca molestias o dolor.
- Mala postura: Una pared abdominal debilitada también puede afectar la postura, provocando que la pelvis se incline hacia adelante y la columna vertebral se curve excesivamente. Esto puede resultar en una postura caracterizada por un mayor arco en la zona lumbar (hiperlordosis) y un abdomen prominente.
- Problemas digestivos: Algunas personas con diástasis de rectos pueden experimentar síntomas digestivos, como hinchazón, estreñimiento o dificultad para defecar. La separación de los músculos abdominales puede afectar el funcionamiento normal de los órganos digestivos, provocando molestias o irregularidades.
- Disfunción del suelo pélvico: La diástasis de rectos puede estar asociada a la disfunción del suelo pélvico, incluyendo síntomas como incontinencia urinaria, dolor pélvico o molestias durante las relaciones sexuales. El debilitamiento de los músculos abdominales puede contribuir a un soporte y coordinación deficientes del suelo pélvico.

¿Por qué se produce la diástasis de los rectos?
La diástasis de rectos se produce principalmente debido al estiramiento y debilitamiento del tejido conectivo (línea alba) que recorre el centro del abdomen. Este tejido conectivo mantiene unidos los músculos rectos del abdomen, formando los abdominales. Varios factores contribuyen a esta separación:
- Embarazo: La causa más común de diástasis de rectos es el embarazo. A medida que el útero se expande para acomodar al feto en crecimiento, ejerce una presión significativa sobre los músculos abdominales. Los cambios hormonales durante el embarazo también pueden afectar el tejido conectivo, haciéndolo más propenso a estirarse y separarse.
- Debilidad muscular abdominal: La debilidad en los músculos abdominales, a menudo debida a factores como el sedentarismo, técnicas de ejercicio inadecuadas o cirugías abdominales previas, puede contribuir a la diástasis de rectos. Cuando los músculos están débiles, tienen menor capacidad para sostener el útero en crecimiento o soportar la presión intraabdominal, lo que provoca la separación.
- Presión intraabdominal excesiva: Cualquier actividad que aumente la presión abdominal puede contribuir a la diástasis de rectos. Esto incluye actividades como levantar objetos pesados, tos o estornudos crónicos, o la obesidad. El aumento de presión tensiona los músculos abdominales y puede provocar su separación con el tiempo.
- Predisposición genética: Algunas personas pueden tener predisposición genética a desarrollar diástasis de rectos. Factores como la estructura del colágeno y la elasticidad del tejido conectivo pueden influir en la probabilidad de separación muscular.
- Ejercicios abdominales repetidos o inadecuados: Ciertos ejercicios, como abdominales, sentadillas o entrenamientos intensos de core, si se realizan de forma incorrecta o excesiva, pueden tensar los músculos abdominales y agravar la diástasis de rectos. Es importante realizar ejercicios que fortalezcan el core sin ejercer una presión excesiva sobre la pared abdominal.
- Embarazos múltiples: Las mujeres que han tenido embarazos múltiples tienen mayor riesgo de desarrollar diástasis de los rectos, ya que los músculos abdominales pueden debilitarse y estirarse progresivamente con cada embarazo.
- Edad: A medida que envejecemos, la elasticidad del tejido conectivo disminuye de forma natural. Esto puede hacer que los adultos mayores sean más susceptibles a la diástasis de rectos.
¿Cómo se trata?
El tratamiento para la diástasis de rectos generalmente implica una combinación de ejercicios, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, intervenciones médicas. A continuación, se presentan algunos enfoques comunes para tratar la diástasis de rectos:
- Ejercicios de fisioterapia: La fisioterapia suele ser el tratamiento de primera línea para la diástasis de rectos. Un fisioterapeuta puede desarrollar un programa de ejercicios individualizado centrado en fortalecer los músculos abdominales profundos, incluyendo el transverso del abdomen y los músculos del suelo pélvico. Estos ejercicios pueden incluir inclinaciones pélvicas, contracción abdominal, ejercicios del suelo pélvico y movimientos específicos para fortalecer el core. Aumentar gradualmente la intensidad y la complejidad de estos ejercicios puede ayudar a cerrar la brecha entre los músculos abdominales separados.
- Mecánica corporal adecuada: Aprender y practicar una mecánica corporal adecuada es esencial para controlar la diástasis de rectos y prevenir una mayor tensión en los músculos abdominales. Esto puede implicar técnicas para levantar objetos correctamente, mantener una buena postura y evitar actividades que agraven la afección, como levantar objetos pesados o ejercicios de alto impacto.
- Prendas de soporte abdominal: Algunas personas con diástasis de rectos rectos encuentran alivio al usar prendas de soporte abdominal, como fajas abdominales. Estas prendas brindan soporte externo a los músculos abdominales, ayudando a estabilizar la zona y a reducir la tensión durante las actividades diarias.
- Técnicas de respiración: Técnicas de respiración específicas, como la respiración diafragmática o la respiración abdominal profunda, pueden ayudar a activar los músculos abdominales profundos y promover una correcta alineación de la pared abdominal. Incorporar estas técnicas a las actividades y ejercicios diarios puede mejorar la estabilidad y el soporte del core.
- Intervención quirúrgica: En casos graves de diástasis de rectos que no responden a tratamientos conservadores, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Durante la cirugía, los músculos abdominales separados suelen suturarse para restaurar su integridad y mejorar la fuerza abdominal. Este procedimiento se conoce como abdominoplastia o abdominoplastia. Sin embargo, la cirugía suele considerarse un último recurso y suele reservarse para personas con deterioro funcional significativo o problemas estéticos.
- Nutrición y control del peso: Mantener una dieta y un peso saludables puede favorecer la curación y la recuperación general de la diástasis de rectos. Una hidratación adecuada, una dieta equilibrada rica en nutrientes esenciales y un peso corporal saludable pueden promover la reparación tisular y fortalecer los músculos abdominales.
Es importante que las personas con diástasis de rectos consulten con un especialista en salud pélvica, especializado en medicina deportiva o rehabilitación, para desarrollar un plan de tratamiento adecuado a sus necesidades y objetivos específicos. La constancia y la paciencia son fundamentales, ya que puede llevar tiempo observar mejoras en la fuerza muscular y la función abdominal.
La diástasis de rectos no se correlaciona automáticamente con debilidad, disfunción o síntomas. Es un cambio fisiológico normal y una adaptación del cuerpo durante el embarazo. Es algo que se debe considerar y conversar sobre ello en el posparto, y no algo que deba temer ni verse como un obstáculo para la recuperación.