El chamamé más conocido del país, el himno litoraleño por excelencia, debe su nombre a la pinchadura de una rueda. La melodía de Km 11 fue compuesta por el célebre músico Mario del Tránsito Cocomarola (y quién diría que habría una relación entre una parte de su nombre y el título de su obra maestra) junto a Félix Vallejo, mientras esperaban a que algún miembro de la banda se arremangara y cambiara el neumático. Fue en el kilómetro 11 de la ruta provincial número 12 de Corrientes.

Corría la década del 30, Cocomarola y su banda viajaban rumbo a una presentación, cuando, plaf, se pinchó un neumático y a sacar el cricket. Sin redes sociales para amenizar la espera, fue entonces cuando, mientras uno de ellos cambiaba la rueda de auxilio, Cocomarola y Félix Vallejo se pusieron a improvisar: allí, y bajo un claro de luna, nacería la melodía que titularon Km 11, porque en ese punto de la ruta se encontraban.

Tiempo más tarde –corría ya 1940–, Cocomarola le pediría a Constante Aguer que le pusiera la letra. Aguer hizo dos letras, una en castellano y otra en guaraní, aunque para la grabación se usó solamente la versión en castellano.

En 1944, Cocomarola grabó el chamamé que llegaría a tener un alcance mundial –la letra fue traducida al alemán, francés, italiano, portugués y hebreo– acompañado por el dúo de José Cejas y José Ledesma.

Se dice que Tránsito Cocomarola fue un autodidacta de la música, que de chico aprendió a tocar un acordeón de ocho bajos y 21 botones y poco más tarde, el bandoneón. A los 13 años, ya era un músico profesional y antes de cumplir los 18, tenía su propio grupo, el “Trío Cocomarola”. 

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