Walter Lezcano (Corrientes, 1979) es un escritor ágil y prolífico. Sus muchos títulos, que abarcan los géneros crónica, poesía, novela, ensayo y más, encuentran su núcleo gravitacional en la cultura rock y la música como experiencia vital, mucho más allá de sus creadores y su anecdotario. Lezcano hace literatura del yo a través de los bienes de consumo que también aborda desde el periodismo: libros y discos como forjas de esa identidad que en el posmodernismo tiende a la disolución y la dispersión. Los textos de Lezcano tienen un pie en la indagación antropofágica y otro en la reafirmación personal que ese objeto de estudio ofrece; la posibilidad de explayarse en la autoponderación y la reflexión sobre el oficio de escribir mientras se escribe.
Y aquí escribir no es solo sentarse frente al monitor y el teclado. Escribir es encontrar obstáculos y atajos, ideas sorprendentes y lugares comunes, ser hablado por otros y hablar por primera vez. Todas esas sensaciones son plausibles de encontrar en la literatura de Lezcano, un autor que ha hecho de transparentar el oficio de la escritura el centro de su estilo. Y que ahora ensancha su escaparate de títulos con La belleza del ruido. Una aproximación al viaje de Suárez y Rosario Bléfari (Gourmet Musical), un retrato híbrido de la personalidad musical de la recordada artista, fallecida en 2020 a los 54 años de edad, víctima del cáncer.
Bléfari tenía muchos talentos que, como se suele decir, eran uno solo: la escritura. De canciones, de personajes de cine y teatro, de diarios, poemas, prosa y crónica. Son conocidos y admirados sus vastos intereses, su incidencia en los campos en los que se desempeñó, su inconmensurable influencia en la música independiente y toda la cultura indie. Con inteligencia, Lezcano advirtió la potencia de Bléfari como narradora de sí misma e integró esa bitácora de vida y trabajo a su texto. Por eso La belleza del ruido se mueve entre la pesquisa de Rosario (quien aprobó y alentó el proyecto del libro, para el cual dio varias entrevistas entre 2016 y 2019), la reconstrucción coral de la nave de experimentación noise-pop que fue Suárez (grupo mítico de la escena de los ‘90 que la cantante y compositora fundó con su pareja de entonces, Fabio Suárez) y la curaduría extractiva de esos textos que Bléfari publicó en distintos volúmenes de editoriales como Mansalva o Belleza y felicidad. Porciones de una autobiografía dispersa y en constante expansión. En esa selección de pasajes que Lezcano repone en su texto hay una voz y una conducta que son imprescindibles para comprender a Rosario, y que salvan, en parte, la distancia entre la declaración periodística y la autoindagación: ¿qué brecha hay entre lo que decimos de nosotros y aquello que nos decimos en la intimidad, cuando olvidamos quiénes somos para los demás?
Si esas versiones de Rosario que aparecieron por escrito en su madurez y luego de ocurrida su muerte ya estaban ahí, en el lejano Poemas en prosa o en el reciente Diario de la dispersión, lo que estaba vacante era una mirada externa que intentara integrar la vastedad de Bléfari. Lezcano toma esa responsabilidad en parte, porque quedan por fuera de su temario la obra en teatro y cine. Pero afronta con solvencia el abismo de preguntarse qué fue Suárez en el marco del rock argentino de fin de siglo y qué significó para Bléfari como vehículo de emancipación, aprendizaje y experimentación en su desarrollo como artista de la vida.
Según el autor, el impulso primigenio fue echar luz sobre el mito del grupo de culto que los ‘90, como se dijo de The Velvet Underground, parece haber dado una nueva banda por cada integrante del público. Que abrió camino en la autoedición, que tocaba en muestras de arte y cuya líder y cantante se subía al escenario con siete meses de embarazo o con su hija en brazos. Ese impulso tomó forma en 2015, cuando Lezcano cubrió la noticia del regreso de Suárez en el Festival de Cine de Mar del Plata, donde se estrenaba Entre dos luces, el primero de los dos documentales que Fernando Blanco realizó sobre la banda, a partir de material de archivo aportado por Bléfari. Empezaba una breve retrospectiva que disparaba al futuro: el grupo se reunió y ensayó para un solo concierto, pero enseguida apareció el compromiso de seguir, aunque no como una banda tributo de sí mismos sino para producir nuevas canciones. Hubo un puñado de shows en Buenos Aires y canciones para un EP final que se publicó tras la muerte de Rosario (Por última vez, 2020).
En un epílogo que dedica al backstage de esta historia, Lezcano lo menciona casi al pasar aunque sea crucial. La decisión de suspender la escritura del libro a la espera de los acontecimientos futuros que se abrían ante la reunión de Suárez no solo resultó clave para el desenlace triste que proveyó el inesperado fallecimiento de Bléfari. También ofreció el hiato perfecto para que surgiera lo más interesante de esta rica historia: cómo el peso de lo no hablado puede atraer a un grupo de personas hacia un proyecto artístico sin límites y sin dueño. Lo indefinido y lo disperso como valores que cambian de signo con el tiempo y posibilitan continuar, o ser continuados por otros. No hay que preocuparse por concluir proyectos, decía Bléfari, abanderada de la multiplicación y la dispersión, porque ellos pueden seguir solos. Tal vez en ese silencio donde se perdieron las razones de la separación de Suárez y se cobijaron los sentimientos de sus integrantes, el liderazgo de Rosario (inédito e inaugural en el rock argentino) fuera la única piedra de toque y el único material irremplazable.
La belleza del ruido: una aproximación al viaje de Suárez y Rosario Bléfari. Walter Lezcano. Gourmet Musical. $18.400.