La noticia fue explosiva: Ruby Rose, la actriz que hacía de Batwoman en la serie de HBO, la protagonista del show, se iba. Pero después llegaron los anuncios: Javicia Leslie, una actriz de color, sería la protagonista, no reemplazaría a Rose y la serie mostraría ahora en lugar de las aventuras de una aristocrata, familiar del famoso Bruce Wayne, a una ex convicta de color que vive en las calles. Y así, sin quererlo pero sí, la serie que vive en Arrowverse, es decir, los superhéroes de DC llevados a la TV por Greg Berlanti toma una actualidad notable, en un año donde todavía los superhéroes no han logrado reconfigurarse.  

La show runner Caroline Dries cuenta ese proceso en un año con mucho movimiento para el show que estrena segunda temporada por HBO: “Es intentar traducir todo lo que está suendiendo en este momento, en todo el planeta, en Estados Unidos, con toda la locura que hemos experimentado en el último año. Intentar que eso este pantalla. El mundo se ha vuelto un lugar de locos, por ende, Gotham se va ha vuelto un lugar de locos. Entonces aprovechar a esta nueva Batwoman, que ve el traje y dice ‘Ok, cool, esto esta buenísimo’.me parece un acierto. Generar ese mundo, lleno de aventuras,y llenarlo de historias, de peleas, es mi responsabilidad y mi placer.

—¿Cómo cambia el foco? Siempre fue crucial que Batwoman fuera lesbiana, pero ahora se suma su ser de color en un país como Estados Unidos. ¿Qué va a generar eso en el relato de la serie?

—En la primera temporada, el principal tema social que quería encarar era la orientación sexual de Kathy Kane y como su vida había sido construida desde la no aceptación en muchos lugares de su vida, sea familia, sea la sociedad o profesional. Eso fue siempre una gran parte de ese personaje, incluso en los cómics. Pero me encontré con un problema en esa base: Kathy Kane usa una máscara para ser Batwoman, entonces, nadie sabe que es lesbiana, entonces queda “tapado” uno de los rasgos que definía su identidad. Quería que eso fuera un punto importante. En esta segunda temporada, en un mundo que se siente una olla de presión, ahora tenemos una Batwoman de color, y ahí tenemos el día a día de una persona de color no millonaria en el mundo ahora.

—Trabajar con superhéroes “con los pies en la tierra”, es decir, no a lo Superman ¿qué posibilidades abre y que posibilidades cierra?

—Es una limitación, sí. Y el punto de Batman se cumple: podrías serlo si fuerás millonario y le dedicas el tiempo. Pero viniendo de series como Smallville y The Vampire Diaries, a veces queres usar esos villanos que tiran rayos de la mano, porque al menos en pantalla llega un momento que no da tanto terror alguien con un arma. Para mi cualquier cosa con magia, o capas, es una distracción, una hermosa, pero que habla realmente sobre gente que quiere determinadas cosas y no puede tenerlas, que quiere enamorarse o siente dolor en su corazón. Hay algo obvio del espectáculo, de la pelea, que siempre va a estar ahí en el género. 

—¿Qué relatos te han definido como cuentahistorias?

—Siempre evite un poco el género, salvo por Buffy. Dawson’s Creek, esos dramas de amor adolescentes, o Vampire Diaries, dejan en claro que siempre me han gustado mucho los romance, el amor, lo que se puede generar en un vínculo en una ficción.

La doble cara

—Hay una doble cara en el superhéroe: el fan, que se siente dueño de personaje, y el público nuevo, a quién quizás se le habla más al menos en la TV. ¿Cómo lidias con eso?

— Necesitamos que los fans de los superhéroes vean el show. Pero necesitamos hacer algo distinto. Por ejemplo, el asesino Victor Zsasz va a aparecer en nuestro show, y es casi su tercera aparición en una serie, si contas la serie Gotham. Los superfans, los entiendo, pero me di cuenta, una vez que acepté el trabajo, que Gotham, la ciudad, su mito, pesa mucho a la hora de poder ponerte creativo ahí. No queres sonar como que no sabes de eso, como que no sabes del Arrowverse. 

—¿Cómo definirías a la nueva Batwoman?

—Me interesaba alguien que tuviera una experiencia de primera mano en las calles, que cuando pensara en justicia entendiera que es más complicada que lo que puede creer alguien que a la hora de la clase social vivió siempre de manera privilegiada. Y en este caso, a esta Batwoman, aunque se va a encontrar con villanos clásicos, le interesan menos los criminales de guante blanco que aquellos que pueden arruinar un instante en la calle de una familia. Es una Batwoman más preocupada, literalmente, por la calle. Eso no sucedía ni con Kate, ni con el famoso Bruce Wayne. Ella ahora opera en una escala distinta, y aparte sigue ahí el misterio de qué sucedió con Kathy Kane, porque ya no es Batwoman. Tendremos una gran temporada para cualquier tipo de fan. Pocas veces un show ha alterado tanto su fórmula sin cambiar lo que lo hace genial.