Se llama Gabriela y habló por primera vez de su año y medio al lado de Maradona. Baile, anécdotas y el trágico final.

Es una de las personas que vio y sufrió todo. Se llama Romina. Diego Maradona le decía Monona. Fue la cocinera del astro del fútbol hasta el día de su muerte, el 25 de noviembre del 2020.

Empezó a trabajar como franquera de fines de semana y por la pandemia del COVID-19 le pidieron que se quede a vivir en la casa de Bella Vista.

Luego se mudó esos quince días a San Fernando cuando Maradona fue operado de la cabeza y trasladado a esa vivienda alquilada en un country.

Monona no solo era una cocinera: también bailaba con Diego a determinada hora del día porque era una de las pasiones del astro. Charlaban y compartieron muchas cosas durante ese tiempo.

En una entrevista que consiguió el periodista Rodrigo Lussich y que hoy “Intrusos” pasó en forma de adelanto, Monona habla por primera vez.

“Me acuerdo la última vez que hablamos. Fue a la noche. Fui, me dijo que no quería comer, le dije que le iba a hacer unos sandwiches y un té. Comió uno de los seis que le hice. Es mentira que no comió. Me dijo que se iba a sacar la remera pero que no tenía ganas que se iba a dormir”, dijo.

Y agregó: “Ese día no… fue una locura. Mucha locura. No sé si es verdad que lo escucharon mover a la mañana. Yo no supe nada. Cuando lo vi ya estaba ahí. Lo único que recuerdo es el conteo, el uno, dos, tres, vamos, del RCP, contaba la enfermera. No había manera de reanimarlo, para mi que no”.

“Me acuerdo todo de ese día”, enfatizó y quedó abierta la promesa para ver la entrevista completa en “El show de los escandalones” el próximo domingo a las 20 por América.