El papa Francisco ratificó este viernes su lucha contra la corrupción en la Curia romana, denunció la existencia de una “casta pecadora” en la Iglesia, y adelantó nuevos cambios en las estructuras financieras y económicas del Vaticano, en medio de los escándalos por supuestas irregularidades financieras de parte de un cardenal y cinco colaboradores.

“No creo que pueda haber una sola persona, dentro y fuera de aquí, que se oponga a erradicar la mala planta de la corrupción”, planteó el pontífice en declaraciones al sitio italiano AdnKronos publicadas este viernes.

“No hay estrategias particulares; el esquema es banal, sencillo: hay que ir adelante y no parar. Hay que dar pasos pequeños pero concretos”, aseguró Jorge Bergoglio.

Los dichos de Bergoglio se dan luego de las investigaciones pedidas por el pontífice por supuestas irregularidades financieras en el Vaticano que terminaron con el proceso a cinco funcionarios de la secretaría de Estado y la destitución del cardenal Angelo Becciu de su cargo en la Congregación para las Causas de los Santos.

“Para llegar a los resultados de hoy, partimos de una reunión hace cinco años sobre cómo actualizar el sistema judicial. Luego, con las primeras investigaciones, tuve que quitar posiciones y resistencias; nos fuimos a indagar en finanzas y tenemos nuevos líderes en el Banco Vaticano IOR”, detalló el Papa sobre el proceso de transparencia en las cuentas vaticanas que le podrían valer, el año próximo, la salida de la denominada “lista gris” del organismo europeo encargado de la lucha contra el lavado, Moneyval

“En fin, tuve que cambiar muchas cosas y muchas cambiarán muy pronto”, adelantó el Papa, quien reconoció que “la Iglesia es y sigue siendo fuerte, pero el tema de la corrupción es un problema profundo, que se pierde a lo largo de los siglos”.

En esa línea, el Papa planteó que, “lamentablemente, la corrupción es una historia cíclica, se repite, luego viene alguien a limpiar y ordenar, pero luego vuelve a empezar esperando que venga alguien más y ponga fin a esta degeneración”.

Con dureza, en ese marco, Francisco aseguró que “la Iglesia siempre ha sido una casta meretriz, una pecadora”.

“Digamos mejor: una parte de ella, porque la gran mayoría va en dirección de por el contrario, sigue el camino correcto”, completó.

En ese marco, consideró “innegable que personalidades de diversa índole y profundidad, eclesiásticos y muchos falsos laicos amigos de la Iglesia, han contribuido a disipar el patrimonio móvil e inmóvil no del Vaticano sino de los fieles”, según denunció.

A mediados de octubre, el papa Francisco ratificó que la reforma que impulsa en la Iglesia “ya está en marcha”, mientras avanza con la sanción de una nueva Constitución apostólica para cambiar el organigrama de la Curia romana.

“La reforma ya está en marcha, también en algunos aspectos administrativos y económicos”, planteó el pontífice tras encabezar una reunión de trabajo con el grupo de seis cardenales que lo asesoran en la reforma de la Curia, conocido como C6.

En ese marco, el 13 de octubre, terminó su actividad en el Vaticano la comisión enviada por Moneyval, el ente europeo encargado de monitorear la lucha contra el lavado de dinero en Europa, que estuvo 15 días revisando las medidas impulsadas por el Papa para definir si introduce a la Santa Sede dentro de la “lista blanca” de países con manejo transparente de sus organismos financieros.

En un comunicado, el Vaticano destacó el “clima constructivo y de cooperación” que tuvo la misión del organismo, y adelantó que las conclusiones sobre la incorporación o no de la Santa Sede en la “lista blanca” recién estarán disponibles en la primavera europea de 2021.

En las últimas semanas, el pontífice incorporó además un refuerzo a la supervisión de los flujos financieros de la Santa Sede como parte de “una estrategia general destinada a hacer cada vez más transparente la gestión de las finanzas del Vaticano, en un marco de controles intensivos y coordinados”, explicaron a Télam fuentes vaticanas.

Fuente TELAM.